250 a.c
249 a.c
JUEGOS SECULARES
Los Juegos Seculares fueron unas celebraciones religiosas en las que se realizaban sacrificios y se llevaban a cabo representaciones teatrales. Tenían parte en la antigua Roma durante tres días y tres noches, marcando así el final de un saeculum, es decir, el tiempo que se consideraba máximo de vida de un ser humano, 100 o 110 años.
De acuerdo con la mitología romana, los Juegos Seculares comenzaron cuando un sabino llamado Valesio, antecesor de la gens Valeria, rezó para que se curasen las enfermedades de sus hijos y las deidades le instaron a realizar un sacrificio en el Campo de Marte. Una voz le dijo que marcharan a Tarento, para hacerle beber a sus hijos agua del río Tíber entre los futuros altares de Dis Pater y Proserpina. Tras escuchar esa voz, decidió partir con sus hijos a Tarento, al sur de Italia. Cuando estuvieron cerca del río, la voz les ordenó parar en el Campo de Marte, ubicado en la región, que también era llamado Tarento. Fue entonces cuando Valesio cogió agua y se la dio a beber a sus hijos, quienes sanaron milagrosamente. Todos cayeron inmediatamente después en un profundo sueño. Cuando se levantaron, le comunicaron a Valesio que una figura se les apareció en sueños pidiéndoles sacrificios de animales negros para rendir culto a Dis Pater y Proserpina. Tras excavar en el lugar encontraron ambos altares, hasta entonces ocultos, consumando así la petición que le hizo esa figura.
Algunos autores indican que las primeras celebraciones oficiales de estos juegos se remontan al año 509 a. c., pero las únicas de las que se tiene la certeza fueron las celebradas en la República romana en 249 a. c. y en la década de los años 140 a. c. En ellas se realizaron numerosos sacrificios para los dioses del inframundo durante tres noches consecutivas.
Los juegos resurgieron en el 17 a. c. ,después del retorno de las águilas arrebatadas por los partos, de la purga del Senado y de la promulgación de la leyes relativas a la moral (actuaciones encaminadas todas a recuperar los conceptos ancestrales de virtus, mores maiorem y familia numerosa), Augusto quiso atraer el favor de los dioses a la vez que brindar al pueblo un espectáculo único en el que dejar clara su propaganda mediante la celebración de los Juegos Seculares.
Con los sacrificios nocturnos en el Campo de Marte para complacer a las deidades Moiras, Ilitía (diosa de los partos y las comadronas) y Tellus (diosa que personificaba la tierra). Los juegos de dicho año incluyeron sacrificios para los dioses romanos, los cuales se realizaban en la colina Capitolina y en el monte Palatino. Tuvieron lugar entre los días 31 de mayo y 3 de junio del año 17 a.c.
El pueblo colaboró activamente. El día antes de la inauguración, los ciudadanos, portando antorchas encendidas con sulfuro y asfalto como símbolos de purificación, debían realizar ofrendas a los sacerdotes de productos del campo: trigo, frutas, habas, etc. en alusión a los orígenes campesinos de Roma. Incluso los solteros y las viudas (a los que las recientes leyes prohibían asistir a espectáculos públicos) pudieron concurrir, pues la prohibición fue levantada para la ocasión).
Coros de matronas cantaban por la bendición del Estado y de la familia mientras que niños y niñas vestidos de blanco entonaban ante el Templo de Apolo Palatino el Carmen Saeculare, escrito por Horacio para la ocasión, que hacía referencia a los ritos de los juegos y encerraban una glorificación de la política de Augusto. El cántico también se entonó en el Teatro Marcelo (que aún no estaba acabado).
Otros emperadores celebraron estos juegos en los años 88 y 204, en intervalos de ciento diez años. Además, Claudio en el año 47 celebró estos juegos para conmemorar el ochocientos aniversario de la fundación de Roma, lo que hizo que hubiese un segundo ciclo de juegos, realizándose en los años 148 y 248. Los juegos fueron abandonados tras la llegada de los emperadores cristianos.
247 a.c
ANIBAL BARCA
Fue un general cartaginés, que participo en la segunda guerra púnica. Era un gran estratega y sus tácticas se siguen estudiando en nuestros días.
Nacido en Cartago (al norte de Túnez), Aníbal Barca no tenía un nombre al azar, sino el recordatorio de que el mundo antiguo esperaba grandes cosas de él. Aníbal procedía de « Hanni-baʾal», «quien goza del favor de Baal »; y Barca de « barqä » («rayo», en lengua púnica). Hijo del general Amílcar Barca y de su mujer ibérica, Aníbal se crió en el ambiente helenístico propio de Cartago.
Era el hijo mayor del general Amílcar Barca, conocido por su fuerte participación en la primera guerra púnica. Amílcar se apoyó en la ciudad fenicia de Gadir (actual Cádiz, España), próxima al estrecho de Gibraltar, y comenzó a someter a las tribus íberas. En aquel momento, Cartago se hallaba en tal estado de empobrecimiento que su marina era incapaz de transportar al ejército a Hispania. Amílcar se vio, pues, obligado a hacerlo marchar hacia las Columnas de Hércules a pie, para cruzar allí en barco el estrecho de Gibraltar, entre lo que actualmente serían Marruecos y España.
El historiador romano Tito Livio menciona que cuando Aníbal fue a ver a su padre y le rogó que le permitiera acompañarle, este aceptó con la condición de que jurara que durante toda su existencia nunca sería amigo de Roma ala edad de 11 años.
Su aprendizaje táctico comenzó sobre el terreno, bajo mando de su padre y continuó con su cuñado, Asdrúbal el Bello, quien sucedió a Amílcar, muerto en el campo de batalla contra los rebeldes íberos. Momento en el que le nombra jefe de la caballería. En este puesto, Aníbal revela muy pronto su resistencia, su sangre fría, y su capacidad para hacerse apreciar y admirar por sus soldados. Más tarde, un esclavo galo, que acusó a Asdrúbal de haber asesinado a su amo,le asesinó a su vez a comienzos del año 221 a.c.
Así lo empezó a hacer con la conquista en el año 219 a.C de Sagunto, ciudad española aliada de Roma, cuyo ataque precipitó una nueva guerra entre las dos grandes potencias mediterráneas, la República de Roma contra Cartago.
La respuesta de Roma fue inmediata: se preparó para llevar la guerra a África y a la Península Ibérica . Uno de los dos cónsules de ese año se dirigió a Sicilia a preparar un ataque sobre la propia Cartago, mientras el otro cónsul, Publio Cornelio Escipión (el padre de «El Africano»), se dirigió al encuentro de los hermanos Barca en la Península. No obstante, los planes de Aníbal iban más allá de combatir en España. Ante la sorpresa general, decidió invadir Roma a través de los Alpes, en parte obligado por la inferioridad naval y las dificultades financieras para armar una armada.
La travesía, que tuvo lugar en invierno, se desarrolló en quince días, pero el precio pagado en vidas humanas fue muy alto, ya que al llegar a la altura de Turín tan solo quedaban vivos 20.000 infantes, 6.000 jinetes y un elefante. Aníbal, además, perdió su ojo derecho a causa de una infección durante el dificultoso trayecto. Aun así en la batalla de Cannas , Anibal consiguió su victoria. Por el camino, al reconocer la importancia que tenía el apoyo de la gente, se fue presentando como un liberador liberando a la gente de España del control romano.
La derrota dejó vía libre para que Aníbal arrasara la ciudad, lo cual sorprendentemente no hizo. El dejar con vida a Roma condenó irremediablemente a Aníbal a una guerra de desgaste, lejos de sus puertos y sin refuerzos a mano, que no podía ganar.
Un joven general que sobrevivió a Cannas, Escipión «El Africano» , trasladó la guerra a Hispania y expulsó de allí a los africanos en pocos años. Sus esfuerzos obligaron a Aníbal a regresar a África y a abandonar para siempre Italia. Allí fue vencido en la batalla de Zama , en el 202 a.c y Cartago se vio obligada a firmar una paz humillante , que puso fin al sueño cartaginés de crear un gran imperio en el Mediterráneo occidental.
Tras las negociaciones, Aníbal Barca se integró en el escenario político local como magistrado en un intento de reformar el sistema de gobierno y evitar, en calidad de comandante de las fuerzas de defensa de la ciudad, que Cartago entrara en una guerra civil . Durante su mandato combatió la corrupción en su ciudad y se enfrentó con los personajes más codiciosos del país. Incluso el Consejo de los Ciento Cuatro , compuesto por los aristócratas más poderosos, fue objeto de las reformas de Aníbal, que estaba respaldado ampliamente por el pueblo.
La aristocracia se sintió amenazada por el espíritu reformista del populista Aníbal, hasta el punto que algunos se organizaron para orquestar su caída. Recurriendo a sus contactos en Roma, la oligarquía difundió el rumor de que el cartaginés estaba en conversaciones para cerrar un pacto militar con el Rey seléucida Antíoco III y reanudar su guerra contra Italia. Querían que Cartago entregase a Anibal, advertido de la conjura Aníbal abandonó su patria e hizo precisamente lo que le habían acusado sin pruebas, y más temían, sus enemigos: se ofreció a cualquier nación mediterránea, por pequeña que fuera, que quisiera contratar sus servicios y luchar contra Roma .
El primer destino en el exilio de Aníbal fue la corte de Antíoco III, el Monarca seléucida con el que le habían vinculado los romanos. Acogido con gran fanfarria al principio, el cartaginés asumió el cargo de asesor militar del Rey, quien empezó a torcer el gesto cada vez con más frecuencia ante las sugerencias de Aníbal para mejorar sus ejércitos. Para cuando estalló la guerra contra Roma en 192 a.c, Aníbal había sido silenciado bajo toneladas de palabras de consejeros aduladores del gusto del Rey.
Tras aplastar a los ejércitos de Antíoco y de su aliado Filipo V de Macedonia , la República de Roma exigió que le entregaran a Aníbal antes de empezar a dictar las condiciones de paz. Anibal tuvo que huir de nuevo. Aníbal buscó refugio junto a Prusias I de Bitinia, quien estaba en guerra con un aliado de Roma, el rey Eumenes II de Pérgamo. En uno de los choques navales del conflicto se achaca a Aníbal ser de los primeros en usar una versión primitiva de guerra biológica con el lanzamiento de calderos o tinajas repletas de serpientes vivas al barco contrario. Estos primeros éxitos en Bitinia , sin embargo, se tornaron en derrotas cuando Roma acudió en auxilio de su aliado.
En la corte del rey Prusias de Bitinia en 183 a.c, como Roma todavía lo estaba persiguiendo, el rey bitinio lo traiciono así que Aníbal decidió acabar con su vida antes que caer en manos de sus enemigos. Dijo, «Acabemos con esta vida que tanto terror ha causado a los romanos», y se tomó un veneno. Tenía 65 años.
221 a.c
GRAN MURALLA CHINA
Es una fortificación construida en el norte de China, con el fin de contener las invasiones nómadas, especialmente de Mongolia. Construida a lo largo de más de 21 kilómetros, la Gran Muralla China simula la estructura de un dragón serpenteante a través de un mar de nubes.
Los nómadas dependían de sus vecinos sedentarios del sur para obtener todo lo que no les proporcionaba la estepa, sobre todo productos agrícolas con los que completar una alimentación basada en la carne y los lácteos. Su población era muy inferior a la de China, pero constituían una grave amenaza. Armados con potentes arcos compuestos y a lomos de sus pequeños ponis esteparios, rápidos y muy resistentes, los guerreros nómadas lanzaban a taques contra China.
Fue el primer emperador de China, Qin Shi Huang, quien pensó en alzar una fortificación para defender sus territorios de los pueblos nómadas. Buscando proteger al imperio, recientemente unificado, orquestó la construcción más ambiciosa que se había visto en Asia hasta el momento. La Gran Muralla es el fruto del esfuerzo de millones de obreros de varios imperios y dinastías que reinaron en la antigua China. Su desarrollo fue constante durante 3.000 años, es un claro ejemplo de la persistencia del pueblo chino.
La leyenda dice que la construcción de la primera gran Muralla, la del emperador Qin Shi Huang, se debe a una mentira de un brujo llamado Lu Sheng. El emperador le encargó la imposible misión de buscar una forma de alcanzar la inmortalidad, porque quería gobernar China eternamente. Tras pasar años sin conseguir resultados (quien se lo reprocha), el brujo Lu Sheng extendió el rumor de que el emperador sería aniquilado por las tribus del norte, para desviar la atención. Qin Shi Huang se lo tomó tan en serio que ordenó la construcción de la Gran Muralla.
Tradicionalmente, la historia de la construcción de la Gran Muralla se divide en cinco partes:
- Una antes de la unificación de la dinastía Qin (221 a. C.), durante el período de Primaveras y Otoños y los Reinos Combatientes.
- La segunda, a partir de la unificación de la dinastía Qin, cuando el emperador Qin Shi Huang inició la construcción de un muro en la frontera norte.
- Periodo de la dinastía Han
- Periodo de baja actividad
- Periodo de la dinastía Ming
Para construirla, se empleó mano de obra esclava. Su construcción causó tantas muertes que ganó la fama de ser el mayor cementerio del mundo. Entre los que trabajaron en su construcción figuraban desde soldados hasta campesinos obligados a abandonar sus cultivos y desplazarse al norte para satisfacer los deseos del Soberano. Además, estaban los condenados por el Estado. Bajo Qin Shi Huangdi, China se convirtió en un estado policial donde cualquier infracción de la ley estaba penada con duros castigos. No fue extraño que hubiera mucha mano de obra gracias a las condenas de trabajos forzados.
Porque, aunque se habla en general de la Gran Muralla, en realidad no hubo una sola, sino varias. Se dieron diversos períodos de construcción a lo largo de un milenio y medio, y el trazado de esos muros se alteró en función de las necesidades. El punto de partida de la construcción se encuentra en el paso de Jiayuguan en la provincia de Gansu , donde cruza la Ruta de la Seda. La ruta de la Gran Muralla termina en Husan , en la provincia nororiental de Liaoning, donde, cerca de Shanhaiguan, también se encuentra con el mar.
Los materiales de construcción de la Muralla China varían de acuerdo a la etapa. Al principio, solían usarse tierra o grava apisonada por capas. Más adelante, se incluyeron ramas, rocas, ladrillos y mortero hecho con harina de arroz.Las rocas solían ser de origen local. Por ende, en algunas regiones se usó piedra caliza. En otras, se usó granito, y en otras, se usaron piedras con cierto contenido de metal que daban un aspecto brillante a la muralla.Los ladrillos eran de fabricación propia. Los chinos tenían sus propios hornos para cocerlos, y con frecuencia sus artesanos grababan en ellos sus nombres.
La estructura está salpicada de elementos dedicados a la defensa del territorio como torres de vigilancia, torres de luz para las comunicaciones y fortalezas utilizadas para el mando y gestión de la logística: todo ello en referencia a los fines militares de la Muralla China que se explorarán en profundidad en el seguimiento. Para prevenir que los ataques se desplegaran al interior del territorio, cada torre contaba con un arsenal de al menos 30 soldados. Las más nutridas tenían equipos de hasta 50 efectivos. Todos vivían ahí mismo. Al interior, había comida y recursos suficientes para alimentar y mantener a cada uno de ellos. Algunos historiadores se han referido a estas estructuras, incluso, como «pequeños castillos«, que podían resistir asedios prolongados.
Las torres estaban dotadas de un sistema de comunicación para alertar a las tropas. Que consistían en señales de humo y banderas para el día y señales de luz para la noche. Las torres podían tener hasta 15 metros y estaban dotadas de capacidad para albergar entre 30 y 50 soldados según las dimensiones del lugar, ya que estos debían pernoctar en ellas por turnos de cuatro meses.
Si pensamos en los muros, la altura promedio de la Muralla China es de unos 7 metros. Mientras que sus torres pueden rondar los 12 metros. Estas medidas varían según la sección. Las murallas tenían también puertas de acceso llamadas pasos. Estos pasos permitían entrar y salir estratégicamente de los límites de las poblaciones. Los más importantes son los pasos de Juyong, Shanai y Jiayu, pero hay muchos más.
Durante los siguientes mil años se mantuvo un cierto equilibrio entre chinos y bárbaros, hasta que a principios del siglo XIII un jefe mongol llamado Temujin consiguió unificar la estepa y reanudó el ciclo de ataques al norte de China para obligar a los chinos a enviar subsidios y a comerciar. La resistencia encontrada llevó a Temujin, convertido en emperador de los mongoles con el nombre de Gengis Kan, a lanzarse a la la conquista de China. Esta empresa sin precedentes para un nómada sería completada por su nieto Kublai Kan, quien además de ser kan de los mongoles fundó una nueva dinastía, la de los Yuan. La dinastía Ming retomó el proyecto de la muralla, reconstruyó varios tramos y desarrolló otros nuevos.
Si bien se han conservado algunas partes al norte de Pekín y cerca de centros turísticos, e incluso reconstruido, la muralla está en mal estado en muchos lugares. Las partes desaparecidas han servido como cantera de piedras en la reconstrucción de viviendas y carreteras. Más de 60 kilómetros de la muralla en la provincia de Gansu pueden desaparecer en los próximos veinte años a causa de la erosión por las tormentas de arena. En esos lugares, la altura de la pared se ha reducido de más de cinco metros a menos de dos metros. Las torres vigías, que caracterizan a las más famosas imágenes de la muralla, han desaparecido completamente. Muchas secciones occidentales de la muralla se construyeron a partir de barro, en lugar de ladrillo y piedra, y por lo tanto son más susceptibles a la erosión.
La UNESCO nombró a la Gran Muralla como Patrimonio de la Humanidad en el año 1987. Treinta años más tarde, en 2007, la Muralla ganó el concurso público de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo. Sin embargo, en la actualidad solo permanece en pie cerca de un tercio de lo que alguna vez fue la Gran Muralla.
Cuenta la leyenda mas famosa que hace muchos muchos años el gran Dragón de piedra amenazaba al imperio chino con conquistarlo. Para evitar esta tragedia el emperador Shi Huang ordenó construir la muralla más grande e impresionante jamás construida. La conquista del dragón comenzó por la zona más vulnerable, ya que era la zona más alejada de donde estaban los soldados del emperador. Estos decidieron defender las grandes ciudades y a la gente rica antes que a los ciudadanos más pobres.
La construcción de la Gran Muralla comenzó por el norte del país. Allí dividió pueblos y comarcas por la mitad. En esos pueblos vivían dos familias muy amigas la familia Meng y la familia Jiangü. La muralla dividió a ambas familias para siempre dejándolas a cada una a un lado distinto de la muralla.
Las familias no sabían que hacer para volver a reunirse otra vez. En un momento desesperado decidieron plantar una planta trepadora en ambos lados de la muralla. La planta crecería hacía arriba y se juntaría con la otra. Cuando esto ocurriera las familias podrían trepar y volver a verse en los altos del muro.
Los años iban pasando y los soldados siguieron construyendo la muralla. Las plantas seguían creciendo hasta que por fin se unieron en lo alto de aquel muro. Las familias treparon y volvieron a reunirse arriba. Las familias quedaban todos los días a una hora para subir y verse, hasta que un día descubrieron algo raro en lo más alto del árbol. Era una enorme flor que desató las disputas entre las familias. Todas decían que la flor había nacido de su planta y que era de su propiedad. La disputa duró meses hasta que un día la flor se abrió y salió una encantadora y hermosa joven. Al ver a la muchacha, las familias decidieron hacer las paces y decidieron que criarían a la muchacha entre las dos familias, por eso la llamaron Meng Jiangü.
Mientras tanto la construcción de la muralla seguía su curso. Sin embargo, había un tramo que cada vez que lo construían se caía. Esto enfadaba mucho al emperador y al no saber como arreglarlo decidió consultar a su grupo de sabios. Uno de ellos le dijo que si mataba a un hombre por cada “li” empleado en la muralla todo se arreglaría. Esta idea no convencía al emperador, por eso pidió opinión a otro sabio. El sabio le dijo que no hacía falta matar a tanta gente, solo tenía que buscar un hombre que cumpliera con un único requisito. Si en la muralla se iban a emplear 10000 “li” solo tenía que encontrar a alguien llamado Wan que era sinónimo de diez mil.17
El emperador ordenó la búsqueda de Wan por todos los pueblos de china, los soldados no descansarían hasta encontrarlo. Al norte de China vivía un joven de una familia de campesinos llamado Wan. Cuando el joven se enteró de los planes del emperador, decidió huir al bosque. Allí entre árboles se perdió hasta que terminó enredado en una planta muy rara.
Esa planta rara era la planta que dio vida a Meng Jiangü. El joven en seguida vio a la hermosa joven y se quedó perdidamente enamorado de ella. Entonces decidió ir a hablar con ella. Al principio no le quiso contar quién era, pero finalmente lo hizo. La muchacha entonces decidió protegerlo y ocultarlo en su jardín. Los días iban pasando y cada vez se gustaban más los dos jóvenes. Un día Wan se agachó y le pidió matrimonio a Meng Jiangü. Esta se lo contó a su familia y todos se alegraron muchísimo de la noticia y apoyaron el matrimonio entre los dos jóvenes.
El día de la boda se anunció poco después de la pedida, pero nunca se celebró. Alguien del pueblo delató al muchacho y los soldados lo tomaron prisionero. Los soldados se lo llevaron ante el emperador y por mucho que el joven suplicara, el emperador lo ejecutó delante de la muralla. Así los restos del joven pasaron a ser parte de la propia muralla.
La profecía de los sabios se cumplió, la muralla no volvió a romperse. Lo que si se rompió fue el corazón de Meng Jiangü en mil pedazos. La joven no paró de llorar durante años. Recorrió toda la muralla llorando en busca de su amado, pero nunca lo consiguió.
Un día el llanto de la muchacha hizo que la muralla se partiera y le mostrara donde descansaba su querido. Meng Jiangü se agachó, lo cogió de la cabeza y lo acarició echando sus lágrimas con la primera caricia. Meng Jiangü se quedó ahí el resto de su vida velando y cuidando al que iba a ser su marido.
Hoy en día hay gente que ha ido a la muralla que asegura que ha oído y visto a Meng Jiangü llorando a su amado. Esta tragedia es recordada por los habitantes del país como la más romántica de la historia.
218 a.c
SEGUNDA GUERRA PUNICA
Al sur de la frontera del Ebro se encontraba la ciudad de Saguntum, aliada de Roma, y, en el 218 a. c Aníbal sitió la ciudad y la tomó. Los romanos se opusieron a este ataque y exigieron que Cartago entregara a Aníbal a Roma. El senado cartaginés se negó a obedecer y así comenzó la segunda guerra púnica.
Aníbal, enemigo acérrimo de Roma, recibió la información de que los ejércitos romanos se estaban moviendo contra él y, en una audaz apuesta, marchó con sus fuerzas sobre los Alpes y hacia el norte de Italia. Aníbal ganó todos los combates contra los romanos, conquistó el norte de Italia y reunió a antiguos aliados de Roma.
Tras perder muchos de sus elefantes en su marcha por las montañas, y al carecer de las máquinas de asedio y las tropas necesarias, Aníbal se vio atrapado en el sur de Italia en un juego del gato y el ratón con el ejército romano al mando de Quinto Fabio Máximo. Fabio se negó a enfrentarse directamente a Aníbal y prefirió cortarle los suministros y matar de hambre a su ejército. Bajo el mando de Aníbal, el ejército de Cartago estuvo en Italia dieciséis años.
La estrategia de Fabio podría haber funcionado si los romanos no se hubieran impacientado por la inactividad de sus legiones. Además, Aníbal utilizó la contrainteligencia para reforzar y difundir el rumor de que Fabio se negaba a luchar porque estaba a sueldo de los cartagineses. Fabio fue sustituido por Cayo Terencio Varrón y Lucio Aemilio Paulo, que dejaron de lado la precaución y dirigieron sus tropas contra Aníbal en la región de Apulia.
En la batalla de Cannae, en el 216 a. c, Aníbal situó a sus galos en el centro de sus líneas, esperando que cedieran ante las fuerzas romanas. Cuando hicieron exactamente eso, y los romanos presionaron lo que veían como una ventaja y los siguieron, Aníbal cerró por detrás y por los lados, envolviendo a las fuerzas romanas y aplastándolas. En Cannae murieron 44.000 soldados romanos frente a los 6000 de las fuerzas de Aníbal. Aníbal obtuvo su mayor victoria, pero no pudo aprovecharla porque Cartago se negó a enviarle los refuerzos y suministros que necesitaba.
Durante este conflicto los cartagineses perdieron España. Al reconocer que el ejército de Aníbal se retiraría si Cartago era atacada, y con España ahora bajo control romano, Escipión tripuló una flota y navegó hacia el norte de África, donde tomó la ciudad cartaginesa de Útica. Cartago llamó a Aníbal desde Italia para salvar su ciudad, pero Escipión era un gran admirador de Aníbal y había estudiado sus tácticas cuidadosamente.
Tras la derrota de Anibal en la batalla de Zama en el 202 a.c,Aníbal regresó a la ciudad y dijo al Senado que Cartago debía rendirse inmediatamente. Escipión permitió a Cartago conservar sus colonias en África, pero tuvo que entregar su armada y no se le permitió hacer la guerra bajo ninguna circunstancia sin la aprobación de Roma. Cartago también debía pagar a Roma una deuda de guerra de 200 talentos cada año durante cincuenta años. Cartago era, de nuevo, una ciudad derrotada pero, conservando sus barcos comerciales y diez buques de guerra para protegerlos, pudo seguir luchando y empezar a prosperar.
212 a.c
PERSEO DE MACEDONIA
Fue el último rey de la antigua Macedonia y último monarca de la dinastía Antigónida ( sucesores de Alejandro Magno). Hijo de Filipo V, se educo en el arte de la guerra desde muy joven dirigiendo el ejercito junto a su padre. Perseo estaba preocupado que su hermano Demetrio ascendiera al trono, así que se inventó que estaba conspirando con los romanos y Filipo V lo ejecutó. Pero el rey se enteró del plan de Perseo y quiso desheredarlo, pero la muerte anticipada de Filipo lo impidió e hizo que Perseo ascendiera al trono de Macedonia.
Aunque Perseo tenía sus recelos con Roma, envió una embajada para que lo reconociesen como rey de Macedonia. Durante siete años el gobierno de Perseo fue acertado, ganándose el apoyo de su pueblo eliminando algunas disposiciones de su padre que desagradaban a la gente, llamando a los exiliados y decretando una amnistía; buscó también la alianza de los griegos, tracios, ilirios y celtas de los alrededores de su reino. También se alió con los príncipes asiáticos, excepto Eumenes II de Pérgamo y así Seleuco IV Filopátor le dio a su hija Laodice en matrimonio, y una hermana de Perseo fue dada en matrimonio al rey Prusias II de Bitinia. Muestra de que en aquella época las mujeres eran tratadas como objetos de intercambio. Estas alianzas fueron vistas por los romanos como infracciones del tratado de alianza con Roma.
Perseo tuvo varios encontronazos con Roma, para mostrar su poderío griego. Roma envió varias embajadas de queja e inspección, y Perseo también envió excusas a Roma. La enemistad mutua entre Perseo y Eumenes condujo a este último a incitar al senado romano para que declarara la guerra. Los romanos viendo que poco tiempo después de recibir a Eumenes este sufrió un atentado frustrado por parte de Evandro que se puso al servicio de Perseo al poco tiempo de este intento de asesinato. El senado romano, que ya hacía tiempo que valoraba las opciones de iniciar la guerra enviando embajadas a los reinos vecinos, aprovechó la ocasión para declarar la guerra a Macedonia.
Aunque el comienzo de la guerra fue favorable para Perseo,la estrategia militar romana salió con un efecto culminante en la batalla de Pidna con el ejército de Perseo derrotado. Perseo huyó hacia Pella, pero abandonado por sus amigos, se dirigió a Anfípolis acompañado sólo de algunos fieles y 500 mercenarios cretenses. Desde Anfípolis se dirigió a la isla sagrada de Samotracia.
En esta isla fue bloqueado por el pretor Cneo Octavio y la flota romana, los romanos no intentaron violar la isla sagrada, pero pronto todo el mundo abandonó a Perseo que trató de huir a Tracia por mar pero no lo logró y se tuvo que entregar al pretor romano. Llevado ante Emilio Paulo suplicó al cónsul y este lo trató con amabilidad y le dejó una posición de acuerdo a su grado. Perseo fue depuesto y llevado a Roma al año siguiente, junto con sus dignatarios, participando como «trofeo» en el Triunfo romano organizado para Emilio Paulo el 30 de noviembre de 167 a. c, y después fue encerrado en las mazmorras, de donde pudo salir pronto por la intercesión del mismo Emilio Paulo.
Vivió en Alba Fucens por un periodo desconocido que algunos sitúan hasta cinco años, pero en general se piensa que fueron dos años, hasta que se dejó morir de hambre, según algunos relatos murió porque sus guardianes no le dejaban dormir.
210 a.c
QIN SHI HUANG
Fue un rey y emperador Chino , famosos por se quien mando construir la gran muralla china. La mayor parte de la información que tenemos sobre la dinastía Qin nos llega a través de las Crónicas de Sima Qian, un oficial de la dinastía Han, la posterior a los Qin. Era costumbre que la dinastía que accedía al trono escribiera la historia de la previa. Por eso se teme que las crónicas sobre los Qin no sean del todo objetivas.
En el momento del nacimiento del joven Zheng, China se encontraba dividida entre estados feudales en guerra. Este periodo de la historia China es referido como el periodo de los Reinos Combatientes. La competición entre ellos era extremadamente feroz, y por el 260 a. c solamente quedaban unos pocos de ellos (habiendo sido el resto conquistado y anexionado a los vencedores), pero el estado de Zheng, Qin, era el más poderoso. Era gobernado bajo la filosofía legalista y se centró desde sus comienzos en los asuntos militares.
Zheng nació en Handan.Era hijo de Zichu, un príncipe de la casa real de Qin que fue rehén en el estado de Zhao por un acuerdo entre los estados de Qin y Zhao. Zichu posteriormente volvió al estado de Qin después de varias aventuras con la ayuda de un rico mercader llamado Lü Buwei, y se las arregló para ascender al trono de Qin, convirtiéndose Lü Buwei en canciller (primer ministro) de Qin.
Zheng ascendió al trono en el 247 a. c con 12 años y hasta los 21 estuvo reinando bajo el regente Lü Buwei , planifico un golpe de estado y tomo el poder. Continuó la tradición de atacar de forma tenaz y defender los estados feudales (esquivando el famoso intento de asesinato del rey Jing Ke durante ese tiempo), y finalmente tomando el control de toda China en el 221 a. C., derrotando al último estado chino independiente, el Estado Qi. Entonces, en ese mismo año, a la edad de 38, el rey de Qin se proclamó primer emperador.
Para evitar el caos del periodo de los estados guerreros, Qin Shi Huang y su primer ministro Li Si abolieron completamente el feudalismo. Lo que hicieron fue dividir el imperio en 36 provincias dirigidas cada una por tres gobernadores, uno civil, otro militar, y un último para mediar entre estos dos. Cada uno de ellos era nombrado por el emperador y podía ser destituido por él. El gobernador civil era reasignado a una nueva provincia cada pocos años para prevenir que acumulara una base de poder.
Shi Huangdi estableció la capital imperial en Xianyang, la principal ciudad del estado de Qin, derribó las fortificaciones que habían separado entre sí a los Reinos Combatientes y forzó a las distintas casas reales a trasladarse a su corte, con el fin de controlar sus movimientos e integrarlos en los nuevos órganos de gobierno. Para evitar rebeliones ordenó confiscar todas las armas, y con el metal de estas construyó grandes estatuas de bronce.
Optó por reducir el poder de los funcionarios y silenciar las críticas. Para ello ordenó la quema de los libros existentes, a excepción de algunos de medicina y agricultura, que trasladó a las bibliotecas de palacio, y mandó ejecutar a los letrados que discrepaban con el sistema imperial.
El emperador también desarrolló una extensa red de carreteras y canales conectando las provincias para acelerar el comercio entre ellas y para acelerar los desplazamientos militares a las provincias que opusieran resistencia. Qin Shi Huang y Li Si unificaron China económicamente mediante la estandarización de pesos y medidas, la moneda, la longitud de los ejes de los carros (tal que todo carro pudiera desplazarse sin problemas por las rutas de las nuevas carreteras), el sistema legal, etc.
Para controlar la población Shi Huangdi hizo elaborar un censo, base para determinar el sistema impositivo. Los impuestos sobre la producción se pagaban en especies, y los gravados sobre la persona, en efectivo. Los hombres debían servir ciertos períodos en el ejército y en tareas comunes, como la construcción de palacio, el mantenimiento de las carreteras, los graneros o las murallas de la ciudad.
Pero quizás lo más importante de todo, fue que la escritura china fue unificada. Un nuevo conjunto de caracteres fue desarrollado por Li Si, llamado de los sellos pequeños, basándose en el conjunto de caracteres usados en el estado de Qin, y este nuevo conjunto fue hecho obligatorio, deshaciéndose por lo tanto de todos los sistemas de escrituras locales y de los caracteres que existían en varios estados chinos. Los edictos escritos con este nuevo conjunto de caracteres fueron tallados en los muros de montañas sagradas por toda China, como los famosos edictos que se encuentran en el monte Tai, para hacer saber al Cielo de la unificación de la tierra bajo un emperador, y también para propagar el nuevo conjunto de caracteres entre el pueblo.
El emperador siguió ampliando sus dominios hacia el sur al ocupar la actual provincia de Guangdong y fortaleció la frontera norte atacando a las tribus nómadas que las poblaban. Estas tribus, los xiongnu, fueron derrotadas y obligadas a desplazarse, pero al no estar establecidas en ningún territorio en concreto representaban una continua amenaza. Debido a ello, y para evitar posibles ataques en el futuro, ordenó la construcción de una muralla defensiva en toda la región septentrional, uniendo las distintas murallas que los antiguos reinos habían construido con el mismo propósito. La ya conocida gran muralla China.
El emperador murió mientras se encontraba haciendo un viaje por la China oriental, en busca de las legendarias islas de los inmortales (más allá de la costa este) y el secreto de la vida eterna. Su muerte ocurrió en el año 210 a. c en el palacio de la prefectura de Shaqiu. Se cree que murió tras haber ingerido una mezcla de Jade y Mercurio recetada por los alquimistas de la Dinastía Qin (causándole un fallo hepático y muerte cerebral) mezcla la cual pretendía darle su ansiada inmortalidad.
El primer ministro Li Si decidió ocultar la muerte del emperador para evitar levantamientos y volver a Xiangyang. La mayor parte del elenco imperial que acompañaba al emperador no fue informado de su muerte, y cada día Li Si entraba en su diligencia, donde se suponía que viajaba el emperador, pretendiendo hacer que discutían asuntos de estado. La secretista naturaleza del emperador mientras vivía permitió que esta estratagema funcionara y que no despertara dudas entre los cortesanos. Li Si ordenó también que dos carros que contenían pescado se llevaran inmediatamente antes y después de la diligencia del emperador. La idea tras esto era evitar que la gente percibiera el nauseabundo olor proveniente de la diligencia del emperador, donde su cuerpo se estaba empezando a descomponer severamente.
Qin Shi Huang no gustaba de hablar acerca de la muerte y nunca escribió realmente un testamento. Después de su muerte, Li Si y el jefe eunuco Zhao Gao persuadieron a su segundo hijo Huhai de fabricar el testamento del emperador. Obligaron a su primer hijo Fusu a suicidarse, arrebataron el mandato sobre las tropas a Meng Tian —un partidario leal de Fusu— y mataron también a la familia de Meng. Huhai se convirtió en el segundo emperador (Er Shi Huangdi), conocido por los historiadores como Qin Er Shi.
Qin Shi Huang fue enterrado en su mausoleo, con los famosos Guerreros de terracota.Qin Er Shi no fue ni de lejos tan capaz como lo fue su padre. Las revueltas rápidamente brotaron, y cuatro años después de la muerte de Qin Shi Huang, su hijo estaba muerto, el palacio imperial y los archivos estatales quemados, y la dinastía Qin acabada.
La siguiente dinastía china, la dinastía Han, rechazó el legalismo en favor del Confucianismo y moderó las leyes, pero mantuvo las reformas políticas y económicas básicas de Qin Shi Huang intactas. De esta manera su esfuerzo fue continuado a lo largo de los siglos y se convirtió en un rasgo característico de la sociedad china.
GUERREROS DE TERRACOTA
El 29 de marzo de 1974, un equipo de trabajadores que cavaba un pozo cerca de la ciudad china de Xian se topó con un hallazgo singular, un guerrero de terracota de tamaño natural. Posteriores excavaciones desenterraron uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia. En tres grandes fosas junto a la tumba de Qin Shi Huang, el primer emperador de la China unificada, yacía un tesoro que había permanecido oculto al mundo durante casi 2.200 años: todo un ejército de terracota con más de 8.000 soldados, una caballería de 150 animales, 130 carros tirados por otros 520 caballos y hasta 40.000 puntas de flecha, junto con docenas de espadas, lanzas, ballestas y otras armas de bronce.
Se presupone que Qin Shi Huang mando construir este impresionante mausoleo cuando subió al trono y se proclamo el primer emperador de China.
Según relataba el historiador Sima Qian un siglo después, hasta 700.000 hombres participaron durante varias décadas en la construcción de una tumba cuyo interior simulaba un país con torres y palacios, entre los cuales corrían cien ríos simulados con mercurio, algo que los altos niveles de este metal en el terreno se han encargado de atestiguar.
El mausoleo era de tal magnitud que en el techo se reprodujo la cúpula celestial. Debajo, los artesanos del imperio se esforzaron en construir un modelo de la tierra que conocían para que su emperador tuviera un lugar donde gobernar en el Más Allá. El túmulo de la tumba enterrada tiene forma de pirámide de tres escalones, mide unos impresionantes 1640 metros de circunferencia, 350 metros a lo largo de cada lado, y se eleva hasta una altura de 60 metros. El conjunto está rodeado por un doble muro.
La fosa número 1 contiene un ejército en formación de ataque con 6.000 figuras de caballos y soldados. Una compañía de 204 soldados de infantería armados con ballestas y arcos forma la vanguardia del ejército, seguida de treinta líneas de carros alternados con más infantes. En los flancos hay dos líneas de soldados mirando hacia fuera.
La fosa número 2, situada veinte metros al norte de la fosa 1, contiene 1.400 arqueros, soldados de infantería y carros. La formación de este otro grupo militar es más compleja y refleja una mayor variedad de tropas y auxiliares, incluyendo arqueros, lanceros, soldados de caballería, carros y dos comandantes: uno en la última fila de la vanguardia, y el otro sobre un carro de combate, tras los carros y la infantería.
En la fosa número 3 se ha localizado el punto donde debía de estar situado el comandante en jefe, junto con 86 soldados, la gran mayoría oficiales. La estatua del comandante no se ha encontrado, aunque los arqueólogos creen que su ausencia está relacionada con un túmulo cercano que podría albergar la tumba del general o su efigie en terracota.
Existe una cuarta fosa, aunque está vacía porque probablemente quedó sin terminar.
Según revelaron los análisis, los guerreros fueron fabricados por piezas separadas que después se unían. Se utilizaron diez moldes distintos para las caras, las cuales después se personalizaban añadiéndoles detalles de arcilla para que cada rostro fuera diferente a los demás. Las figuras se esmaltaban y se pintaban con pigmentos de distintos colores, hoy casi desaparecidos, para conseguir un acabado final de un sorprendente realismo.
Se hizo un gran esfuerzo para que cada figura fuera única, a pesar de que todas estaban hechas con un repertorio limitado de partes del cuerpo ensambladas a partir de moldes. Estas piezas tienen un grosor de 7,5 cm y constan de una cabeza, un torso, una pierna, otra pierna que hace de zócalo, dos brazos y dos manos. Los rostros y el cabello, en particular, se modificaron para dar la ilusión de un ejército real compuesto por individuos únicos, aunque en realidad sólo haya ocho tipos de torso y cabeza. Las manos también se modificaron con dedos rectos o doblados y cambios en el ángulo del pulgar y la muñeca.
Cuando inicialmente se estudiaron las armas de bronce para desentrañar cómo se habían mantenido durante dos milenios listas para entrar de nuevo en batalla, brillantes, libres de corrosión e incluso aún afiladas, se encontraron restos de cromo también en estas piezas. Esto llevó a sugerir que los artesanos chinos del siglo III antes de nuestra era ya habían desarrollado un proceso de cromado del metal que en Occidente no se patentó hasta comienzos del siglo pasado.
Otros artefactos que no son de terracota y que se han descubierto en el yacimiento a medida que los arqueólogos se acercan a la zona central de la tumba son carros de bronce y madera de medio tamaño tirados por equipos de cuatro caballos de bronce, y esculturas de bronce de aves, en particular 3 grullas muy finas, 20 cisnes y 20 gansos, todo ello situado junto a un estanque de 60 metros de largo para recrear una escena fluvial. Hay una réplica de un establo, cimientos de estructuras de templos y jarras de almacenamiento de cerámica dentro de un edificio de granero. Hay una armería de 100 x 130 metros repleta de cientos de réplicas de armaduras y cascos, cada pieza meticulosamente elaborada con cientos de pequeñas piezas de piedra. Hay tumbas de otros miembros de la familia real y de altos funcionarios y estatuas que los representan, incluida una tumba de un acróbata de la corte.
También hay una larga lista de objetos reales, no simples modelos. Entre ellos se encuentran 31 aves y animales exóticos, cada uno enterrado en su propio ataúd de madera, caballos reales (300 en una sola fosa) y los esqueletos de más de cien seres humanos con placas de bronce que indican que eran trabajadores y convictos que murieron mientras trabajaban en la tumba.
El propósito del ejército probablemente era actuar como figuras guardianas de la tumba o servir a su gobernante en la próxima vida. La historiografía china cuenta que, tras la muerte del emperador, acontecieron numerosas revueltas. Durante una de ellas, dirigida por el general Xiang Yu, del reino de Chu, los rebeldes entraron en la tumba, la saquearon y quemaron en su huida las estructuras de madera que cubrían el recinto. Los restos calcinados fueron quedando paulatinamente cubiertos por tierra y vegetación, y así quedó sellado el destino de los guerreros de Xian.
207 a.c
CONQUISTA ROMANA DE ANDALUCÍA
La actual Andalucía fue una de las zonas del Imperio Romano más intensamente romanizada, tras un largo periodo de conquistas (s.III-I a.c).En plena época republicana, Hispania queda dividida en dos provincias, la Citerior y la Ulterior, división que fue modificada por Augusto en el 27 a.c en Tarraconense, Lusitania y Bética. Augusto se reserva para su gobierno personal la Lusitania y la Tarraconense, que englobaba parte de la actual Andalucía (Sierra Morena y el sudeste de la región). La Bética, con capital en Corduba, quedó bajo el control directo del Senado, bajo el gobierno de un procónsul. Diocleciano, a fines del siglo III d. c, llevó a cabo una nueva división de Hispania.
A la llegada de los romanos, los habitantes de Andalucía asimilaron con rapidez las costumbres de Roma. Se produjo una fusión de personas y costumbres. El resultado fue que la «Bética», la Andalucía romana, formó parte de Roma como una provincia más. Este hecho es muy importante, ya que otros territorios de la península fueron tratados como simples colonias conquistadas.
Este proceso también favoreció un gran desarrollo urbano: fueron ciudades destacadas Itálica, Corduba, Hispalis, Astigi (Écija) y Gades. Las ciudades se comunicaban a través de una amplia red de calzadas. Por Andalucía pasaban la Vía Augusta y la vía de la Plata. Las vías romanas de la Bética y las del sur de la Tarraconense fueron muy pronto conocidas gracias a un famoso Itinerario (algo así como una guía de viajes), el Itinerario Antonino.
La importancia económica de la Bética se debió a la fertilidad de sus suelos, en los que se desarrollaban cultivos tanto de secano (cereales, vid y olivo) como de regadío (hortalizas, árboles frutales, etc), a su abundante ganadería y pesca y a su riqueza mineral en plata, cobre y mercurio. Todo ello favoreció un gran desarrollo de la industria artesanal alimentaria (salazones de pescado), la naval (construcción de barcos) y el comercio.
En el territorio de la actual Andalucía (parte de la Bética y sur de la Tarraconense) siempre hubo un gran comercio marítimo, debido a la extensión y seguridad de sus costas, con puertos como Gades, Malaca, Carteia (cerca de Algeciras) y Sexi (Almuñécar).
El territorio de la actual Andalucía adoptó rápidamente y por completo el uso del latín en la vida diaria y como vehículo de propagación de la cultura, hasta el punto de que, según testimonios de la época, había olvidado sus lenguas maternas.
En la región hay testimonios de un nivel cultural bastante alto. En diversas poblaciones importantes (Cádiz, Córdoba, Écija…) existieron escuelas públicas que enseñaron la cultura y la literatura latinas y favorecieron la educación de la población bética indígena. Fruto de este auge cultural en Andalucía se conocen varias familias hispanas y personajes que llegaron a intervenir activamente en la vida cultural y política del Imperio: los Séneca (Séneca y Lucano) cordobeses, los senadores Balbos y Columela, gaditanos, y los emperadores italicenses Trajano y Adriano, que llevaron al Imperio a su mejor momento en cuanto a expansión y estabilidad cultural y política.
Las ciudades se embellecieron al estilo de la capital del Imperio: foros, termas, teatros, anfiteatros… Se conservan restos arquitectónicos de gran importancia: En Itálica, restos de la ciudad, con su red de alcantarillado, trazado de las calles, restos de casas y mosaicos, teatro, anfiteatro, termas; en Bolonia (Baelo Claudia), factoría de salazón, foro, templos, termas, necrópolis; en Carmona (Carmo), necrópolis; en Osuna (Urso), teatro y necrópolis, además de las ya mencionadas placas de bronce con leyes inscritas; en Marbella, restos de una villa romana, con la típica estructura de la casa señorial romana, centrada en el atrio y ampliada en su parte trasera con el peristilo. Algunas obras de tipo militar o de interés público han llegado hasta nosotros, como el puente romano de Córdoba.
202 a.c
DINASTÍA HAN
Previamente a la dinastía Han, hubo otras dinastías, comenzando con la dinastía Qin, en el año 2021 a.c. Tras el periodo de los reinos combatientes, Qin Shi Huang fue nombrado emperador de China y unifico todo el territorio bajo una Dinastía con capital en Xian yang.
Entre las medidas que tomó ,una de ellas fue fundir todas las armas de los demás estados para hacerse 12 estatuas y construyó murallas que protegían a todas las ciudades de su Dinastía. El imperio fue dividió en 36 comandancias gobernadas por dos gobernadores, uno civil y otro militar, y por un inspector imperial.
Estandarizó la escritura para que todos entendiesen un mismo idioma y creo una moneda común para todo el territorio. Además también comenzaron un periodo de expansión hacia el sur, tomando las actuales provincias de Fujian y Guangdong.
En su intento de expansión hacia el norte se encontraron con los hunos que se lo pusieron bastante difícil, así que para contenerlos se construyó la conocida gran muralla China. En un intento de búsqueda de la inmortalidad el emperador murió en un viaje que hizo a la isla Penglai en el año 210 a.c. En su tumba podemos encontrar los guerreros de terracota.
Durante unos años el poder estuvo un poco inestable lleno de rebeliones y traiciones. En el año 202 a.c, el líder rebelde Xiang Yu, se convirtió en emperador naciendo la dinastía Han. La dinastía Han perduró por 400 años. Su nuevo emperador, llamado Gaozu, recentralizó el estado, bajo los impuestos y eliminó el legalismo, sustituyéndolo por el taoísmo.
Su capital sería Chang’an, la actual Xi’an. Esta Dinastía estuvo regada de periodos muy prósperos con los emperadores Wen y Jing, donde se paralizaron las guerras y se invirtió tiempo en la mejora de la vida civil de su población.
En el año 140 a.c, el emperador Wu sometió a las tribus del Norte tan molestas con sus hurtos e invasiones. Conquistó el corredor de Hexi, entre la meseta tibetana y el desierto del Gobi. Gracias a ello, se creo la conocida ruta de la seda, una ruta comercial desde china, pasando por India y Persia y llegaba hasta Grecia y Roma.
El emperador Wu reemplazó el taoísmo por el confucionismo, por su vinculo con el confucianista Dong Zhongshu. Tras muchas batallas con la tribu Xiongnu del Norte, decidieron hacer una tregua con matrimonios concertados entre las hijas de los lideres de ambas regiones, como en gran parte de la historia, las mujeres como monedas de cambio.
la dinastía Han se divide en dos periodos, los han Occidentales que reinaron hasta el año 9 y los Han Orientales hasta el año 220 . Estos últimos tenían su capital en Luoyang.
En el año 100 reinaba el emperador He , el no fue tan importante como su consejero Cai Lun que inventó el papel de arroz para la escritura y gracias a ellos se pudo transmitir de una forma sencilla la literatura y el arte. Durante este periodo se comenzó a introducir el budismo en el país.
Alrededor del año 168, de nuevo se produjeron muchas traiciones para arrebatar el trono al emperador y se produjeron ataques por parte de las tribus del norte. Los terratenientes acumulaban poder y la calidad de vida de los campesinos empezó a empeorar, todo esto mezclado con desastres naturales provoco grandes rebeliones en el Imperio. Xian el ultimo emperador de la Dinastía Han se quedo en el trono siendo controlado por diferentes señores de la guerra.
Mientras tanto, el imperio se fragmentaba y tres generales Han se pelearon por el trono. A partir de aquí comienza un periodo oscuro llamado el periodo de los tres reinos. En el 220 el imperio estaba dividido con Cao Wei al norte, Shu Han al oeste y Wu Oriental al este. Tras arduas batallas entre ellos por el control de las tres tierras en el año 264 ascendió un nuevo emperador dando nacimiento a las dinastía Jin Occidental.
196 a.c
La piedra de Rosetta es una estela incompleta de granodiorita gris y rosa que presenta un decreto sacerdotal sobre el faraón Ptolomeo V de Egipto. El texto está en tres versiones diferentes: jeroglíficos, escritura demótica y griego, cosa que ayudó inmensamente a descifrar por fin los jeroglíficos egipcios. Actualmente se encuentra en el museo británico de Londres.
Su peso aproximado es de 760 kg, presenta tres inscripciones: la superior en jeroglíficos del antiguo Egipto con 14 líneas, la central en escritura demótica egipcia con 32 líneas y la inferior en griego antiguo con 54 líneas. Dado que faltan porciones de la estela (específicamente las dos esquinas superiores y la esquina inferior derecha), ninguno de los textos está completo. Los jeroglíficos eran el lenguaje de los sacerdotes egipcios, la escritura demótica era la lengua común, y el griego se usaba con fines administrativos. El texto en las tres escrituras hacer referencia a un decreto aprobado por un consejo sacerdotal de Menfis que confirma el culto real del rey Ptolomeo V de Egipto, un año después de su coronación.
La superficie frontal está pulida y las inscripciones ligeramente incisas en ella, los laterales están suavizados y la parte posterior está toscamente trabajada, sin duda porque no estaba a la vista en su ubicación original.
El texto de la piedra empieza con un largo elogio sobre los logros y el buen gobierno de Ptolomeo V. Se dice que el rey ha traido mucha prosperidad a Egipto y que ha invertido grandes cantidades de dinero en templos, tanto para construir nuevos como para restaurar los antiguos, y ha proporcionado cereal al pueblo. Los impuestos se han reducido o eliminado, y muchos prisioneros que antes estaban considerados enemigos del estado han sido liberados durante su reinado. El rey también ha aplastado a los enemigos de Egipto, y se menciona una campaña específica contra una fortaleza enemiga, que cayó gracias a la contención de los canales, cortando así el suministro de agua de la ciudad. Para honrar todos estos actos, se eregirá una estatua del rey con diez diademas de oro en todos los templos, llamada «Ptolomeo, defensor de Egipto», que será atendida por los sacerdotes tres veces al día. Se lo reconoce como el dios Ptolomeo Epífanes Eucaristos y como amado por Ptah. El cumpleaños del rey y la fecha de su coronación se celebrarán como festivales con libaciones, sacrificos y festines, y, de la misma manera, el último día y el 17º día de cada mes serán días de celebración en honor del gran gobernante, querido por los dioses, Ptolomeo V. El texto concluye diciendo que estos decretos deberán escribirse en piedra en tres textos – sacrado, documental y escritura griega – y que las piedras deberán instalarse en todos los templos junto a la estatua de este gran rey que vivirá para siempre.
Además de las inscripciones, seguramente contenía una escena que representaba al faraón presentándose a los dioses, coronada por un disco solar alado (Behedety) como en la estela de Canopus.
La piedra fue descubierta en Port Saint Julien, el-Rashid (Rosetta), en el delta del Nilo en Egipto en 1799 por Pierre François Xabier Bouchard. Bouchard era un oficial de ingenieros del ejército de Napoleón, y extrajo la piedra de una vieja pared que estaban demoliendo como parte de los trabajos de construcción del fuerte Julien. El comandante de Bouchard, un tal General Menou, cuando se dio cuenta de su importancia, hizo mandar la piedra a Alejandría. Se hicieron moldes y copias, pero más tarde el general británico Tomkins Turner se hizo con la piedra, con lo que el artefacto acabó por encontrar un hogar permanente en el Museo Británico de Londres.
Varios conocidos eruditos internacionales trataron de usar la piedra para descifrar los jeroglíficos, pero fue el inglés Thomas Young quien identificó primero algunos de los jeroglíficos que estaban relacionados con Ptolomeo V y la dirección en la que debían leerse los símbolos. Sin embargo, fue a principios de la década de 1820 cuando el francés Jean-François Champollion descifró completamente el texto, al descubrir que los jeroglíficos eran en realidad un mezcla de elementos alfabéticos, determinativos y silábicos. Por consiguiente, el significado completo de los jeroglíficos egipcios, perdido durante 1600 años, pudo redescubrirse por fin.
190 a.c
VICTORIA DE SAMOCRACIA
Es una escultura helenística que representa a Atenea Niké, la diosa de la victoria, posándose sobre la proa de una nave con tan meditado equilibrio que el mármol parece elevarse a los cielos. Aunque no se sabe a ciencia cierta quién fue su autor, se cree que pertenece a la escuela de Rodas. Algunos expertos la atribuyen con cierta probabilidad a Pithókritos de Rodas. Actualmente se encuentra expuesta en el museo del Louvre.
ANÁLISIS
La Victoria de Samotracia es una escultura de bulto redondo que representa a la diosa mensajera de la victoria, llamada por los griegos Niké. La figura de la diosa, tallada en mármol blanco de Paros, tiene una altura de 2,75 metros, y se erige sobre una base de mármol gris con vetas blancas, proveniente de las canteras de Lartos, de la isla de Rodas. Esta base representa la proa de un barco. Con ella, la pieza adquiere una altura total de 5,57 metros.
La actitud corporal que ha elegido el escultor es la posición de contrapposto. Se trata de una postura que ofrece mayor naturalidad, al hacer reposar el cuerpo sobre una pierna, liberando a la otra de tensión. Así, la verticalidad y la frontalidad se rompen y la figura adquiere la sinuosidad de una “s”, acentuando el naturalismo.
Los ropajes son los que dan a la pieza el carácter dramático: en las piernas, vemos el inmenso dinamismo de tejidos gruesos que las envuelven, lo que recibe el nombre de drapeado. Sobre el torso y el vientre de la diosa, destaca el efecto escultórico de «paños húmedos» o «paños mojados», al mejor estilo de la escuela de Fidias, lo que permite percibir el ombligo bajo la textura del tejido.
La imagen gana así una gran sensualidad, pero también dinamismo y fuerza expresiva, que se completa con el despliegue y alzado de las alas de abundantes plumas, y un pecho erguido que enfrenta al viento con valor y convicción. Es la actitud corporal de una ganadora al comando de su nave. Además, el hombro y pecho van erguidos, dejando en evidencia que su mano iba alzada en el aire.
Los arqueólogos no han hallado resto alguno de los pies, pero intuyen su disposición. El derecho solo tocaría el suelo con los dedos, mientras que el izquierdo quedaría suspendido en el aire.
DESCUBRIMIENTO
En 1862, Champoiseau era cónsul en Adrianópolis (Edirne), en el Imperio otomano. Como tantos otros jóvenes de su época, buscaba el favor de Napoleón III, de quien conocía su pasión por las antigüedades, pues el emperador no paraba de engrosar las colecciones del Louvre con nuevas adquisiciones.
A mediados de 1862, Champoiseau se encontraba en Eno (la actual Enez), en la costa tracia de Grecia, desde donde se podía divisar fácilmente la silueta de la isla de Samotracia. El joven cónsul quedó encandilado por los relatos de los lugareños sobre las ruinas y los tesoros que le aguardaban a tan sólo unos cuantos kilómetros y decidió excavar allí.
Salió a la luz inesperadamente, cuando los técnicos de la campaña trabajaban en el santuario de los Grandes Dioses, recinto de culto mistérico que perduró como tal hasta la época romana.
Hacia 1950, fue hallada la mano derecha de la escultura, la cual se muestra con la palma abierta y los dedos extendidos (solo quedan dos). A partir de esta información, algunos investigadores sugieres que la diosa no portaba en ella ningún atributo.
El interés suscitado por las copias revela la importancia que la pieza fue adquiriendo en el mundo, al punto de ser frecuentemente referenciada en la literatura, en las artes e, incluso, en el mundo de los negocios, al darle nombre e imagen a la marca Nike. En 1968, Phil Knight se inspiró en la velocidad y destreza de la diosa Niké para darle nombre a su marca de zapatos deportivos.
Poco después, en 1971, Carolyn Davidson recibió el encargo de diseñar el logo de la marca. El encargo exigía que el logo diera la sensación de movimiento. Con el tiempo en contra, Carolyn Davidson pensó en una idea simple, pero poderosa: el símbolo conocido en inglés como «Swoosh» de la marca Nike, que no sería otra cosa que el ala de la Victoria de Samotracia.
ALTAR DE PÉRGAMO
Es la fachada del Altar de Pérgamo. Su construcción fue durante el reinado del rey Eumenes II, para conmemorar su victoria sobre los celtas gálatas. Pertenece a la Época Helenística y su arquitecto es desconocido. Su ubicación original era la acrópolis de Pérgamo, capital del reino helenístico de Pérgamo. Hoy se encuentra en un buen estado de conservación en el Museo de Pérgamo en Berlín.
En la época clásica se levantaban templos dedicados a los grandes dioses o a los dioses locales de cada ciudad. Delante de ellos se colocaban los altares para los sacrificios, que eran construcciones de poca importancia. Más tarde, durante el período helenístico, fueron construidos grandes altares monumentales, dedicados a una deidad, por lo general a Zeus.
ANÁLISIS
Para su construcción se empleo mármol blanco, y todo el conjunto emplea un sistema arquitrabado o adintelado. Su configuración en planta presenta un crepidoma de cinco gradas o escalones sobre las que se eleva un basamento macizo de una altura importante, sobre el que se sitúa un patio porticado con columnas dobles, donde se situaba el altar y al que se accede por una escalinata monumental custodiada por dos alas laterales. Tanto el patio como las alas laterales se presentan al exterior con una galería de columnas jónicas. En este lugar se quemaba incienso y se hacían libaciones en honor de los dioses.
En el alzado destaca su fachada, en la que podemos distinguir dos cuerpos, uno macizo formado por el basamento, decorado con relieves, y un cuerpo superior, porticado o columnado, que transmite una gran ligereza que contrasta con la solidez del cuerpo inferior. Las alas laterales, así como la enorme escalinata de acceso ayudan a transmitir un sentido de monumentalidad al edificio.
El friso del Altar de Pérgamo se compone de 120 paneles de 2.30 metros de altura y un espesor de 50 cm. Este grosor permitió que las figuras en relieve tuvieran una gran profundidad. Cada panel se concibió para representar a un personaje importante.
El friso del basamento exterior muestra un centenar de figuras que representan la lucha de los dioses contra los gigantes (Gigantomaquia), cada una de ellas designada por su nombre: en la cornisa superior aparece una inscripción con el nombre de cada dios, y en caracteres más pequeños sobre la base inferior se presenta otra para los gigantes. A excepción de uno de ellos, Mimas, no se conoce el nombre de ninguno de los otros gigantes.
El friso interior narra la historia de Télefo, hijo de Hércules y héroe fundador de la ciudad de Pérgamo. Sus dimensiones era inferior al exterior, puesto que sólo medía 1,53 metros de altura y unos 80 de longitud. La obra debió ser posterior a la anterior y de diferentes artistas. A diferencia de la Gigantomaquia en éste no se representa una única escena, sino que se hace la narración corrida del mito. Además las figuras se hallan ubicadas en fondos paisajísticos, naturales y arquitectónicos, y con una mesura expresiva que recuerda el estilo más clasicista.
Finalmente, sobre el techo de las columnatas, se disponían unas acroteras con las imágenes de dioses, caballos, grifos, centauros y leones.
FUNCIÓN
Se levantó con la función de servir como edificio conmemorativo que ensalzaba al Estado de Pérgamo, a la vez que servía como altar donde realizar los sacrificios en honor al dios Zeus y a la diosa Atenea victoriosa.
DESCUBRIMIENTO
En algún momento bajo el Imperio Bizantino el altar fue despiezado y sus sillares y relieves fueron utilizados para reforzar la muralla de la ciudad. En 1871, el ingeniero alemán Carl Humann, aficionado a la arqueología, encontró allí tres fragmentos de lo que definió como una «lucha» y los envió a Berlín. Estos restos pasaron desapercibidos en el Altes Museum hasta 1877, año en que el arqueólogo Alexander Conze los valoró y pidió a Humann que iniciara la excavación en serio, rescatando más fragmentos de la muralla y sacando a la luz su basamento que se encontraba in situ en la ladera de acrópolis.
186 a.c
BACANALES/CARNAVAL
Según el diccionario de la Real Academia Española, una bacanal es una “orgía con mucho desorden y tumulto”. Y una “orgía”, palabra cuyo origen proviene igualmente de los cultos a Baco (el griego Dioniso) que tuvieron lugar en la antigua Roma, es un “festín en el que se come y bebe inmoderadamente y se cometen otros excesos”.
Dioniso, el Baco romano, era el más importante, sin duda, de todos los dioses en la antigüedad clásica, por su especial interacción con los seres humanos. El origen de este culto parece ser de origen griego, aunque algunos historiadores romanos como Tito Livio aseguran que el culto a Dionisos es originario de las regiones de Etruria y de Campania. Así nos relata que en Etruria originalmente el culto era de carácter secreto, diurno, y celebrado sólo por mujeres, los días 16 y 17 de Marzo en el bosque sagrado de Semele.
El éxito de este tipo de asociaciones secretas de mujeres se ha atribuido a que fueron una válvula de escape del tradicional machismo bajo el que vivían las mujeres romanas en época republicana, una oportunidad para reunirse, lejos de las miradas de sus maridos y padres, rompiendo con algunas de las prohibiciones a las que estaban sujetas por su condición de mujer, como beber vino y quizá también disponer libremente de su cuerpo y de su sexualidad.
Una de las diferencias más significativas entre las bacanales romanas y las griegas es que en las primeras, las fiestas se reservaban exclusivamente a las clases altas y pudientes, con presencia mayoritaria del sexo masculino.La mujeres ricas solían depender, en la mayoría de los casos, de sus maridos, por lo que no participaban en las bacanales. Esto hacía que los que ofrecieran sus servicios eran los muchachos jóvenes, pues la homosexualidad estaba permitida cuando se mantenía con un esclavo o liberto.
Aunque este culto sufrió importantes cambios tras el liderazgo de Paculla Annia, permitiendo la iniciación en el culto a los hombres adolescentes de menos de veinte años, aunque la prohibición de participar en la Bacanales seguía vigente para el resto de hombres.
Las bacanales evolucionaron en el sur de Italia y se habían extendido a Roma en el siglo II a. C. Tuvieron su origen en ceremonias religiosas aún más antiguas que celebraban a un dios de la naturaleza. Un elemento central de las ceremonias a lo largo de su historia fue el sacramento del vino y un estado de trance inducido por la embriaguez y la danza ritual. Probablemente también se consumieron otras sustancias que alteran la mente. Las bacanales incluían ritos de iniciación a los que debían someterse los recién llegados para poder participar, y los elementos de los rituales se mantenían en secreto para aquellos que no habían sido iniciados.
Las celebraciones pronto se volvieron abiertamente de naturaleza sexual y el ritual de iniciación fue aterrador, destinado a simbolizar un descenso al inframundo y un renacimiento. Las autoridades seculares consideraron que las bacanales era una amenaza para el status quo. Se atribuyeron crímenes escandalosos al culto a Baco, como el abuso de menores y el asesinato ritual, en una reacción similar al susto de las brujas en la Europa medieval.
Ebucio era un joven que perdió a su padre en las batallas contra Anibal y su madre se caso con otro caballero Tito Sepronio Rútilo que derrochaba la herencia de su difunto padre. Ebucio se acercó a la mayoría de edad, el conflicto familiar por una tutela irresponsable parecía inevitable. Fue entonces cuando la madre, para cumplir la promesa que había hecho a Baco cuando su hijo había estado enfermo, pensó en iniciarlo en el culto a esta divinidad, una práctica religiosa muy popular en esos años.
Entró entonces en escena una liberta llamada Híspala Fecenia. Su nombre podría indicar que era de origen hispano, más concretamente de Hispalis (Sevilla), y sin duda era una cortesana de cierta reputación que había seguido ejerciendo su oficio incluso después de adquirir la libertad a la muerte de su dueño. Ebucio e Híspala se hicieron amantes, y su relación fue tan lejos que ella lo nombró su único heredero. Pero cuando el joven le dijo que se ausentaría durante unas noches para iniciarse en el culto a Baco por deseo expreso de su madre, Híspala se desesperó.
Para convencerlo de que desistiera le reveló que, siendo esclava, había sido iniciada en el culto por su dueña y sabía que entrañaba toda suerte de bajezas morales. Le aseguró que la única intención de sus padres era buscar su ruina y quedarse con sus bienes. Cuando, persuadido por su amante, el joven volvió a casa y comunicó a sus padres que no participaría en las bacanales, éstos lo echaron. Ebucio se refugió en casa de su tía paterna, una respetable anciana llamada Ebucia, que le aconsejó denunciar el caso al cónsul Espurio Postumio Albino.
El cónsul decidió llevar a cabo una investigación secreta. El Senado temió que, bajo la secta, se ocultase una conspiración contra la República. Encargó a los cónsules informes contra las bacanales y los sacrificios nocturnos, prometiendo recompensas a los informantes y prohibiendo las reuniones de iniciados.
Es decir, fue un pretexto para aniquilar miembros peligrosos para el Estado romano. La represión fue brutal, el Senado persiguió y arrestó a más de 7000 personas de ambos sexos, ofreciendo recompensas a los delatores. Muchos de los arrestados fueron condenados a muerte, aunque las mujeres condenadas a muerte debían ser ejecutadas bajo la mano del pater familias dentro del ámbito familiar (hasta para morir eran ciudadanas de segunda)
Las segundas guerras púnicas contra Aníbal habían golpeado la moral de los ciudadanos capitalinos, puesto en entredicho las religiones tradicionales (los dioses habían dado la espalda a Roma) y provocado la llegada de extranjeros a Roma. En ese contexto, los ritos dedicados a Baco comenzaron a jugar un papel cada vez mayor, lo que quitó el sueño a las autoridades romanas, que demonizaron la fiesta.
Desde la mentalidad romana podemos entender la preocupación que despertaba la proliferación de este culto, sobre todo, a partir de la aceptación de jóvenes varones en él, ya que tras la guerra, los jóvenes escaseaban y siendo los futuros defensores de la patria, no se podía permitir que rindiesen culto a una divinidad extranjera. Desde su visión, las mujeres estaban corrompiendo a la juventud, haciendo atractivo este culto, mediante el vino y el libertinaje sexual.
El Senado decretó la supresión oficial del culto en toda Italia, salvo en ciertas circunstancias, e impuso la pena capital para los instigadores de las bacanales.
El carnaval que conocemos hoy en día esta basado en las festividades grecorromanas, como las saturnales, las bacanales y las lupercales —Saturnalia, Bacchanalia y Lupercalia, en latín—. El carnaval heredó, por decirlo de alguna manera, elementos de todas ellas que, con el discurrir de los siglos, se fueron transformando en lo que conocemos actualmente.
En el siglo IV, con la persecución cristiana de lo pagano, las bacanales se fusionaron con ciertos elementos de las saturnales ( festividades donde se disfrazaban y caminaban por las calles para celebrar el fin de la cosecha de ese año) en la celebración de las lupercales, que tenían lugar el día 15 del romano mes de febrero. Este festival era una mascarada en la que los jóvenes —llamados Lupercos— sacrificaban un macho cabrío en el Lupercal, la gruta sagrada dedicada a Luperco —dios protector de la fertilidad y los rebaños— en la que Rómulo y Remo fueron amamantados por la loba. Aprovechaban la piel del animal para confeccionar unos taparrabos —única vestimenta que portaban— y unas tiras de cuero que usaban a modo de látigo —las Februa, que dieron nombre al mes de febrero—. Con esta indumentaria, se adentraban en Roma por la Vía Sacra, en dirección al foro, e iban azotando a todo ciudadano que se les ponía por delante —sobre todo mujeres, pero también hombres—, como un acto de purificación que aseguraba la fertilidad de los azotados.
De hecho, en el mismo siglo, frente a lo que aún hoy cataloga como una «fiesta no católica» y en sus ansias de traer la cordura al pueblo, esta Iglesia estableció, justo después del carnaval, la celebración de la Cuaresma. La postura católica se suavizó con las invasiones germanas, al mismo tiempo que el carnaval iba adquiriendo más tintes de protesta contra una Iglesia controladora que de adoración a dioses paganos.
Ante la imposibilidad de prohibir estos festejos, durante la Edad Media la Iglesia puso en marcha su maquinaria de marketing y propuso para ellos el nombre de carnem-levare, del latín vulgar, que significa «abandonar la carne». Curiosamente, este es un precepto de obligado cumplimiento para los cristianos el día que comienza la Cuaresma —Miércoles de Ceniza— y todos los viernes de este período. Posteriormente, el nombre derivó en la palabra «carnaval».
Para terminar, si hacemos un repaso rápido por esta historia, podemos afirmar que el carnaval actual conserva los disfraces de las saturnales, el desenfreno de las bacanales, la fecha y algunos elementos de las lupercales, su carácter protestatario ante el poder hegemónico —en su momento de la Iglesia—, y la gastronomía en la que se procura aprovechar los sanos productos de la huerta y las carnes saladas que no podrán soportar el calor que se aproxima
172 a.c
PERGAMINO
El pergamino es un tipo de soporte de escritura realizado a partir de piel animal (becerro, oveja o cabra). Surgió más de un milenio después del papiro, en un momento de escasez de papiros.
El papiro seguía siendo la mejor opción, sin embargo, tenía varios defectos graves que impedían su utilización fuera de lugares muy secos -reaccionaba mal a la humedad, lo que hacía que la estructura del papel se desintegrara con relativa rapidez. Además, la planta del papiro sólo se podía cultivar en la zona del río Nilo y en algunos ríos del Sudán, por lo que otros territorios tenían que importar papiro de allí. Finalmente, la continua explotación de esta planta provocó una grave escasez de papiro en los últimos siglos de la era antigua.
El pergamino por el contrario, y a pesar de ser de inferior categoría, era un material que resistía mejor el transporte, era menos exigente en cuanto a las condiciones de su almacenamiento y se fabricaba a partir de un recurso que todo el mundo tenía al alcance: la piel de animal. Todas estas circunstancias permitieron el auge de su popularidad.
Para pelar y retirar la carne del pergamino, primero se maceraba en cal durante unos tres días, luego se extendía la piel, tensa como en un tambor, y se raspaba de arriba a abajo con gran cuidado
utilizando un cuchillo de hoja curva. Finalmente se le daba con piedra pómez hasta que la superficia quedaba lisa y uniforme. En la gigantesca tensión del bastidor, un corte demasiado profundo del cuchillo, un folículo de pelo mal cicatrizado o el orificio diminuto de una antigua picadura podían crecer hasta convertirse en agujeros del tamaño de una pelota de tenis. Los copistas aguzaban la imaginación para reparar los desperfectos de la materia prima y a veces su ingenio embellecía aún más el manuscrito. Un hueco en el pergamino podía convertirse en una ventana por la que asomaba la cabeza de una miniatura de la página siguiente.
Según algunos historiadores, era en la ciudad de Pérgamo en donde se producía la mayor cantidad de pergamino, y fue esto lo que dio origen a su nombre, no obstante, también se sabe que este tipo de papel existía incluso antes que la misma ciudad de Pérgamo.
Bajo la dirección del rey Eumenes II, las técnicas de elaboración para crear el pergamino evolucionaron considerablemente, lo que permitió a los países mediterráneos dejar de depender del papiro que se importaba de Alejandría. La gran biblioteca de Pérgamo se benefició enormemente de la expansión del uso del pergamino, logrando rivalizar con la gran biblioteca de Alejandría, famosa por la increíble cantidad de rollos de papiro.
Hacia el siglo IV comienzan a difundirse los pergaminos en formato de códice (aunque ya era conocido desde el siglo I) y se convierte en el formato por excelencia del periodo medieval. Aunque la forma del libro llamado códice fue conocida desde el siglo I, no se difundió hasta el siglo IV. Los códices estaban compuestos de cuadernos de pergamino plegados, cosidos y encuadernados imitando la apariencia formal que tenían los polípticos de tablillas enceradas sobre las que también se escribía en la Antigüedad. El propio nombre de códice procede de la manera con la que se identificaban tales tablillas (codex) y los primeros códices fueron conocidos como codex membranei.
Se usó sobre todo durante la Edad Media, y los pergamineros o pergaminadores, además de los frailes de los monasterios, fueron los encargados de preparar las pieles de animales para escribir. Durante el período mejor documentado, la Edad Media, los monasterios compraban pieles de vaca, oveja, cordero, cabra o cerdo, elegidas en vida del animal para poder apreciar la calidad del ejemplar.
No obstante el pergamino tenía problemas, como su precio, pues eran necesarios animales para fabricarlo y no todos podían acceder a él, por lo que en muchos casos se borraban los textos escritos en un pergamino para reescribir sobre él, dando origen a manuscritos conocidos como palimpsestos.
En el siglo XI, los árabes introdujeron en la península ibérica el papel de celulosa (el mismo que usamos hoy en día), que se había inventado en China hacia el siglo II a. C. pero aún no se había expandido.
Rápidamente el pergamino (costoso y limitado) fue reemplazado por el papel, más barato y fácil de producir, por lo que en el siglo XV ya era la opción de mayor popularidad.
Más allá del pergamino común, existen otros tipos más costosos o simbólicos:
Vitela: Se fabrica a partir de becerros nacidos muertos o recién nacidos cuya piel atraviesa un delicado proceso de pulimento que le brinda delgadez y una alta durabilidad.
Pergamino purpúreo: Era utilizado principalmente en el Imperio bizantino. La piel era frotada con piedra pómez y teñida en púrpura (un color reservado para la realeza), utilizándose principalmente para códices.
Parches de pergamino: Utilizado en la tauromaquia, eran pedazos coloridos de pergamino que estaban unidos con brea o goma y eran pegados en el toro para adornar.
Pergamino judío: Los judíos más tradicionalistas siguen usando pergamino para los rollos de la Torá. La piel del animal debe ser preparada bajo los preceptos cashrut, por lo que requiere de la supervisión de un rabino.
Los pergaminos más antiguos que se conservan son: el Libro de horas, el Codex Rossanensis y los rollos del mar muerto.
167 a.c
MACABEOS
A comienzos del siglo II a.c., Antíoco III, de la dinastía griega de los Seléucidas, que gobernaban en Siria, conquistó Israel, hasta entonces bajo los Tolomeos, reyes helénicos de Egipto. Los judíos comenzaron a utilizar nombres griegos y adoptaron las costumbres y el modo de vestir helénicos en distintos grados.
Empezó entonces un período durante el cual se martirizó a muchos judíos de todo el país, pues se obligaba a la población a adoptar las costumbres y los sacrificios paganos bajo pena de muerte. Los libros apócrifos de los Macabeos contienen muchos relatos de hombres, mujeres y niños que prefirieron morir a transigir.
La rebelión de los macabeos es uno de los conflictos más interesantes del periodo helenístico, tanto porque supuso el resurgir de un Estado judío tras varios siglos de sumisión frente los grandes imperios como porque constituyó el movimiento de resistencia más destacado frente al avance de la cultura griega en el Próximo Oriente y Asia Central.
Tal es así que a día de hoy el acontecimiento se celebra como uno de las festividades más relevantes del calendario judío, la Janucá. El 167 a.c., después de que Antíoco emitiera en Judea los decretos que prohibían la práctica de rituales religiosos, un sacerdote rural de Modín, Matatías el Asmoneo, encendió la chispa de la revuelta contra el Imperio seléucida. Rechazaba rendir culto a los dioses griegos.
Matatías mató a un judío helénico que se adelantó para ofrecer un sacrificio a un ídolo griego en el pueblo de Matatías. Él y sus cinco hijos huyeron a las montañas de Judea. Tras su muerte, un año más tarde, su hijo Judas Macabeo lideró un ejército de judíos disidentes a la victoria contra los seléucidas. Tras la victoria, los macabeos entraron triunfantes en Jerusalén, realizaron una limpieza ritual del Templo, restableciendo los servicios tradicionales judíos e instaurando a Jonatán Macabeo como sumo sacerdote.
Tras el reacondicionamiento del Templo, los partidarios de los macabeos quedaron divididos por la decisión de seguir o no luchando. Cuando la revuelta comenzó bajo el liderazgo de Matatías, era vista como una guerra por la libertad religiosa para acabar con la opresión seléucida. Sin embargo, cuando los macabeos comprobaron su éxito, muchos quisieron seguir luchando para conseguir la independencia política.
Los partidarios de seguir combatiendo por la independencia fueron liderados por Judas Macabeo. Tras su muerte en batalla el 160 a. c., le sucedió como comandante del ejército su hermano menor, Jonatán, que ya era sumo sacerdote. Jonatán firmó tratados con reinos extranjeros, provocando mayores distensiones entre aquellos que deseaban libertad religiosa frente a poder político. A la muerte de Jonatán el 142 a. c., Simón Macabeo, el último hijo de Matatías, ascendió al poder. Ese mismo año, Demetrio II, rey de Siria, garantizó a los judíos la independencia política completa, y Simón, sumo sacerdote y comandante de los ejércitos judíos, fundó la dinastía Asmonea. La autonomía judía se mantuvo hasta el 63 a. c., cuando el general romano Pompeyo capturó Jerusalén y sometió todo el reino al dominio de Roma. La dinastía Asmonea se mantuvo hasta el 37 a. c, cuando el idumeo Herodes el Grande se convirtió de facto en rey de Jerusalén.
166 a.c
LAOCOONTE Y SUS HIJOS
La escultura Laocoonte y sus hijos es una de las obras más relevantes de la tradición Antigüedad Clásica y pertenece estilísticamente al período helenístico. Atribuida a Agesandro , Arenorodo y Polidoro de Rodas. Actualmente se encuentra en el museo del Vaticano en Roma.
ANÁLISIS
La obra que tratamos es un grupo escultórico de bulto redondo, de mármol blanco, representada en cuerpo entero y encontrándose las figuras de pie. En un principio es posible que la escultura estuviese policromada, aunque en la actualidad se ha perdido.
La escultura mide 2’45 m de altura y ocupa un gran volumen, dando sensación de gran pesadez. El grupo escultórico esta diseñado para ser visto de frente, se desconoce el emplazamiento original del grupo escultórico.
Por la técnica de esta obra, podemos decir que la escultura griega ha alcanzado el grado de barroquismo, como se puede apreciar en la tensión y dramatismo de los rostros cuerpos y el movimiento y la inestabilidad de todo el grupo.
La composición de la obra se puede decir que es piramidal en la que destaca la figura de Laocoonte sobre sus hijos. El movimiento forzado y la tensión del conjunto se acentúan por la disposición de las serpientes que, con sus anillos de formas sinuosas con curvas y contracurvas a la vez cierran y abren el conjunto.
El tratamiento de la figura humana en Laoconte trata un perfecto estudio anatómico de la musculatura muy desarrollada, con un cuerpo de atleta. Tiene postura semisedente, que parece apoyarse en el asiento, del que cuelgan unos rígidos ropajes. Tiene la pierna derecha doblada y la izquierda retrasada, acentuando la idea de tensión. En la representación no se descuida el trabajo psicológico sobre los personajes. Laocoonte expresa el dolor terrible de tener que enfrentar a la vez la muerte de sus hijos, que dirigen su mirada hacia él como pidiendo auxilio, y su propia muerte.
Sin embargo, el cuerpo de los hijos son menos expresivos y con la musculatura menos marcada. Las calidades táctiles están estudiadas con gran virtuosismo técnico: piel, cabellos, los escasos
vestidos. Podemos apreciar las rugosidades y texturas de la piel, los rizos con abundante labor de trépano en barbas (presenta profundas incisiones para dar efecto de gran relieve de claroscuro), los cabellos que acentúan los efectos de luz y sombra y el acanalamiento rígido de los paños.
Los rostros y gestos son tremendamente expresivos, reflejan miedo y dolor, pero lo gestual y emotivo no sólo están en los rostros, sino en los cuerpos en movimiento, en el dinamismo de la
composición, en el ritmo marcado por brazos, piernas y serpientes: Lo dramático, el “Pathos” se ha impuesto definitivamente. Cada personaje enfrenta un momento diferente del ataque: mientras Laocoonte y uno de los jóvenes parecen mortalmente atrapados, uno de los niños pareciera tener posibilidades de escapar al martirio. La escena no se concluye, queda abierta. Quizá, sea un guiño de ojo a una de las versiones del mito, según la cual, un hermano logra sobrevivir.
Todo esto no es otra cosa que la confirmación del abandono de los dioses. La mirada de Laocoonte, inútilmente, busca una señal del cielo; su boca se entreabre, pero no como quien grita, sino como quien se entrega a una suerte inexorable con toda la dignidad de la que es capaz.
SIMBOLOGÍA
En los mitos griegos se relata que, durante el asedio de Troya, dos serpientes fueron enviadas por Apolo, Poseidón, o Atenea, y atacaron a Laocoonte, sacerdote troyano de Apolo, y a sus dos hijos. Las versiones que relatan este episodio son numerosas y se discute si el grupo escultórico debió haberse basado en el relato de Virgilio en la Eneida, en el que morían Laocoonte y sus dos hijos, o en una versión anterior narrada en un poema perdido del ciclo troyano, la Iliupersis, donde morían Laocoonte y solo uno de los hijos. La fuente también pudo haber sido una tragedia perdida.
Laocoonte era el sacerdote del templo de Apolo Timbreo en Troya y, al igual que Casandra, advirtió a los troyanos que si dejaban entrar en la ciudad al Caballo de Troya caerían en una trampa tendida por los griegos aqueos. Laocoonte llegó a arrojar una lanza que se clavó en el caballo de madera, pero cuando los troyanos estaban a punto de destruir el caballo, los soldados troyanos trajeron a Sinón, quien con las mentiras ideadas por Odiseo logró convencer a Príamo de que se trataba de una imagen sagrada de Atenea.
Cuando Laocoonte se disponía a sacrificar el toro a Poseidón, dos serpientes marinas, llamadas Porces y Caribea, llegaron desde Ténedos y las Calidnes; salieron del mar y atacaron a los hijos mellizos de Laocoonte, llamados Antifante y Timbreo, enroscándose alrededor de sus cuerpos; Laocoonte intentó salvarlos pero sufrió la misma suerte. La tradición de Virgilio muestra las serpientes como un castigo divino por haber intentado destruir el caballo. Los troyanos interpretaron el episodio como una muestra de que el caballo era un objeto sagrado y de que Sinón había dicho la verdad.
Hay otra versión del mito que explica que se trató de un castigo de Apolo porque Laocoonte se había casado con Antiopa y engendrado hijos, consumando el hecho ante la estatua del dios, hecho que constituía un sacrilegio, ya que había realizado voto de celibato.
FUNCIÓN
Esta obra tiene una clara funcionalidad propagandística: en el mundo helenístico las obras se hacían por encargo de personajes poderosos: monarcas o sátrapas, generales, etc. También tiene una funcionalidad religiosa: ver los castigos que se podían recibir cuando los mortales desobedecían o enojaban a los dioses.
Esta obra tendrá una gran trascendencia en la historia del arte. Se ocultó en Roma y se descubrió en el siglo XVI, causando un gran impacto. Miguel Ángel quedaría impresionado e influirá en su obra, así como en el Manierismo. También El Greco se sentiría atraído e influiría en su pintura. Incluso la iglesia adoptó el rostro del Laoconte como prototipo del mártir cristiano por la expresión del dolor.
160 a.c
YUGURTA
Fue un rey de Numidia que comabtió con el estado romano. Numidia era un reino norteafricano, situado cerca de Cartago, el mayor enemigo de la República romana donde reinaba Masinisa.
Tras la muerte de Masinisa en 148 a. c, fue sucedido por su hijo Micipsa. Por entonces su sobrino Yugurta era tan popular, que Micipsa se vio obligado a enviarlo a Hispania, estancia que este aprovechó para establecer contactos con romanos influyentes. Allí comprendió la debilidad de los romanos para el soborno, lo que aprovechó en el futuro. Participó con Escipión Emiliano en el asedio de Numancia en la tercera guerra celtíbera.
Cuando murió Micipsa en 118 a. c, el reino se dividió entre sus dos hijos (Aderbal e Hiempsal) y su sobrino Yugurta. La voluntad de Micipsa era que a su muerte sus tres hijos compartieran el reino.
Inmediatamente, Yugurta se enfrentó con Hiempsal y lo asesinó. A continuación se enfrentó con Aderbal, que resultó vencido y huyó a Roma para pedir ayuda. Los gobernantes romanos, probablemente sobornados, o quizá por el deseo de terminar rápidamente con el problema, dividieron Numidia en dos partes, el este para Aderbal, y el oeste para Yugurta. Debido a que Yugurta sobornó a los oficiales romanos de la comisión, las regiones más ricas de Numidia le fueron entregadas a él. No obstante, se aceptó el resultado y se estableció un breve periodo de paz.
Yugurta no quedó satisfecho, y en el año 113 a. c, invadió Cirta, capital de Aderbal, incurriendo en la cólera de Roma, al resultar muertos varios comerciantes itálicos allí asentados, además del propio Aderbal. Roma se vio obligada a intervenir en 111 a. c, en una breve campaña mandada por el cónsul Lucio Calpurnio Bestia. Yugurta se rindió, pero obtuvo una paz muy favorable, sospechosa una vez más de haber sido conseguida con sobornos. Como consecuencia, Cayo Memio, tribuno de la Plebe, promovió una investigación, solicitando la presencia del propio Yugurta, pero fue vetado por otro tribuno sobornado, Cayo Bebio. Yugurta tuvo que ir a Roma, pero no llegó a declarar.
Reanudada la guerra, Roma envió al cónsul Quinto Cecilio Metelo el Numídico, que se enredó en una campaña interminable durante cinco años (111-106 a. c). Impaciente por el curso de la guerra, su lugarteniente Cayo Mario volvió a Roma para buscar el consulado, y una vez logrado, volvió y tomó la dirección de las operaciones. Tras una serie de victorias importantes, Cayo Mario, se granjeó la amistad de Bomílcar, el hermano de la madre de Yugurta y principal lugarteniente del rey númida, encomendándole la misión de deponer a Yugurta, pero se descubrió la trama y Yugurta lo ejecutó cuando este se dedicaba a provocar descontentos entre su guardia.
Mario envió entonces a su legado Lucio Cornelio Sila a Mauritania para privar de apoyos a Yugurta. Sila logró el apoyo de Boco I, y la captura de Yugurta, que fue enviado a Roma cargado de cadenas y ejecutado en 104 a. c en la Cárcel Mamertina. A cambio, Boco recibió parte del reino de Numidia.
La guerra de Jugurta mostró claramente los problemas de la República romana en esa época. El hecho de que Jugurta fuera capaz de mantenerse en el poder mediante la compra o soborno de oficiales, militares y civiles romanos, refleja el declive ético de la época.
149 a.c
TERCERA GUERRA PUNICA
La Tercera y última de las guerras entre Roma y Cartago consistió en poco más que el asedio de la ciudad de Cartago, que culminó previsiblemente con su saqueo y destrucción total.
El conflicto se debió al deseo romano de aplacar por las malas el creciente sentimiento en su contra que surgía en Grecia y en Hispania. Coincidió con el anuncio de Cartago de que, habiendo saldado ya las deudas impuestas por el tratado de paz de la Segunda Guerra Púnica, se consideraban libres de los términos del mismo.
Deseosa de dar el ejemplo, Roma inició en 149 a. C. una serie de reclamos a Cartago, cada uno más exigente que al anterior, esperando incitar a los cartagineses a otro conflicto militar abierto, pero careciendo de casus belli, o sea, de un motivo público para iniciar la guerra.
Roma desató la guerra con la exigencia de que Cartago fuera demolida y trasladada a un punto más lejano de la costa mediterránea en el continente africano. Ante la obvia negativa de los cartagineses, Roma declaró la guerra. Así comenzó un primer sitio que el pueblo cartaginés resistió heroicamente, involucrando en la lucha incluso a las mujeres y niños.
Pero una segunda ofensiva a cargo de Publio Cornelio Escipión Emiliano, nieto político de Escipión “el Africano”, derrotó las defensas cartaginesas tras 3 años de asedio. Cartago fue saqueada, quemada hasta sus cimientos, y sus ciudadanos apresados y vendidos como esclavos.
Roma se convirtió en la potencia preeminente del Mediterráneo y Cartago quedó en ruinas durante más de cien años hasta que fue finalmente reconstruida tras la muerte de Julio César. Las guerras púnicas proporcionaron a Roma la formación, la armada y la riqueza para pasar de ser una pequeña ciudad a un imperio que gobernaría el mundo conocido.
140 a.c
HERMANOS SEMPRONIO GRACO
Cornelia, la hija del gran general romano Publio Cornelio Escipión Africano, tuvo doce hijos, aunque solo los conocidos hermanos Tiberio y Cayo y su hermana Sempronia llegaron a la edad adulta. Tiberio fue educado por su madre Cornelia, tuvo excelentes maestros, como el filósofo estoico Cayo Blosio de Cumas y el retórico Diófanes de Mitilene. A los 10 años fue augur. Comenzó sirviendo como oficial durante la llamada tercera guerra púnica a las órdenes de Publio Cornelio Escipión Emiliano (primo de su madre Cornelia y, por adopción, primo suyo), destacando en su asalto a las murallas de Cartago: se dice que fue el primero en escalarlas.
Roma había conseguido derrotar a su gran enemigo cartaginés y ya extendía su Imperium por buena parte del Mediterráneo. Esto generaba dos cosas buenas (para la aristocracia), abundancia económica y una fuerte oferta de esclavos en Roma. En el ámbito económico, las devastaciones que los ejércitos cartagineses habían llevado a cabo en sus incursiones al Norte y Sur de Roma generaron una gran cantidad de “tierra quemada” que se perdió para sus campesinos. Por otro lado, los pequeños campesinos desatendían sus tierras para engrosar las filas del ejército y éstas fueron compradas a bajo precio por la oligarquía senatorial de Roma. El régimen de propiedad pasa ahora del minifundio al latifundio.
Los aristócratas compraban montones de esclavos para que cultivaran por ellos las tierras que, cada vez más, acumulaban en su poder. Y esto era algo que la mayor parte de los ciudadanos despreciaba al pensar que con tanto esclavo que venía de fuera, pronto habría más que romanos e incluso que eso era un problema para la estabilidad del poder romano.
El Tribunado de la Plebe fue una de las piezas esenciales del funcionamiento de la República romana. Una institución que nació como una figura revolucionaria, entre comillas, que surgió como consecuencia de los disturbios provocados por las masas populares, al exigir el derecho de elegir a sus propios magistrados. Y que al final acabó convirtiéndose en un arma en manos de las aristocracia para asegurarse su control sobre el estado.
La lucha entre patricios y plebeyos de principios de la República, da paso a otro tipo de conflictos sociales, la confrontación de dos grupos, que no partidos como se entenderían hoy en día, optimates y populares diferenciados por la capacidad económica y no tanto por el origen, que surgen de la propia clase dirigente. Los primeros se consideraban guardianes de las tradiciones, preocupados por mantener el control que el Senado ejerce sobre la vida pública y estaban capitaneados por Escipión Emiliano, Q. Mucio Escévola y Calpurnio Pisón. Y los segundos, favorables a la ampliación del Senado proponiendo reformas institucionales para resolver los problemas de la República, tenían a la cabeza a Apio Claudio Pulcher y los hermanos Graco.
Tiberio Sempronio Graco, fue elegido tribuno de la plebe en el año 134 a. c Él sabía que la culpa de aquella situación no era de los esclavos por lo que, haciendo honor a las responsabilidades de su cargo, decidió ayudar al pueblo romano a resolver la cuestión.
Organizó una asamblea popular en la que planteó una reforma agraria que pretendía redistribuir la propiedad de la tierra entre todos los romanos. Tiberio quería que la tierra pública (ager publicus) usurpada por la aristocracia fuera redistribuida entre todos los ciudadanos como marcaban antiguas leyes romanas. Cuando se planteó que cada ciudadano no pudiera tener más de 500 iugera (unas 125 hectáreas) de tierra pública en su poder, las clases aristocráticas y senatoriales pusieron el grito en el cielo. Era un ataque frontal contra su fuente de riqueza y eso no lo podían permitir.
Después de intentos por vetar y tumbar la nueva ley, esta finalmente se aprobó gracias a estrategias políticas de Graco y sus seguidores. Una facción del Senado mando asesinar a Tiberio. Cuando una buena parte de la plebe se reunía en la colina Capitolina para reelegir en el cargo a Tiberio, una masa enfurecida de aristócratas se abalanzó contra ellos armados, pero no con espadas (al ser un lugar sagrado) sino con estacas y trozos de madera. Algunos senadores incluso habían arrancado las patas de las sillas de la Curia y armados con ellas dieron muerte a unas 300 personas que estaban allí para apoyar a su tribuno. Entre los muertos, por supuesto, estaba el propio Tiberio Sempronio Graco. Tiberio murió de un mazazo en la nuca. Su cuerpo fue arrojado al Tíber, negándosele toda sepultura, mientras Nasica era destinado, prudentemente, a una misión en Asia, y Escipión Emiliano justificaba en cierta medida su asesinato.
Años más tarde, Cayo, hermano de Tiberio, defendería una vez más las reformas agrarías produciéndose una verdadera sublevación que acabó con el suicidio del propio Cayo, que había sido declarado enemigo del estado y con la ejecución de más de 3000 de sus partidarios. Estas son las reformas que le fueron aprobadas:
- Las restituciones del ager publicus se dejaron de lado y en su lugar se verificó un nuevo reparto de tierras con la fundación al mismo tiempo de colonias en Italia y en Cartago. Esto fue una novedad difícil de entender y de aceptar para la clase senatorial puesto que nunca antes Roma había fundado colonias fuera del territorio itálico. La colonia de Cartago se creó con la Ley Rubria que fue abolida en el 121 a. c, creando así una situación difícil y confusa para los colonos. Años después Julio César reemprendería la colonización.
- Prometió a los soldados que estarían equipados a expensas del Estado (antes se tenían que pagar ellos mismos sus pertrechos e incluso aportar las armas). Aprobó leyes para mejorar el servicio militar y para construir nuevas carreteras que favorecieran la marcha de los soldados en campaña.
- Puso en marcha una nueva ley: la Ley Annona (Annona era la diosa de la recolección). Fue una novedad en Roma, aunque era muy conocido este sistema entre los griegos. Esta ley fijaba un precio para el trigo, estableciendo una cantidad de trigo por mes (43,5 litros) y con un importe reducido para los ciudadanos romanos más pobres. La ley fue una medida muy acertada. Años más tarde el general Cayo Mario la llevaría a cabo con gran éxito lo mismo que el propio Julio César.
- Abolió la Ley Calpurnia del 149 a. c. con lo que rompió el monopolio del Senado en los asuntos de los tribunales e introdujo al mismo tiempo la paridad de estos con los caballeros.
Cayo Sempronio Graco cometió el gran error de pretender el tercer mandato consecutivo como tribuno de la plebe. Esta pretensión fue lo que colmó la paciencia del Senado que se puso en su contra. Así fue cómo Roma aprendió que el crimen podía ser utilizado como arma política de forma natural.
138 a.c
LUCIO CORNELIO SILA
Nacido en el seno de una familia aristocrática de segunda fila, Lucio Cornelio Sila tuvo que ponerse al frente de una casa con más deudas que rentas a la muerte de su padre . Lejos del terrorífico aspecto físico que años después adquiriría, probablemente exagerado por la propaganda enemiga, el atractivo físico del joven Sila –pelirrojo y de piel clara– le permitió frecuentar con éxito el mundillo del teatro y seducir a varias cortesanas de lujo con amplios recursos económicos . Con el patrimonio que le legó una de ellas y el dinero que recibió con la muerte de su madrastra, el romano inició de forma tardía su carrera política a los 30 años de edad. Su primer cargo fue como cuestor, en el año 107 a.C, durante la guerra contra el rey de Numidia, Jugurta , y lo hizo bajo el mando de Cayo Mario .
Mario fue uno de los generales más brillantes en la historia de la República y ejerció el consulado siete veces a lo largo de su vida, una leyenda viva. Cuando Sila se puso bajo su servicio, Mario no pudo sino protestar por la imposición de un hombre considerado afeminado, a quien se rumoreaba que le faltaba un testículo , y manchado por las bajas pasiones debido a su vinculación con el mundo del teatro , según las consideraciones de la época.
No en vano, Sila destacó rápido por sus servicios a la República cuando trabó amistad con el rey Boco I de Mauritania , familiar de Jugurta, y consiguió que entregara al escurridizo rey africano a Roma. El prestigio militar de Sila creció de cero a cien, pero en vez de ganarse la admiración de Mario –según apunta el historiador clásico Plutarco – generó la primera fricción política entre ambos, puesto que aquél se volvió envidioso del éxito de su subordinado y éste no hacía sino echar leña al fuego con una actitud arrogante. Sila reivindicó para sí todo el honor de este éxito, y se mostraba tan orgulloso del mismo que lo hizo grabar en el anillo que le servía de sello.
Tras hacerse cargo de forma brillante del gobierno de Cilicia (en la actual Turquía) como propretor, Sila regresó a Roma a recoger los beneficios de tanto esfuerzo. Sin embargo, Mario se encargó de que en vez de honores le esperara un humillante proceso judicial por corrupción . Fue en este instante cuando las tensiones entre Sila y Mario se convirtieron en abierta hostilidad. Aunque se libró de una condena judicial, el prestigio de Sila quedó gravemente dañado por las acusaciones y hubo de retirarse de la actividad pública durante los siguientes tres años .
La reiterada reclamación de los aliados latinos de Roma , que servían en su ejército y eran injustamente tratados, de que no recibían los beneficios sociales que se merecían estalló en violencia a partir del 90 a.c. Sila se distinguió como comandante cuando estaba a punto de finalizar la guerra . Presentándose como el sofocador de la rebelión, el romano obtuvo su tan anhelado consulado en el año 88 a. c, junto a Quinto Pompeyo Rufo, y se postuló para obtener el mando en una guerra contra el rey Mitríades VI de Ponto . Sin embargo, Mario maniobró para recibir esta responsabilidad, lo cual cayó como una grave ofensa hacia Sila que, con las seis legiones que ya había alistado para la guerra, se lanzó contra Roma « para liberarla de sus tiranos ».
Sila dirigió las tropas a luchar contra Mitrídates, en un conflicto que duro varios años y le dejó demacrado físicamente a causa de los rigores militares. Su piel quedó quemada –probablemente sufrió en su madurez alguna enfermedad degenerativa de la piel– y su cabello pelirrojo escaseó hasta clarear, dándole un aspecto terrorífico en el conjunto, siempre ataviado con un sombrero en su vejez, según las descripciones de la época.
Pese a su mala salud, Mario reunió apoyos y reconquistó Roma en el año 87 a.c manchando las calles de sangre en una represión interna sin precedente contra los aliados de Sila. Mario y su aliado Cinna se declararon cónsules para maquillar el hecho de que habían asumido el poder a la fuerza , pero de forma repentina el veterano general falleció dejando descabezado el bando de los populares frente a los optimates , con Sila a la cabeza. Posteriormente, la muerte de Cina durante un motín militar dejó en bandeja la victoria de los optimates .
A pesar de que Sila partió de Asia con sus legiones a mediados del 84 a.C., no desembarcó en el sur de Italia hasta la primavera del año 83 a.c Durante ese tiempo intermedio, permaneció en Grecia para tratarse una enfermedad y de paso llenar sus naves con miles de obras de arte: cuadros, estatuas, manuscritos preciosos, esculturas, columnas de templos…
En el momento de su llegada a Brindisi (sur de Italia), Sila contaba con decenas de miles de soldados veteranos muy leales y dispuestos a luchar por él, a los que se les unieron enseguida las tropas de algunos aliados. Desde África acudió Metelo Pío, hijo de Quinto Cecilio Metelo, el rival político de Cayo Mario en la guerra de Yugurta; desde Hispania viajó Marco Lisinio Craso, el futuro miembro del Primer Triunvirato junto a Julio César y Pompeyo Magno; y desde el centro-este de Italia llegó el ya mencionado Pompeyo Magno, hijo de Pompeyo Estrabón.
En ese contexto desesperado fueron elegidos para el consulado del año 82 a.C. dos destacados populares, Papirio Carbón y Mario el Joven, un hijo adoptivo de Cayo Mario que aun no tenía la edad legal para ser elegido. Sin embargo, el poder de convocatoria del hijo del legendario tercer fundador de Roma no impidió que Sila, Pompeyo, Craso y Metelo Pío siguieran cosechando éxitos. En consecuencia, Carbón tuvo que retirarse unos cientos de kilómetros al norte y Mario el Joven acabó encerrándose en Praenestre, al sur.
Sin los cónsules presentes y con los pretores huidos, el camino hacia la metrópolis estaba libre, por lo que Sila se hizo con la ciudad en la primavera del 82 a.C. No obstante, el general sabía que Roma no sería completamente suya hasta que aplastara los reductos de resistencia que quedaban a su alrededor. Para empezar, derrotó en varios encuentros menores a Carbón, que prefirió huir a África antes que acudir a un enfrentamiento definitivo.
Ante este panorama, los aliados samnitas eran los únicos disponibles para liberar a Mario el Joven y recuperar Roma. La batalla decisiva tuvo lugar en Porta Colina, a muy pocos kilómetros de la urbe, y terminó con una gran derrota de los itálicos. Cuando Sila envió las cabezas decapitadas de los líderes samnitas a Praenestre, Mario el Joven supo que ya no había ninguna esperanza y se suicidó junto a su guarnición. De esta manera, Sila se convirtió en el dueño y señor de Roma por segunda vez en esa década.
La victoria de Lucio Cornelio Sila fue seguida de una dictadura ilimitada, un sistema que siempre había estado limitado en el tiempo. La figura del dictadura era dentro del sistema republicano un mando extraordinario que se confería a una persona, el dictator , en momentos de extrema gravedad.
Sila se nombró dictator rei publicae constituendae («dictador para el restablecimiento de la República») por tiempo ilimitado e inició una represión política igual de sangrienta, o incluso superior, a la realizada por Mario años antes. Una lista de proscritos clavada en el Foro señalaba quienes debían perder todos sus derechos como romanos y morir, siendo perfectamente legal que fuera a través de un método violento. Las cabezas de cientos de proscritos terminaron decorando las paredes del Foro . Sus propiedades pasaron a ser propiedad de Sila y del Tesoro, que sin embargo se mostró muy generoso en el reparto entre sus seguidores. Entre estos beneficiados se encontraba Cneo Pompeyo Magno –conocido como el adulescentulus carnifex (el «adolescente carnicero») por ser el verdugo de muchos de los proscritos de la lista de Sila.
Aumentó el Senado hasta doblar su número de miembros , redujo poder a los tribunos de la plebe –que en el pasado habían sido usados por ambiciosos aristócratas del bando de los populares para iniciar sus carreras políticas–, reformó los tribunales y el acceso a las magistraturas.
Fuera de las fronteras de Roma, la venganza de Sila se hizo notar aun más intensamente. En Praenestre, Sila mandó ejecutar a unas 12.000 personas al mismo tiempo que mandaba construir un templo a la diosa Fortuna, símbolo de su victoria sobre sus enemigos. Peor suerte corrieron otras ciudades de Italia como Nola o Capua, que fueron materialmente arrasadas. Algunas otras, como Pompeya, fueron reconvertidas en colonias para los soldados veteranos de Sila, entre los que se repartieron las tierras confiscadas.
Una vez completadas las reformas, Sila sorprendió a sus rivales abandonando la dictadura a finales del año 80 a.c. El tirano se retiró en paz a una finca en el campo junto a su segunda esposa , Valeria . Sila tuvo muchos amanates entre los que destacaba un actor griego llamado Metrobio , que, junto a su esposa Valeria, formaron un triángulo amoroso hasta los últimos días de vida de Sila. Entre la leyenda negra y la realidad, los rumores sostienen que el retiro del dictador fue sucedido por desenfrenadas fiestas y orgias celebradas con su nueva esposa en la villa campestre de Puteoli, en Campania, donde participaban tanto hombres como mujeres, la mayoría procedentes del mundo del teatro. En el 78 a. C, Cornelio Sila falleció súbitamente provocando que Valeria y Metrobio tuvieran que huir a Grecia ante las acusaciones de depravación . Según las escabrosas fuentes del periodo, una extraña enfermedad causó la podredumbre de su carne y llenó su cuerpo de ácaros hasta matarlo.
Tras Sila, Julio César sería el segundo dictador por tiempo ilimitado de la República Romana y también el último, dado que su asesinato marcó el principio del Imperio romano. Julio César tenía 18 años cuando las tropas de Sila tomaron Roma por segunda vez y comenzaron la persecución del bando de los populares , con el que el joven estaba estrechamente vinculado. Sila le perdonó la vida, probablemente porque no era alguien con riquezas, pero le reclamó a cambio que se divorciarse de la hija de Cinna. César se negó, a pesar de las amenazas y ofertas de favores del dictador, y tuvo que abandonar la ciudad cuando empezó a temer por su vida.
La madre de Julio César consiguió el perdón para su hijo pidiéndo misericordia, pero Sila jamás olvido el desafío de ese joven que tanto le recordaba a su tío, Mario, y a él mismo de joven.
130 a.c
VENUS DE MILO
Es una escultura del periodo helenístico griego con rasgos del estilo clásico griego. También conocida como Afrodita de Milo. La obra se encuentra actualmente en el Museo del Louvre, en París, el mismo lugar donde fue dada a conocer por primera vez al público.
Un poco más grande que el tamaño natural, se cree que es obra del escultor Alejandro de Antioquía, después de una inscripción en su pedestal (ahora perdida). Se cree que la Venus de Milo representa a la diosa del amor y la belleza, Afrodita (conocida como Venus en la mitología romana).
Según la mitología, un joven príncipe troyano llamado París, recibió una manzana de oro de la diosa de la Discordia y le dijo que se la otorgara a la más hermosa de las tres candidatas: Afrodita, Atenea y Hera. Afrodita ganó el concurso de belleza sobornando a París con el amor de la mujer mortal más hermosa, Helena de Esparta, y se le concedió la manzana.
ANÁLISIS
La estatua está hecha de Mármol de Paros y mide unos 211 cm de alto, sin su pedestal. Se cree que representa a Afrodita, la antigua diosa griega del amor y la belleza. (El equivalente romano es la diosa de Venus).
La estatua Venus de Milo representa a una mujer con el torso desnudo, los brazos mutilados, el cabello recogido y con un vestido ceñido a la cintura que cubre el pubis y sus extremidades inferiores.
Los expertos en reconstrucción de esculturas calculan que el brazo derecho de la Venus de Milo, tallado por separado, yacía sobre el torso, con la mano derecha apoyada en la rodilla izquierda levantada, sujetando así la tela que rodeaba las caderas y las piernas.
El brazo izquierdo, mientras tanto, sostenía la manzana a la altura de los ojos. Los eruditos siguen divididos en cuanto a si la diosa estaba mirando la manzana que estaba sosteniendo, o mirando a lo lejos.
En su estado original, la escultura habría sido teñida con pigmentos de color, para crear una apariencia más realista, luego decorada con brazaletes, pendientes y diadema, antes de ser colocada en un nicho dentro de un templo o gimnasio. Hoy sin embargo no queda ningún rastro de pintura, mientras que los únicos signos de cualquier joya metálica son los agujeros del accesorio.
Se observa en ella las influencias de Praxíteles y Fidias. La composición de Praxíteles se caracterizaba por una línea muy flexible que divide las figuras si se traza en el medio de arriba abajo; todos tienden a estar reclinados. Árboles, drapeados y otros elementos semejantes se usan como apoyo para las figuras de mármol, y se incluyen en el diseño en lugar de ser extraños a él; mismas composiciones que usaba Fidias.
La rodilla doblada, mientras está de pie, refuerza el contorno de sus formas. Se trata una vez más de la famosa disposición de contraposto, en la que el cuerpo distribuye su peso sobre una pierna que funciona como punto de apoyo, lo que permite que el conjunto adquiera una forma sinuosa. Con esta posición, hombros y pelvis se inclinan inversamente.
La cabeza es visiblemente muy pequeña con relación al cuerpo. Aún así, el artista mantiene el canon de las proporciones de ocho cabezas, preservando la armonía entre las partes. Existe la misma distancia entre los senos que entre el pecho y el ombligo. Asimismo, el rostro se alarga a la medida de tres narices.
DESCUBRIMIENTO
La estatua se encontró semienterrada, en dos pedazos, el 8 de abril de 1820 en la isla egea de Melos, llamada también Milo, por un campesino llamado Yórgos Kendrotás. Cerca de la estatua se encontró un fragmento de un antebrazo y la mano con una manzana y estos restos son considerados parte de sus brazos. Lo cierto es que no está claro si los brazos pudieron perderse después del hallazgo moderno de la escultura: Yórgos dejó una mitad de la Venus en el mismo lugar donde la había encontrado por no poder desenterrarla, pues su peso es de al menos 900 kilos, y la otra mitad la llevó al establo, ofreciendo en primer lugar la venta de la estatua a un clérigo ortodoxo.
En aquellos momentos Grecia se encontraba aún bajo dominio del imperio otomano, y el clérigo griego contactó, para eludir a las autoridades turcas, con un oficial naval francés Jules Dumont D’Urville, quien enseguida reconoció el valor de la estatua y presuntamente arregló con el clérigo una oscura compra del embajador francés en Constantinopla, el Marqués de Riviere. Esta es la versión oficial, aunque algunos historiadores apuntan a que la estatua salió de la isla por la fuerza, perdiendo los dos brazos al golpearse contra las rocas; sin embargo, también se dice que los turcos atacaron la embarcación y en la pelea la estatua perdió los brazos. Lo cierto es que después de algún trabajo de reparación, la estatua fue presentada al Rey Luis XVIII en 1821. Finalmente, el Rey la entregó al Museo del Louvre en París.
RUTA DE LA SEDA
Se trata de una red de rutas de comercio que conectaban china con oriente medio y Europa. los comerciantes recorrían China, India, Arabia, Persia, África, Egipto y Europa. Tenía unos 8.000 km de extensión.
No solo habían intercambios materiales, también se hacían acuerdos socio políticos y culturales.
El comercio entre China y los pueblos occidentales del Asia, requería atravesar enormes desiertos y territorios escasos de agua. Por entonces, las estepas del Asia Central estaban pobladas de grandes manadas de caballos, asnos y camellos salvajes, que migraban entre oasis y oasis, dejando a su paso trazados los caminos que mostraban los lugares donde había agua, y que los seres humanos utilizaban como guía desde los tiempos paleolíticos. La domesticación de caballos y camellos, así como un periodo de clima húmedo, hace unos 3.000 años, permitió abrir las primeras rutas parciales que servirían de base a la Ruta de la Seda. Por esa razón en China se la conoce como la «Ruta de los Caballos».
Su origen data de mucho mas atrás, la primera ruta se creo durante el imperio Aqueménida en el 550 a.c y conectaba Asia menor con Susa. Esta ruta se llamo Ruta Real Persa.
En el s.III a.c escultores griegos llegaron hasta China en busca de metales preciosos y es posible que compartiesen sus conocimientos de escultura a tamaño real con los chinos, como por ejemplo, Los soldados de terracota, esto prueba que probablemente ya existiese una ruta antes de que fuese oficial en el 130 a.c
En el 200 a.c los griegos y macedonios empezaron a tener contacto comercial con China. En ese periodo China estaba regida por la dinastía Han y estaban sufriendo numerosos ataques de los nómadas, por lo que decidieron pedir ayuda a oriente medio y Grecia para custodiar sus fronteras.
Una vez vencidos los nómadas el emperador de china inauguro la Ruta de la seda para poder tener un contacto comercial mas directo con oriente medio.
Se comerciaban muchos objetos de valor pero quizás los mas importantes fueron el papel, la pólvora y las especias. pero el artículo de lujo mas demandado y por lo que recibe su nombre esta ruta era : la seda. Un artículo muy demandado en Egipto, Grecia y Roma.
En el s.V, Justiniano I consideró que la producción de seda sería muy lucrativo para el , así que le robo los gusanos de seda a China. Comenzó a criarlo para así producir y comercializar su propia seda.
Se mantuvo activa hasta 1453 que fue clausurada por el imperio otomano tras la conquista de Constantinopla.
122 a.c
QUINTO SERTORIO
Quinto Sertorio fue un general romano conocido especialmente en la historia de Hispania. Sertorio nació en Nursia (Sabinia) , en el seno de una familia ecuestre, y pronto destacó como buen orador. Sin embargo, su prestigio le vendría a raíz de sus valerosas intervenciones militares en las batallas de Arausio y Vercelae contra los cimbrios y teutones a las órdenes de Cneo Malio Máximo y Cayo Mario, respectivamente. Según las fuentes, en este año Sertorio había entrado en el territorio de los cimbrios para conocer sus movimientos aprovechando sus conocimientos de la lengua celta. Posteriormente sirvió como tribuno militar en Hispania bajo Tito Didio (97 a. c), y ganó una corona gramínea al reprimir un motín militar en Cástulo.
En 90 a. c. fue nombrado cuestor, permaneciendo en la Galia Cisalpina. Poco tiempo después tomaría parte en la guerra Social en calidad de legado. Durante la guerra civil se declaró enemigo de Sila, mandando, según nos dice Apiano, una de las cuatro legiones que ocuparon Roma bajo el gobierno de Mario y de Cinna.
Poco antes de la entrada de Sila, marchó de Roma para asumir el cargo de gobernador de la Hispania Citerior, de donde pronto fue desalojado por un nuevo pretor enviado por Sila. Sertorio se refugió en Mauritania, donde enseguida se lanzó a reclutar un ejército para continuar la lucha contra Sila. Fue allí donde recibió una propuesta inesperada: los lusitanos le ofrecían encabezar una rebelión contra Roma. Los intereses de los lusitanos no coincidían exactamente con los de Sertorio: aquéllos querían librarse del yugo de Roma, mientras que Sertorio sólo pretendía acabar con el poder de Sila. Pero tenían un enemigo común que hizo posible la alianza.
Para ellos, Sertorio encarnaba al buen romano, al general aguerrido y al hombre dotado de cualidades sobrenaturales; muy supersticiosos, los lusitanos llegaron a creer que el general romano podía conocer el futuro a través de una cervatilla blanca que le regaló un lugareño. Sertorio, por su parte, se apresuró a adiestrarlos en la disciplina militar romana.Gracias a su alianza con los lusitanos, Sertorio encadenó las victorias sobre las fuerzas romanas en Hispania. Su táctica combinaba los métodos romanos con la peculiar lucha de guerrillas lusitana, basada en no dar tregua al enemigo, devastar y rapiñar, obrar con rapidez y evitar batallas en campo abierto. Así logró poner en jaque a Cecilio Metelo, el procónsul enviado por Sila a Hispania, derrotándolo repetidamente mediante estratégicas retiradas. Acto seguido, Sertorio encabezó una gran incursión hacia la Hispania Citerior, un cómodo paseo triunfal en el que tomó primero Segóbriga y Caraca, y luego Bílbilis y Contrebia. Era el territorio de los celtíberos, quienes hicieron también causa común con el general romano.
Sertorio alcanzó entonces la cumbre de su poder. Decidido a asegurarse el apoyo de los celtíberos, fundó en Osca (la actual Huesca) una escuela con el fin de instruir a los hijos de los nobles celtíberos y, de paso, mantenerlos como rehenes. Además, creó en la misma ciudad un senado indígena, aunque le concedió tan sólo funciones consultivas.
El año 82 a.c Valerio Flaco y Cayo Annio Lusco intentaron desalojar a Sertorio de su gobierno. El ejército adicto a Sila marchó hacia los Pirineos, cuyos pasos orientales estaban fortificados por orden de Sertorio, quien había confiado su custodia a su lugarteniente Livio Salinator. Habiendo sido asesinado Salinator, los partidarios de Sila pudieron entrar en la provincia, y Sertorio hubo de huir a Carthago Nova, y después a Mauritania , donde existía una fuerte facción adicta a los populares de Roma. Aquí venció a la guarnición romana mandada por Pacciano, que Sila había enviado en ayuda de Ascalis, vasallo del rey Boco de Mauritania, y poco más tarde puso sitio a la ciudad de Tingis, que cayó en su poder.
En la primavera del año 80 a.c, después de desembarcar en Baelo Claudia, su cómoda victoria sobre el propretor Cotta explica que Sertorio concertara una alianza con los rebeldes lusitanos, que le designaron como jefe. Tras cruzar el Guadalquivir e imponerse con facilidad a las legiones del nuevo propretor de Sila en la Ulterior, Lucio Fudidio, causándoles dos mil bajas, pudo alcanzar la Lusitania a finales del año.
En el 76 a.c el Senado de Roma envió a la Citerior a Cneo Pompeyo Magno, su campaña contra Sertorio fue un fracaso. Un año después, gracias a la colaboración de los dos procónsules, el curso de la guerra comenzó a cambiar: Metelo logró vencer a Hirtuleyo en Itálica y, meses después, destruir su ejército en la batalla del río Silingis. A continuación, Metelo salió a marchas forzadas a reunirse con Pompeyo, el cual tuvo un desafortunado encuentro con el general sabino en el río Sucro. La batalla tuvo un desenlace dudoso, Sertorio huyó de Sucrone tras la batalla al cerciorarse que las avanzadas del ejército de Metelo aparecieron por el suroeste de la llanura de Sucrone. Hubo un tercer enfrentamiento campal frente a los muros de Arse poco después, de idéntico resultado ambiguo, que se saldó con la muerte de Lelio, cuñado de Pompeyo, y la aparatosa herida en combate de Metelo, con el que concluyeron las campañas de 75 a.c.
En 74 a.c., ambos Pompeyo y Metelo— avanzaron en dos frentes (el primero por el valle del Duero hacia el oeste, y el segundo en el frente oriental, a lo largo del valle del Jalón), asediando los puntos fuertes de Sertorio, destruyendo los campos y tratando de atraerse a la población indígena. Esta campaña fue un fracaso. Durante el año 73 a. c, Pompeyo, sin la ayuda ya de Metelo, llevó a cabo una intensa campaña de conquistas en la Celtiberia, lo que obligó a Sertorio a hacerse fuerte en el valle del Ebro.
Las plazas fuertes de Sertorio en el Levante —Tarraco y quizá Dianium— también cayeron durante estos meses. Finalmente, ya en el año 72 a. c, una conspiración de sus más directos colaboradores, encabezada por el instigador Marco Perpenna y secundada por Aufidio, Octavio Graecino, Fabio el Hispaniense, Antonio y otros cuantos allegados más del sabino, puso fin a su vida durante un banquete organizado por el propio Perpenna en su villa de Osca con el pretexto de agasajar a Sertorio por una falsa victoria.
Marco Perpenna asumió el gobierno de las pocas plazas que se mantenían firmes a la rebelión en la Citerior como sucesor de Sertorio, pero poco después fue derrotado en combate al presentarle batalla a Pompeyo, cayó prisionero en el lance y fue ejecutado poco después por orden directa de Pompeyo, entre ellas Osca. También se sometieron los vascones leales a Sertorio. Sólo cuatro ciudades se resistieron: Tiermes, Uxama (Osma), Clunia y Calagurris, pero las cuatro fueron tomadas por los legionarios romanos.
Sertorio es recordado por haber demostrado un sincero deseo de integrar a los locales a la civilización clásica, hacerlos romanos, a diferencia de muchos de sus compatriotas, que los veían con desprecio y consideraban las tierras conquistadas como una mera fuente de botines, gloria, recursos, esclavos e impuestos.
115 a.c
MARCO LICINIO CRASO
Su linaje era de origen plebeyo, pero ilustre, cuyos representantes formaron parte del primer consejo de tribunos de la plebe.Su antepasado Publio Licinio Craso fue pontífice máximo y cónsul en 205 a.c. Plutarco cuenta que la casa del padre de Craso era modesta y que él y dos hermanos suyos, ya casados, comían en la misma mesa. Craso, que se casaría con la viuda de uno de estos hermanos, mantendría toda su vida unos hábitos frugales que contrastaban llamativamente con los ostentosos derroches de otros patricios.
El padre de Craso desarrolló una destacada carrera política, que le llevó a ser nombrado cónsul en el año 97 a.c. y censor en 89 a.c. Esto provocó que se viera envuelto en las luchas por el poder en esos años. En 87 a.c., Sila dio un golpe de Estado y ocupó Roma militarmente, pero cuando partió a luchar en Oriente contra Mitrídates, sus rivales, Cina y Mario, tomaron el control de la ciudad y lanzaron una feroz persecución contra los partidarios de Sila. Entre éstos se encontraba el padre de Craso, que se suicidó; uno de sus hijos también murió a manos de los nuevos dueños de Roma.
Para escapar de la muerte, el joven Marco Licinio Craso buscó refugio en Hispania en el 85 a. c, temeroso de que incluso allí pudieran capturarlo, se escondió durante ocho meses en una cueva cerca de Málaga, junto con tres amigos y diez esclavos. Un cliente de su familia le llevaba la comida y también le procuró la compañía de dos esclavas.
Aprovechando las clientelas que su padre había extendido durante su gobierno en la Hispania Ulterior , reclutó un pequeño ejército poniéndose a las órdenes de Sila cuando éste volvió a Italia. Como uno de sus comandantes más capaces, lo ayudó a obtener el control de Italia. Después de la victoria, Craso también aprovechó la oportunidad para incrementar enormemente su riqueza personal mediante la confiscación de los bienes de los enemigos declarados del estado (proscripción), que incluían propiedades, riquezas y una gran cantidad de esclavos. La inscripción en una lista pública de las personas declaradas fuera de la ley, a las que cualquiera podía matar y cuyas propiedades eran confiscadas. Nada menos que 40 senadores, 1.600 caballeros y 4.000 ciudadanos sufrieron esta condena.
Craso se convirtió en el hombre más rico de Roma, solo igualado por su rival Pompeyo y solo superado a nivel histórico por lo acumulado tres décadas después por el Emperador César Augusto . Además de la venta de las mansiones requisadas, Craso llevó la especulación a un nivel superior de ilegalidad. Se dedicaba a comprar los edificios situados en lugares con tendencia a incendiarse y sus proximidades , pues los propietarios se los cedían a bajo precio a causa de las presiones. En paralelo, creó un equipo de bomberos , que intervenía solo en caso de ser conveniente a los intereses de Craso en esas zonas, y otro de constructores para apuntalar los edificios y desescombrar las parcelas en cuanto el fuego hubiera pasado.
Los métodos para adquirir muchas de esas propiedades eran tan variados como oscuros. En el año 73 a.C, frecuentó la casa de una virgen vestal llamada Licinia , quizá familiar suyo, que fue acusada formalmente de romper su voto de castidad, lo cual era castigado con el enterramiento en vida de la culpable . Tan convencidos estaban todos del entusiasmo de Craso por hacerse con propiedades , que le bastó decir que su única intención en las visitas a Licinia era comprarle una casa para que la acusación fuera desestimada. El romano siguió rondando a la vestal hasta que finalmente le vendió su casa.
En su vida privada, Craso estuvo casado con Tértula, con quien tuvo dos hijos; uno de ellos con el mismo nombre que él y el otro, Publio Licinio Craso, luchó junto a él en Partia. Marco Licinio Craso hijo disfrutó de algunos éxitos militares, en particular logrando el más alto honor militar de matar a un rey enemigo.
No era un hombre malo, más bien era conocido por ser generoso con sus amigos y su popularidad entre la gente no solo provenía de sus ofertas de fiestas y granos gratis, sino también por sus modales educados y falta de esnobismo. También fue un gran orador, habilidad que perfeccionó a través de muchos casos judiciales y su amor por la filosofía. Plutarco menciona que incluso Cicerón la pensaría dos veces antes de entablarse en una discusión legal con Craso.
La mayor experiencia militar de Craso en los años posteriores a la guerra civil tuvo lugar con la rebelión de los esclavos del año 73 a.C. Un grupo de ochenta gladiadores , encabezados por un esclavo tracio llamado Espartaco, escapó de una escuela de gladiadores en Capua y se refugió a las faldas del Vesubio , desde donde levantó a miles de esclavos en favor de su causa.
Craso intentó sin éxito arrinconar a Espartaco en Brucio donde su lugarteniente Mumio ignoró las órdenes de Craso y atacó abiertamente al ejército de esclavos con dos legiones; fue derrotado e incluso obligado a abandonar las armas.
Ejerciendo como pretor, Craso comenzó las operaciones desempolvando el arcaico castigo del decimatio a las legiones que habían huido cuando se hallaban al mando de sus predecesores. Este brutal castigo consistía en la elección por sorteo de 1 de cada 10 hombres para ser asesinados a golpes y palos por sus propios compañeros. Además, al 90% de las tropas restantes las cambió la ración de trigo por cebada y las obligó a levantar sus tiendas fuera de los muros de los campamentos del ejército.
Con la fuerza de ocho legiones a su mando, Craso arrinconó a Espartaco en Lucania donde finalmente derrotó al ejército de esclavos y crucificó a 6000 de los supervivientes a lo largo de la Vía Apia. Sin embargo, parte del prestigio de reprimir la rebelión de los esclavos también fue reclamado por el gran rival de Craso, Pompeyo, quien, al regresar de Hispania, acabó con aquellos esclavos que habían escapado de la batalla. Además, de vuelta en Roma, fue Pompeyo quien recibió el honor de un triunfo (en reconocimiento a sus otros éxitos militares) mientras que a Craso se le dio una ovación menor.
Su escasa popularidad y lo ingobernable del Senado legado por Sila, empujó a Pompeyo a firmar una alianza secreta con su antiguo rival Craso y su joven protegido, Cayo Julio César, que hizo las veces de contrapeso en la alianza. Para estrechar estos lazos, Pompeyo contrajo matrimonio con la hija de Julio César. La alianza fue muy lucrativa para sus promotores y es conocida hoy entre los historiadores como Primer Triunvirato.
Salvando los escollos de un sistema excesivamente enmarañado, Pompeyo consiguió con el pacto llevar a término su reorganización de Oriente y proporcionar tierras a sus veteranos; Craso obtuvo una renegociación de los contratos de los recaudadores de impuestos; y César, por su parte, pudo avanzar en su reforma agraria y obtener un mando sobre la Galia, donde inició una ambiciosa campaña militar.
Hecho censor en el 65 a.c, las dos políticas más importantes de Craso de otorgar la ciudadanía a los habitantes de Transpadana (la parte de la Galia Cisalpina al norte del río Po) y la anexión de Egipto fracasaron, y fue obligado a renunciar a su cargo. Además, su respaldo a Catilina no le aseguró el consulado del 65 o 64 a.c. a este peligroso intrigante, y el Senado, en cambio, se decantó por el más conservador Cicerón.
Se desconocen los planes militares originales de Marco Licinio en el año 55 a. c. Siria podría haber sido la base para una ofensiva tanto contra Partia como contra Egipto. Sin embargo, en abril de ese año llegó a Roma la noticia de que el gobernador sirio en funciones Aulo Gabinio ya había invadido esta última región. Craso, insatisfecho con esto, finalmente optó por la guerra con Partia.
En Roma, los planes de Marco Licinio encontraron una fuerte oposición, ya que Partia no parecía ser una amenaza para los intereses romanos, pero el éxito de la campaña fortaleció peligrosamente al ambicioso político. Los enemigos de Craso insistieron en que la guerra era impía, ya que se estaba rompiendo la paz sin una razón legítima en la existencia del tratado de paz y amistad celebrado por Pompeyo. Craso se adentró en la provincia, en contra de la tradición establecida, sin esperar siquiera al final de su año consular. En el año 54 a. C. invadió Mesopotamia y ocupó varias ciudades al otro lado del Éufrates. Regresó a Siria para pasar el invierno.
No obstante, los partos –que derrotarían años después también a Marco Antonio– conocían muy bien a su rival. A pesar de la caballería aliada y la infantería ligera, la gran carencia del ejército romano seguía siendo por entonces su lentitud y su vulnerabilidad en grandes llanuras . Las rápidas tropas partas, en cambio, se basaban en dos tipos de caballerías: los catafractos, caballería pesada armada de lanzas, y los veloces arqueros a caballo con sus poderosos arcos compuestos.
Craso saqueó el templo de Jerusalén y el santuario de la diosa Atargatis en la Hierápolis siria. En la primavera de 53 a. c., Marco Licinio se adentró de nuevo en Mesopotamia, con la esperanza de tomar la capital de invierno de los reyes partos, Seleucia, en el Tigris. Esta batalla fue un fracaso culminando con la muerte de su hijo y el abandono de las tropas. La noche siguiente, los restos del ejército romano se dirigieron hacia la frontera en grupos separados. Sólo Cayo Casio Longino, quien ejercía el cargo de cuestor, pudo llegar a Siria con una fuerza de quinientos jinetes. Craso y sus cuatro cohortes, casi en la cordillera donde podían escapar del enemigo, fueron alcanzados por los partos. Las amenazas obligaron al procónsul a aceptar las negociaciones, aunque no se fiaba del enemigo.154155 En una reunión con el general parto Surena, Marco Licinio negoció la paz, pero entonces ocurrió lo inesperado.
Craso bajó a la llanura y los partos le ofrecieron un caballo. En la lucha que siguió, el triunviro fue malherido y rematado por uno de los romanos, cuando otros partos acudieron en su ayuda y el cautiverio se hizo inevitable. Además, según este historiador, los partos vertieron oro fundido en la boca del cadáver de Craso como burla de su codicia.
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113 a.c
ESPARTACO
Según los autores clásicos fue un antiguo soldado nacido en Tracia , en la actual Bulgaria , que sirvió como auxiliar a los ejércitos de Roma , razón por la cual conocía bien las tácticas militares de la gran potencia de su tiempo. Según algunas crónicas que quedan sobre este personaje, parece ser que era bastante culto, elemento que no es de extrañar, dado que logró poner a Roma bajo un gran aprieto.
La leyenda asegura que tras ser apresado por desertor trabajó de forma forzosa en unas canteras de yeso y, gracias a sus habilidades bélicas, fue comprado por un mercader para la escuela de gladiadores de Capua de Léntulo Batiato . Si bien también había muchos hombres libres en busca de fortuna, las filas de las escuelas de gladiadores se nutrían, sobre todo, con prisioneros de guerra, condenados ad gladium y a trabajos forzados y esclavos destinados a las escuelas por sus amos para que los adiestraran y luego poder usarlos de guardia de corp en sus familias . El adiestramiento diario en la escuela era en muchos casos extremo, pues se requería un gran aguante para soportar una sucesión maratoniana de combates sobre la arena. A cambio, los gladiadores vivían entre grandes comodidades para preservar su salud y podían optar a comprar su libertad en pocos años.
El mundo romano conoció otras revueltas de esclavos, pero ninguna alcanzó la dimensión y resonancia de aquella. Todo empezó con una revuelta en la escuela de gladiadores de Léntulo Batiato en Capua, en la primavera o el verano del año 73 a.cDe los doscientos esclavos sublevados fueron setenta los que lograron huir.
Eran tracios, celtas y germanos, seleccionados y entrenados para los combates en el circo. Apenas tenían armas, pero eran fuertes y sabían combatir. Prefirieron arriesgarse a morir luchando por su libertad que en la arena circense. Designaron como jefes al tracio Espartaco y a dos celtas, Crixo y Enómao.
El Gobierno de Roma no dio importancia a esta amenaza y envió una brigada para acabar con el levantamiento pero el resultado de esto fue la victoria de los esclavos, los cuales, tras acabar la batalla, se apoderaron de las armas de los soldados romanos, haciendo ver al Roma, el peligro que había ahora.
Se les sumaron esclavos, desertores y gentes empobrecidas, atraídos por la generosidad de Espartaco, que repartía el botín de los saqueos de modo igualitario, y buscaron refugio en las laderas verdes y escarpadas del Vesubio.
Ante aquella amenaza, el Senado de Roma envió contra ellos, con toda urgencia, un ejército de tres mil hombres. Era una tropa numerosa mandada por el pretor Clodio Glabro, que se apresuró en poner sitio al monte para rendir pronto a los sitiados, confiando en que no tenían otra salida de su cerco que el paso donde sus tropas los aguardaban. Porque las laderas del volcánico Vesubio, rocosas y cortadas a pico, eran inaccesibles. Pero en lo alto de la montaña, los refugiados se hicieron escalas de cuerda con los sarmientos de las vides, y de noche bajaron en silencio y atacaron el campamento de los desprevenidos romanos, logrando una primera y clara victoria.
De nuevo Roma envió otras tropas, al mando del pretor Varinio, y de nuevo los ejércitos romanos fueron vencidos en tres encuentros. El botín y el armamento reforzaron la fama y el valor de los esclavos liberados que formaron ya un ejército considerable, al que se fueron agregando miles y miles de nuevos rebeldes. No se les unieron los esclavos de las ciudades, sino los fugitivos, los descontentos y algunos pastores, chusma despreciable a ojos de los poderosos. Espartaco inculcó un ánimo solidario y disciplina a sus tropas. Un año después de la huida de Capua, sus seguidores ya ascendían a cuarenta mil, y no tardarían en pasar de sesenta mil.
En ese preciso momento surgieron disensiones entre los rebeldes, cuyo resultado fue la separación de un grupo de unos veinte mil hombres, compuesto en su mayor parte por galos y germanos, al mando de Crixo. Aparentemente, según lo que indica el historiador romano Salustio, las disensiones estaban relacionadas con el plan de acciones futuras: Espartaco quería lograr que sus hombres salieran de Italia, pero Crixo y los suyos estaban empeñados en presentar batalla a los romanos, derrotarlos e incluso tomar Roma, aniquilando al opresor. Asimismo es posible que Crixo estuviese respaldado también por los estratos pobres de la población libre que se habían adherido a la rebelión y que, como es obvio, no tenían intención de dejar Italia. Mientras las tropas de Espartaco se dirigían hacia el norte, Crixo y su ejército se dirigieron hacia el sur, para sitiar Roma.
Dada la gravedad de la situación, los cónsules en ese momento, Lucio Gelio y Cneo Léntulo , se hicieron cargo en persona de las operaciones. Lucio Gelio se dirigió al sur y derrotó al celta Crixo y a sus 20.000 seguidores junto al monte Gargano , en Apulia. Con Clodiano combatiendo a Espartaco en el norte, Gelio reanudó la marcha para apoyar a su compañero de consulado y poner así fin a la revuelta. No obstante, Clodiano cayó derrotado y Espartaco atacó a Gelio. Ni siquiera cuando los dos cónsules unieron sus fuerzas pudieron derrotar al tracio. Y como homenaje póstumo a su camarada sacrificó a trescientos prisioneros, con un cruel ultraje: les hizo enfrentarse entre ellos como si fueran gladiadores en lucha a muerte.
Aunque no hay información precisa al respecto, se puede afirmar que el plan de Espartaco consistía en reunir el mayor número posible de rebeldes y salir de Italia cruzando los Alpes. Esta era la única posibilidad de libertad para la mayoría de ellos, puesto que una vez fuera de Italia muchos rebeldes podrían escapar a territorios que aún no habían sido conquistados por Roma (como Germania).
Los ejércitos consulares derrotados regresaron a Roma para reagruparse mientras los seguidores de Espartaco se movían hacia el norte. Los cónsules volvieron a atacar a Espartaco en algún lugar de la región del Piceno, y de nuevo fueron vencidos. Los romanos se desesperaban al ver que sus legiones establecidas en Italia no eran suficientes para vencer a los rebeldes. Sin embargo, hicieron un último intento de evitar su salida de la Península. El gobernador de la provincia de la Galia Cisalpina, el cónsul Cayo Casio Longino, reunió todas las fuerzas disponibles y aguardó la llegada de Espartaco al valle del Po, en la ciudad de Módena. Espartaco aceptó la batalla propuesta por el cónsul y lo derrotó, tras lo cual pudo cumplir su plan de cruzar los Alpes, pero en vez de eso, regresó hacia el sur.
Aunque no hay una explicación clara de este asunto, se puede concluir que en ese momento los rebeldes estaban tan entusiasmados por su rosario de victorias que no se podía ni hablar de escapar de Italia. Deseaban culminar su venganza tomando Roma, y Espartaco se vio obligado a someterse para no perder completamente el control de su indisciplinado ejército.
Así, Espartaco se acercó a Roma. Sabiendo que no podría tomar la ciudad dadas sus poderosas fortificaciones, adoptó una postura pasiva. Los romanos, por su parte, habían confiado el mando supremo del ejército al pretor Marco Licinio Craso, adjudicándole las diez legiones disponibles, aunque no eran de las mejores, pues los soldados estaban desmoralizados por las inauditas victorias de Espartaco.
Habiéndose acercado ambos enemigos, Craso ordenó asumir una posición defensiva mientras elaboraba una estrategia para derrotar a los rebeldes, que consistía en encerrarlos en la montañosa región del Piceno, mientras recibía más refuerzos. La batalla se definió en la región de Samnio. Sin embargo, uno de sus ayudantes, Mummio, que tenía órdenes de dirigirse a una posición más avanzada de la que ocupaban los rebeldes con el fin de rodearlos, optó más bien por atacarlos directamente, siendo derrotado. Durante esta batalla, muchos legionarios arrojaron las armas (en signo de cobardía) y huyeron. Luego de la victoria, Espartaco siguió su marcha hacia el sur.
En vista de esta derrota, Craso decidió tomar medidas severas para restablecer la disciplina entre sus tropas. A los que huyeron ante sus enemigos los diezmó con la decimatio, un castigo que no se utilizaba desde hacía mucho tiempo, y que consistía en condenar a muerte a uno de cada 10 de los desertores. Ordenó a sus hombres que mataran a golpes a cada uno de los condenados. Como consecuencia de esta medida, nadie más osó violar las órdenes ni pretendió huir del enemigo.
Apiano afirma que en este momento Espartaco cambió su intención de marchar sobre Roma porque su ejercito aun no estaba preparado, y decidió retirarse nuevamente al sur de Italia. Asediaron la ciudad de Turios y la campiña de los alrededores, armándose, asaltando los territorios circundantes, cambiando los botines por bronce y hierro con mercaderes (con los que manufacturar más armas) y enfrentándose ocasionalmente con fuerzas romanas, que siempre acababan derrotadas.
Craso, habiendo llegado desde el norte, y enterado de que los rebeldes trataban de pasar a Sicilia, aprovechó la ocasión para encerrarlos en el extremo sudoccidental de la península itálica. Con este fin construyó de mar a mar una línea fortificada de unos 65 km, compuesta de un profundo foso y vallas de cuatro metros y medio de altura. Espartaco recurrió a una astuta táctica utilizada por Aníbal contra los romanos más de cien años antes. Durante una noche reunió todo el ganado que pudo, puso antorchas en sus cuernos y los arrojó hacia la valla. Los romanos se concentraron en el punto a donde se dirigían las antorchas, pero pronto descubrieron, para su sorpresa, que no eran hombres, sino reses. Los rebeldes, por su parte, cruzaron la valla por otro sector sin ser molestados y regresaron a Lucania (actual Basilicata), en la parte norte del golfo de Tarento.
Mientras tanto, Espartaco llegaba a Campania y avanzando más llegó a los alrededores de la ciudad de Turi, donde muchos mercaderes aparecieron para obtener el botín tomado por Espartaco. Necesitado de material para construir armas, prohibió el intercambio comercial por encaje, oro o plata; los rebeldes solamente debían aceptar hierro y cobre, materiales necesarios para fabricar armas.
Espartaco y su ejército llegaron al mar Tirreno, en la zona de Calabria. Aquí entró en contacto con los piratas de Cilicia, quienes prometieron darle una flota para transportar las tropas rebeldes a Sicilia con el fin de hacer de la isla un bastión rebelde inexpugnable, o simplemente huir por mar a otras latitudes. Sin embargo, los romanos se percataron de la intención de Espartaco, por lo que sobornaron a los piratas para que traicionaran al esclavo tracio.
El Senado perdió la fe en Craso al ver que no podía vencer a los esclavos. Enviaron entonces al general Cneo Pompeyo, recién llegado a Italia desde Hispania, donde había reprimido hacía poco la rebelión de Sertorio. A Licinio Lúculo, lugarteniente de Macedonia, se le dio orden de desembarcar con sus tropas en el puerto de Brindisi desde Grecia. La idea del Senado era cercar a los esclavos desde tres frentes: noroeste (Pompeyo), suroeste (Craso) y este (Lúculo).
Espartaco intentó negociar con Craso para dar fin al conflicto antes de que llegaran los refuerzos romanos. Cuando Craso se negó, una parte de las fuerzas de Espartaco rompieron el confinamiento y huyeron hacia las montañas al oeste de Petelia con las legiones de Craso en su persecución. Las legiones consiguieron alcanzar a una parte de los rebeldes, separada del ejército principal, matando a más de doce mil de ellos.30 Sin embargo, las legiones de Craso también sufrieron pérdidas, ya que los esclavos en huida se dieron la vuelta para enfrentarse a las fuerzas romanas, derrotándolas en un principio, pero fueron finalmente vencidos.
Por fin, las tropas de esclavos se acercaron al sur, en Brindisi, posiblemente con la idea de cruzar el mar Adriático y desembarcar en Grecia o Iliria. Sin embargo, Espartaco quiso hacer la prueba. Al llegar cerca de la ciudad, sus espías le informaron de que Lúculo ya se encontraba en ella. Entonces retrocedió para enfrentarse a Craso y Pompeyo. Sitiados en el sur de la península, y cercados por los ejércitos romanos, los rebeldes estarían dispuestos a vender cara su derrota y jamás volver a servir a los romanos, pero no pudieron resistir la superioridad de las legiones romanas. Al finalizar la batalla, de los ochenta mil rebeldes, sesenta mil perecieron; en cambio los romanos solo perdieron mil hombres; según las fuentes romanas, no se pudo localizar el cuerpo de Espartaco.
Los remanentes del ejercito de Espartaco se dispersaron intentando huir. Los romanos hicieron seis mil prisioneros, que fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia, entre Capua y Roma. Aun así Craso no tuvo el reconocimiento que esperaba y la gloria cayo en manos de Pompeyo y Lúculo.
Pero la gloria de Espartaco sobrevivió a la de los dos generales victoriosos. El nombre del esclavo tracio, rebelde y revolucionario, no se eclipsó con su fracaso y muerte. Perduró en la memoria colectiva como mítico héroe de la libertad.
106 a.c
POMPEYO
Hijo de la familia plebeya los pompeyos. Se considera que el nombre genérico «Pompeyo» en sí mismo está relacionado con un topónimo en Campania. En el año del consulado de su padre, Cneo Pompeyo Estrabón, el joven Pompeyo se encontraba en su campamento en plena guerra Social como contubernio, lo que significa que formaba parte de un grupo de jóvenes romanos nobles que se entrenaban para el ejército. Estrabón se mantuvo alejado durante mucho tiempo de las disputas que se iniciaron en Roma en el año 88 a. c. Un año despues Cayo Mario y Lucio Cornelio Cinna lanzaron una campaña contra Roma, y Estrabón se convirtió en uno de los organizadores de la defensa de la ciudad. El joven Cneo todavía estaba en el ejército de su padre. Los partidarios de Cinna en el ejército organizaron un complot contra ambos Pompeyos, en el que Lucio Terencio debía matar al joven Pompeyo y sus cómplices debían incendiar la tienda de Estrabón. Sin embargo, Cneo se enteró del complot y logró persuadir a los conspiradores para que abandonaran sus intenciones.
Tras la muerte de su padre, el aspirante a general se vio prácticamente privado de la posibilidad de entrar en la vida política a la manera de muchos otros jóvenes de la nobleza: a través de la autoridad de su familia, el parentesco y la amistad.
La casa de Pompeyo en Roma fue pronto saqueada debido a la impopularidad de Estrabón, y se presentaron cargos contra el joven Cneo por malversar el botín capturado en Ausculum, el juez de este caso Publio Antistio, quien era pretor o edil, pidió a Pompeyo que se casara con su hija Antistia, a lo que este último aceptó. Pronto fue absuelto, tras lo cual se casó con Antistia.
Mientras tanto, en Roma se conoció el tratado de paz que Lucio Cornelio Sila había concluido con Mitrídates VI, lo que presagiaba una guerra civil debido a que se esperaba que las tropas del primero llegaran en breves a Italia. No más tarde de 84 a. c. Pompeyo llegó al campamento de Cinna, quien estaba muy interesado en el joven debido a sus conexiones familiares en Piceno, donde podría reclutar tropas. Sin embargo, Cneo no se quedó en el campamento por miedo a perder su vida, y pronto se escondió. A causa de su misteriosa desaparición, comenzaron a circular rumores en Roma de que Cinna había ordenado su muerte. Según Plutarco, estos rumores provocaron un motín de los soldados en el que Cinna fue asesinado. Sin embargo, no se debe sobreestimar el papel de Pompeyo en la muerte de este último.
En el año 83 a. c., Sila desembarcó en Brundisium (la actual Bríndisi), y Pompeyo se apresuró a reunirse con él. Este recibió solemnemente a Cneo y le otorgó el título honorífico de imperator, acción que no tenía precedentes debido a que nadie había recibido tales honores con 22 años de edad. Una de sus primeras campañas fue como auxiliar de Metelo en las batallas contra Carbón.En una acción militar en Sicilia Pompeyo descubrió el escondite de Carbón, Pompeyo asedió la isla, hizo prisionero al cónsul y lo ejecutó. Esta condena dejó atónitos a los contemporáneos debido a que un jovencísimo Pompeyo, quien aún no era senador, ejecutaba personalmente a un hombre que había sido tres veces cónsul de la República y que, debido a que la ejecución probablemente se produjo en el año 82 a. c., a ojos de mucha gente era un legítimo cónsul en funciones y el portador de la máxima autoridad en Roma.
Las cabezas de cientos de proscritos terminaron decorando las paredes del Foro y sus bienes pasaron a ser propiedad de Sila y del Tesoro, que, sin embargo, se mostró muy generoso en el reparto con sus seguidores. Entre estos beneficiados se encontraba Cneo Pompeyo, conocido entonces como el adulescentulus carnifex (el «adolescente carnicero»), o «el joven verdugo», por recrearse en exceso en la persecución y tortura de los senadores señalados en la lista.
Pompeyo Magno se negó a aceptar el cargo de senador que Sila le ofreció y, en cambio, prefirió seguir su carrera al margen del cursus tradicional, el cual estipulaba restricciones de edad en función del cargo. Por el contrario, decidió casarse con la hijastra de Sila, lo cual supuso un trágico golpe para su primera mujer Antistia –que había perdido a su padre en la guerra civil asesinado por casarse con Pompeyo– y dio un impulso a su carrera política. Al fallecimiento de Sila , Pompeyo se aseguró de que el cadáver de su suegro recibiera los debidos honores y no se produjeran disturbios, aunque no pudo evitar que el excónsul Lépido se levantara contra el Senado. Así y todo, el hombre que siempre se había resistido a seguir una carrera convencional respondió a la llamada de auxilio del Senado y se encargó de derrotar a Lépido.
Algunos de los partidarios de Lépido se refugiaron en Hispania, donde Quinto Sertorio. Frente a la negativa de los dos cónsules designados a ir a Hispania, Pompeyo, de 28 años, fue nombrado pro consulibus (enviado «en lugar de ambos cónsules») y destinado a la provincia más occidental de la República. Pese a que en los primeros encuentros Sertorio dio severos correctivos a su joven rival, poco a poco fue perdiendo terreno y quedó sumido en una guerra de desgaste que no podía ganar. El general exiliado no estaba perdiendo la guerra pero ya era evidente que jamás podría ganarla. Una afición desmesurada por el vino y un humor depresivo fueron brotando en Sertorio. En el año 72, Perperna, mano derecha de Sertorio, organizó un banquete donde el general y su guardia fueron emborrachados y posteriormente asesinados. Perperna quiso continuar la guerra, pero Pompeyo no tardó más que un instante en derrotarlo.
Como recuerdo de su paso por la Península, Pompeyo fundó una ciudad en su propio honor –Pompaelo, la actual Pamplona– y, además, elevó un monumento conmemorativo en el Coll de Panissars, en los Pirineos orientales, que se conserva en parte. En la dedicatoria, hoy perdida, el joven general dejó constancia del grado de destrucción que dejaba atrás: 876 comunidades sometidas por su espada.
A su regreso a la península Itálica, Pompeyo derrotó a la rebelión de los esclavos instigada por Espartaco. un grupo de ochenta gladiadores encabezados por un esclavo tracio llamado Espartaco, escapó de una escuela de gladiadores en Capua y se refugió a las faldas del Vesubio, donde pronto levantó a miles de esclavos en favor de su causa. Frente al genio militar de Espartaco, que convirtió la maraña de esclavos de distintas tribus en un ejército unido capaz de destrozar a dos ejércitos consulares, el Senado encargó a Marco Licinio Craso que se hiciera cargo de la campaña.
Craso venció a Espartaco, que fue reducido cuando se dirigía a matar al cónsul romano, y capturó a 6.000 esclavos, que hizo crucificar por intervalos a lo largo de la Vía Apia . Pompeyo utilizó el hecho de que había derrotado a un par de miles de esclavos durante la huida para adueñarse de la victoria. De regreso una vez más victorioso a Roma, Pompeyo se adueñó injustamente de la mayor parte de la gloria de la victoria de Craso en la rebelión de los esclavos .Se convirtió en ídolo de la plebe y fue elegido cónsul en el año 70 a.c, junto con Marco Licinio Craso.
Al acabar su consulado, Pompeyo acrecentó su fama como general con dos nuevas campañas. La primera, en 67 a.c, consistió en acabar con la piratería en el Mediterráneo, especialmente activa en regiones como Sicilia, la costa adriática, Cilicia o Creta. Pompeyo dividió el Mediterráneo en trece sectores y los asignó a otros tantos generales, cada uno de los cuales erradicó sistemáticamente los piratas de su cuadrante. Así, mucho antes de concluir el año, se habían capturado 846 barcos, se conquistaron 120 poblados y se hicieron unos 20.000 prisioneros que fueron vendidos como esclavos.
Entre 66 y 63 a.c tuvo lugar la segunda campaña de Pompeyo. Se desarrolló en Oriente y tuvo como objetivo acabar con el expansionismo de dos reyes hostiles a Roma: Mitrídates VI del Ponto y Tigranes II de la Gran Armenia. Las aplastantes victorias conseguidas por Pompeyo no sólo provocaron el suicidio de Mitrídates y la rendición del monarca armenio, sino que le permitieron anexionar nuevos territorios como Siria, Cilicia, Ponto y Bitinia, y reducir a los reinos vasallos de la zona a la condición de protectorados.
Mientras Pompeyo cimentaba en Oriente su fama como militar, Julio César daba sus primeros pasos políticos en Roma al conseguir en el año 63 a.c el cargo de pontífice máximo, la magistratura religiosa suprema, que, además, era vitalicia. Sin embargo, Pompeyo topó con gran oposición en el Senado para proceder al reparto de tierras que había prometido a sus veteranos. Por eso no tuvo más remedio que acercarse a los líderes del partido popular, Craso y César, y constituir con ellos la alianza secreta que conocemos como primer triunvirato (60 a.c). Gracias a esta asociación, Julio César fue elegido uno de los dos cónsules del año 59 a.c y materializó las asignaciones de tierra que Pompeyo había prometido a sus legionarios.
Al término de su consulado, César se marchó a las Galias para conseguir los laureles militares que necesitaba para consolidar su carrera política. Él y Pompeyo se separaron como amigos y aliados, unidos además por el matrimonio de Julia, la hija de César, con Pompeyo. Diez años más tarde, cuando volvieron a encontrarse, se habían convertido en acérrimos rivales. En el 52 a.c Pompeyo acepto el nombramiento de cónsul sin su amigo Cesar, aprovechando que Craso murió en la batalla de Carras.
Los optimates ahondaron aún más el abismo entre Pompeyo y César anunciando que al término del mando de César en las Galias éste sería procesado por las malversaciones cometidas durante su consulado y exiliado fuera de Italia. Ante esta compleja coyuntura política, la única salida digna para César consistía en desafiar la autoridad del Senado, motivo por el cual en 49 a.C. cruzó la frontera entre las Galias e Italia, situada en el río Rubicón. Con ello se inició un nuevo episodio de guerra civil que se alargó hasta 44 a.c
Pompeyo intervino en la primera fase de esta contienda como comandante del ejército de la República. Pero aunque sus efectivos eran muy superiores a los de su rival, no se atrevió a plantarle cara y retrocedió hacia el sur a medida que César avanzaba. Al llegar a Bríndisi embarcó todas sus tropas y cruzó el Adriático hasta la ciudad de Dirraquio (la actual Durrës, en Albania). Por su parte, César, convertido en dictador de Roma, se presentó allí y persiguió a su rival hasta la región griega de Tesalia, donde la fortuna militar de Pompeyo se truncó: el 9 de agosto de 48 a.C. fue derrotado en Farsalia por el superior genio militar de César.
Pompeyo se embarcó con unos treinta leales y huyó a Oriente, sin saber a quién pedir asilo. Los consejeros del rey, Aquilas, Potino y Teodoto de Quíos, quienes realmente dirigían el país, decidieron que ayudar a Pompeyo pondría en cualquier caso en peligro su autoridad y la independencia de Egipto, por lo que decidieron apoyarlo de palabra y matarlo en la práctica. Lucio Septimio, un romano al servicio de Egipto, recibió el encargo de llevar a cabo el asesinato; él y Aquilas debían encontrarse con el barco de Pompeyo en el puerto, meter al general en una barca, llevarlo a la orilla y matarlo. Se envió una carta a Pompeyo, escrita en tono amistoso, invitándole a una reunión. El asesinato de Pompeyo ha sido descrito a menudo con detalle por varios autores como un ejemplo de traición extrema.
La cabeza de Pompeyo y el anillo con su sello —un león con una espada en la pata— fueron regalados por los egipcios a César; la leyenda cuenta que este desconocía el destino de Cneo y lloró al ver la cabeza.
MARCO TULIO CICERÓN
Fue un político, filósofo, escritor y orador romano. Nació en Arpinum en el seno de una familia plebeya elevada al ordo equester, electoralmente perteneciente a la tribu Cornelia. El origen de su cognomen’, Cicerón —de cicer, esto es, «garbanzo»—, no es claro; según Plutarco, provenía de un ancestro suyo cuya nariz tenía esa forma, pero también pudiera ser que la familia comerciara de antiguo con estas legumbres.
Cuando era niño lo enviaron a Roma para estudiar Derecho con los más importantes letrados del momento, como Escévola,Cayo Mario, Sulpicio, Ático y Lucio Licinio Craso. Gracias a este último entró en contacto con Arquias , un poeta de Antioquía del que aprendió lo esencial de la literatura helena y adquirió el placer de la poesía.
Asimismo, maestros como Filón de Larisa o Diodoto le brindaron una sólida formación filosófica. Como todos los ciudadanos romanos, a los diecisiete años comenzó el servicio militar bajo las órdenes de Pompeyo Estrabón ,el padre del conocido Pompeyo. Cuando terminó el conflicto, retomó los estudios.
A los veintisiete años contrajo matrimonio con Terencia, con quien tuvo dos hijos: Tulia y Marco.
Haría su estreno como letrado en el 65 a.c con el Pro Quinctio, sobre un problema sucesorio. En 79 a. c pronunció el Pro Roscio Amerino, en el que había un ataque implícito al dictador Sila.La increíble actuación del orador, que posibilitó que Roscio resultara libre, le llevó a determinar que lo más prudente era mantenerse apartado de la ira de Sila durante un tiempo, por lo que marchó a Grecia .
Durante su estancia en Grecia recibió las enseñanzas de grandes filósofos de su tiempo.Por los muchos maestros que tuvo Cicerón, aplicó distintas concepciones en la resolución de problemas éticos. Sus planteamientos relativos a la moral eran cercanos al estoicismo, mientras que en gnoseología defendía un escepticismo moderado; todo ello desembocará en el eclecticismo presente en su obra, en el que sintetizará la tradición clásica que reescribirá en latín. Regresó a Roma en el 77 a.c.
Su carrera política empezó en el 75 a.c pero no se hizo famoso hasta el 70 a.c cuando comienza a ser reconocido a raíz del proceso contra Verres; Cicerón representó a los sicilianos que acusaron a este, exadministrador de la provincia, de estar implicado en múltiples casos de corrupción y en el robo de obras de arte. En el 66 a.c defendió el proyecto de ley del tribuno de la plebe Manilio, que proponía conceder a Pompeyo el mando de la lucha contra Mitrídates; el discurso que pronunció le distanció de los conservadores (optimates) que se opusieron al proyecto. En ese momento Cicerón decidió liderar una «tercera vía», la de los «hombres buenos» entre el conservadurismo de los optimates y el «reformismo» radical de los populares; como consecuencia, la aparición en escena de populares como César o Catilina le llevó a acercarse nuevamente a los conservadores.
Cuando más próximo estaba a los optimates obtuvo el consulado imponiéndose en las elecciones a Catilina (63 a. c) con la ayuda de su hermano Quinto.Con ello se convertía en el primer cónsul homo novus en treinta años, lo que irritó a ciertos aristócratas.
Como cónsul se opuso a un proyecto del tribuno radical Rulo. Obtuvo la neutralidad del otro cónsul —Híbrida— muy vinculado con Catilina, al prometerle el procónsulado de la provincia de Macedonia para el próximo año. Su discurso De lege agraria contra Rullum supuso el rechazo de la proposición.Catilina, derrotado nuevamente en las elecciones consulares de octubre de 63 a. c, decidió encabezar un golpe de Estado del que Cicerón sería informado. El 8 de noviembre denunció a Catilina en el Senado.
Consciente de que era cuestión de tiempo que le detuvieran, Catilina optó por marcharse a Etruria y encabezar desde allí a los insurrectos; en la capital quedaron numerosos cómplices del rebelde, a los que encomendó llevar a cabo el levantamiento en la ciudad.
El 9 de noviembre Cicerón publicó una nueva Catilinaria y declaró que no tomarían represalias contra los sediciosos que se entregaran en el acto. Ese mismo día los senadores aprobaron el senatus consultum de re publica defendenda, decreto adoptado en los tiempos de crisis que autorizaba a los líderes del Estado a reclutar tropas, combatir, contar con los recursos necesarios, y convertirse en la máxima autoridad civil y militar.
La crisis se acentuó cuando Sulpicio y Catón acusaron a Licinio Murena de comprar votos. Era inviable cancelar el resultado de las elecciones y llevar a cabo otra nueva. Los conspiradores aprovecharon el proceso para comenzar el reclutamiento de hombres. Contactaron con los alóbroges con la promesa de concederles beneficios fiscales si iniciaban una revuelta en la Galia Narbonense, pero estos decidieron alertar a los senadores. Cicerón les ordenó que solicitaran a los traidores una copia escrita con las reformas a las que se comprometían, a lo que estos accedieron. Con estas pruebas tan evidentes el cónsul denunció públicamente a los cinco conspiradores, entre los que se encontraba el excónsul y pretor Léntulo Sura. En adelante Cicerón quiso ser reconocido como el salvador del Estado e intentó que los romanos no olvidaran nunca el modo en que actuó durante su consulado.
Tras su consulado decidió retirarse de la política, hasta que se constituyó el primer triunvirato de Cesar, Pompeyo y Craso, lo que le llevó al destierro. cuando quiso volver le había ocupado su casa y si no llega a ser por Pompeyo no la recupera.Cicerón correspondió el auxilio de los triunviros con un discurso en el que apoyaba la ampliación de cinco años del proconsulado de César en la Galia que propuso Trebonio: la Lex Trebonia.
La lucha política se trasladó a la calle, donde simpatizantes de uno y otro lado —optimates y populares— provocaron violentos disturbios que empañaron el desempeño ordinario de las elecciones.
Debido a la carencia de líderes en 51 a. c los senadores decidieron enviar a administrar las provincias a excónsules que habían renunciado a ellas en el pasado. Cicerón, que rechazó su procónsulado en Macedonia, marchó a Cilicia donde se desempeñó sin entusiasmo pero con rectitud.
En 50 a.c, a su vuelta a la capital, una grave crisis política enfrentaba a César y a los conservadores liderados por Pompeyo. Cicerón se alineó con el picentino intentando sin éxito no distanciarse en exceso de César.
Cuando César comenzó la invasión de Italia Cicerón huyó de Roma como la mayoría de los senadores, escondiéndose en una de sus mansiones campestres. César, que pretendía reunir a los senadores moderados, le escribió y le visitó en su villa, pidiéndole que volviera a la capital en calidad de mediador. Cicerón rechazó la propuesta declarándose leal partidario de Pompeyo, con el que acabó reuniéndose en Epiro.
Cicerón se recluyó en su residencia de Tusculum, donde se dedicó a escribir prosa y poesía, y a traducir las obras de los sabios helenos. En el 44 a.c acaeció el asesinato de César, en el que no intervendría Cicerón; aunque era conocida su oposición al dictator, los tiranicidas decidieron no contar con él a causa de su conocida cautela. Fallecido César, estalló una enorme crisis política en la que Cicerón lideró a un Senado que propuso amnistiar a los conspiradores para disminuir la tensión hasta que Antonio, cónsul y responsable del testamento del dictador, tomó de nuevo el poder.
Poco después se formó el segundo triunvirato.Los triunviros no tardaron en acabar con sus adversarios políticos. Octavio abandonó a su aliado y permitió que Antonio proscribiera a Cicerón. El 7 de diciembre de 43 a. c. el cónsul ordenó su asesinato, así como que su cabeza y sus manos se expusieran en los rostra del Foro, tal como había sido la costumbre en tiempos de Sila y Mario, aunque él fue el único de los proscritos en recibir tal destino. Cicerón no opuso resistencia a su ejecución, y, ofreciendo la cabeza, se limitó a pedir que se lo matara con corrección. También serían eliminados su hermano, Quinto, y su sobrino; solo sobrevivió su hijo Marco Tulio.
100 a.c
JULIO CESAR
Cayo Julio César fue un militar y político de la última etapa de la República Romana. En la actualidad, es uno de los personajes más famosos de la Historia de Roma.
Julio César nació en el seno de una familia patricia, la gens Iulia, que presumía de ser descendiente de Iulus. Este, según la mitología romana, era nieto de la diosa Venus. Su padre, también Cayo Julio César, fue un pretor que gobernó la provincia de Asia, y su madre, Aurelia Cota, quien era noble de nacimiento. Ambos se alinearon a la ideología populare de Roma que favorecía la democratización del gobierno y más derechos para las clases bajas, como opuesto a la facción optimate que reclamaba la superioridad de la nobleza y los valores tradicionales romanos que favorecían a las clases superiores.
Más decisiva sería la relación con Cayo Mario, quien contrajo matrimonio con Julia, la tía paterna de Julio César.8 Mario y sus seguidores (el partido mariano) dominaron la política romana a finales del siglo II a. C. y fue esta relación la que aprovechó Julio César en sus inicios políticos.
César fue un mujeriego empedernido que se casó cuatro veces y tuvo decenas de amantes escogidas entre lo más granado de la sociedad romana. Sin duda, los motivos de sus éxitos amatorios radicaron en el poder que fue acumulando, porque no era especialmente agraciado. Su prematura alopecia y, sobre todo, su afán de disimularla peinándose desde atrás, junto con su desmedida afición por las mujeres, eran motivo de chanza entre sus contemporáneos. Sus ataques de epilepsia, que trataba de sufrir con el mayor disimulo, tampoco le ayudaron.
Julio César estuvo casado al menos en tres ocasiones. En primer lugar con Cornelia, hija de Lucio Cornelio Cinna, de familia patricia cuando Julio solo tenía 15 años. Tras la muerte de Cornelia, casó con Pompeya, nieta del propio Sila y de familia consular, de la que se divorció tras un escándalo durante las celebraciones de la Bona Dea. Su último matrimonio fue con Calpurnia, hija de Lucio Calpurnio Pisón Cesonino, un destacado miembro del Senado, como parte de la política matrimonial del primer triunvirato.
De su primer matrimonio, tuvo una hija, Julia, casada con su colega triunviral Cneo Pompeyo el Grande y que murió al dar a luz. Sin herederos directos, adoptó por vía testamentaria a su sobrino nieto Cayo Octavio, el futuro emperador Augusto.
Tras la muerte de su padre en torno al año 84 a.c, el general Sila, líder de los conservadores, volvió a Roma. Cesar se caso con la sobrina de Mario, enemigo de Sila. Este acabó con parte de los políticos populares y amenazó a Julio César. Este, antes que ceder a sus amenazas, optó por exiliarse a Asia. Se le fue retirado de su posición como sacerdote y la dote de su esposa fue confiscada. Sin medios para mantenerse a sí mismo y a su familia, César se unió al ejército.
Tras unos años nada seguros para César en Asia, consiguió el perdón de Sila a través de intermediarios. Durante el sitio de Mitilene en 81 a. C., se le ordenó ir a Bitinia para solicitar a Nicomedes IV la cesión de una pequeña flota con la que asaltar la ciudad rebelde. Al parecer, el rey asiático quedó tan deslumbrado con la belleza del joven mensajero romano que lo invitó a descansar en su habitación y a participar en un festín donde sirvió de copero real durante el banquete. La aventura de César en Asia llegó muy pronto a oídos de los ciudadanos de Roma. En la política romana, acusar a alguien de mantener relaciones homosexuales pasivas era una estrategia común,34 pues la homosexualidad pasiva, a diferencia de la activa, era considerada una práctica vergonzosa. Sus enemigos políticos proclamaron que se había prostituido con un rey bárbaro y le apodaron «la reina de Bitinia», causando así un gran daño a su reputación. Sin embargo, César siempre desmintió este hecho. El resto de la campaña le valió una mejor reputación, porque mostró una gran capacidad de mando y un arrojo y valor personal encomiables, por los que Minucio Termo, tras la toma de Mitilene, le concedería la corona cívica, la condecoración al valor más alta que se otorgaba en la República Romana.
En este, igual que en el tiempo de soldado, César fue exitoso y, cuando Sila murió, decidió regresar a Roma y probar su fortuna como orador (un abogado actual). En este, también, demostró ser un éxito y se convirtió en un orador elocuente bastante conocido.
En el año 73 a. c la muerte de su tío le abrió las puertas para ser elegido pontifex en su lugar y entró de esa manera en el Colegio de Pontífices, un organismo religioso de gran calado en la vida piadosa de Roma.
Mientras navegaba a Grecia, César fue secuestrado por piratas y retenido para el pago de un rescate. Concordando con la alta opinión que tenía de sí mismo, se dice que cuando los piratas le comentaron que sería rescatado por veinte talentos, César reclamó que valía al menos cincuenta. Mientras estuvo captivo por ellos, César fue tratado bien y mantuvo constantemente una relación amistosa con los piratas. Se dice que César repetidamente les comentó a ellos que, al momento de su liberación, los cazaría y los haría crucificar por la ofensa a su familia y su dignidad personal, amenaza la cual los piratas la tomaron como broma. Sin embargo, al ser liberado, César cumplió esa amenaza. No obstante, hizo que les cortaran el cuello a los piratas en una muestra de indulgencia debido al buen trato hacia él durante el cautiverio. Esta determinación de César, de hacer exactamente lo que dice que haría, se convirtió en una de sus características definitorias a lo largo de su vida.
En el 65 a.c, se convirtió en edil. as funciones de un edil pueden ser equiparadas, en cierto modo, a las de un moderno presidente de una junta municipal, e incluían la regulación de las construcciones, del tránsito, del comercio y otros aspectos de la vida diaria, entre otras las funciones de jefe de policía. Pero el cargo, el primer peldaño público para llegar a la magistratura suprema del consulado, podía ser también el último que se desempeñara, pues incluía la organización de los juegos en el Circo Máximo, lo que, debido a lo limitado del presupuesto público, exigía al edil la utilización de fondos personales. Esto fue especialmente verdad en el caso de César, que pretendía realizar unos juegos memorables para impulsar su carrera política. Y, de hecho, empleó todo su ingenio para conseguirlo, llegando a desviar el curso del Tíber e inundar el Circo para ofrecer una naumaquia (un combate entre barcos). Acabó el año con deudas del orden de varios cientos de talentos de oro.
Dos años después, el cargo de pontifex maximus quedó libre y se le asignó a César. En el 62 a.c, le nombraron pretor y precónsul en Hispania.
César accedió a su primer cargo de importancia gracias al dinero que Craso le prestó para los sobornos. Esta práctica de comprar voluntades estaba muy extendida. Gracias al dinero, César fue nombrado gobernador de la Hispania Ulterior. Allí, pasó la mayor parte de su mandato sometiendo a las tribus celtiberas, ampliando su red de contactos con las oligarquías locales y atesorando fama. Pero a pesar de sus éxitos no estaba satisfecho y regresó a la capital para seguir escalando en la política.
Al regresar a Roma, en 60 a. c, el Senado, que desconfiaba de César, obstruyó su ascenso. La institución, controlada por la alta aristocracia, también bloqueaba los proyectos de Pompeyo, ilustre general y poseedor de una notable fortuna, y de Craso, que era el hombre más rico de Roma.
Y César aprovechó su oportunidad. Pactó con ambos para que todos consiguieran sus objetivos. Se había constituido el primer triunvirato. Gracias a su nueva alianza, Julio César fue nombrado cónsul y, desde el cargo, no solo se enriqueció, sino que se granjeó el fervor popular impulsando una serie de reformas.
Los primeros años del triunvirato se hicieron aún más fuertes por el matrimonio de César con Pompeya, la hija de Pompeyo. Sin embargo, al poco tiempo la repudió por creer que le había sido infiel, algo que nunca se ha podido probar. A pesar de no condenar a su esposa por adulterio, la dejó con la famosa frase “la mujer del César no solo tiene que ser fiel, sino parecerlo”.
Se cree que Julio César admiraba a Alejandro Magno. Quería expandir el poder de Roma como lo hizo el macedonio con Grecia. El primer territorio que quería someter a Roma eran las Galias.
La llamada guerra de las Galias, liderada por el romano, se desarrolló entre el 58 a.C. y el 51 a.C. Sometió lo que hoy son Francia, Bélgica, y parte de Holanda, Alemania y Suiza. La superioridad táctica de las legiones era evidente. César compensaba la inferioridad numérica con la división entre los galos. De esta manera, poco a poco, combinando trampas, sobornos, traiciones, combates y una fulgurante rapidez de movimientos, fue haciéndose dueño de toda la Galia.
Sin embargo, una importante sublevación en 52 a. c. puso en jaque el dominio romano de la región. Por primera vez un jefe galo del centro, Vercingétorix, consiguió solucionar el grave problema de desunión que tenían los galos. Julio César, tras diversas batallas, asedió Alesia, donde se había refugiado Vercingétorix a la espera de que acudieran miles de galos en su ayuda. Esto obligó a César a luchar en todos los frentes para evitar ser exterminado. Al final, el jefe galo se rindió y pidió gracia para su ciudad. Alesia no fue arrasada, pero todos sus habitantes pasaron a ser esclavos propiedad de los legionarios.
Mientras César estaba en plena lucha en la Galia, Craso murió en batalla en la guerra contra los partos y Pompeyo empezó a gobernar en solitario. A su vuelta de la Galia, Pompeyo comenzó una batalla contra él que desató en la guerra civil de Roma. Este acontecimiento se desarrolló en tierra y mar, desde Hispania hasta Egipto.
En Egipto se libraba otra guerra por el reinado entre Ptolomeo XIII y Cleopatra. Pronto Pompeyo tomó parte por el primero, mientras que Julio César lo hizo de Cleopatra, con la que tuvo un hijo: Cesarión. Más tarde, Ptolomeo XIII traicionó a su aliado romano y lo mató en una emboscada. Le envió su cabeza a Julio César con la esperanza de acercar posturas, algo que no sucedió.
La guerra civil romana acabó en torno al año 46 a.c, con la victoria de Julio César tras derrotar a los últimos apoyos de Pompeyo en Hispania. Fue así como el Senado romano lo nombró dictador. Durante su mandato como dictador, Julio César reorganizó el estado romano. Algunas de las reformas que impulsó fueron una mayor vigilancia para evitar abusos de poder en las provincias y aumentó la construcción de obras públicas. Además, instauró el calendario juliano, en el que establecía que un año tenía 365 días y 6 horas. Fue el que se utilizó en Europa hasta en siglo XVI.
En Egipto, Cleopatra esperaba que César reconociera y legitimara a Cesarión como su hijo y heredero. César, sin embargo, nombró su sobrino-nieto, Cayo Octavio Turino (Octaviano), su heredero. Aun así, trajo a Cleopatra, su hijo y a su séquito, a Roma y los instaló cómodamente en una casa que visitaba frecuentemente, a pesar del hecho que aún seguía casado con Calpurnia. A pesar de que el Senado parecía indignado por esta indiscreción (ya que las leyes sobre la bigamia se aplicaban estrictamente), César recibió el título de Dictator Perpetuus (dictador vitalicio) en el 44 a.c.
César inició varias reformas incluyendo una mayor redistribución de tierra entre los pobres, una reforma agraria para los veteranos que eliminaba la necesidad de desplazar a otros ciudadanos, así como reformas políticas que probaron ser impopulares en el Senado. Gobernó sin considerar al Senado, usualmente diciendo solamente cuales leyes él quería aprobadas y qué tan rápido, en un esfuerzo de consolidar e incrementar su propio poder personal. De igual manera, reformó el calendario, creó una fuerza policíaca, ordeno la reconstrucción de Cartago, y abolió el sistema tributario, entre otras muchas leyes (que varias de ellas eran objetivos populare de largo plazo.
A pesar de las reformas, no todos veían a Julio César con buenos ojos. Muchos eran los que creían que se convertiría en un rey tirano y que, influido por Cleopatra, establecería Alejandría como nueva capital. Conocedor del odio que despertaba y de las confabulaciones que existían en torno a él, siempre rechazó ser rey. Sin embargo, pronto se extendió el rumor de que aceptaría el cargo.
Para que esto no sucediera, un grupo de personas, entre los que se encontraba su hijo adoptivo Bruto, lo asesinó en el Senado en los idus de marzo del 44 a.c. Fue aquí donde Julio César pronunció la famosa frase “¡Tú también, Bruto, hijo mío!”.
César fue apuñalado 23 veces y murió en la base de la estatua de Pompeyo. Los asesinos, sin embargo, cometieron el error de descuidar el plan de lo que harían después de la muerte de César y, al hacerlo, permitieron por accidente a Marco Antonio, el primo y mano derecha de César, vivir. Marco Antonio cambió el curso de la opinión popular romana contra los conspiradores y, aliado con Octaviano, derrotaron a las fuerzas de Bruto y Casio en la Batalla de Filipos en el 42 a.c.
Las consecuencias de la muerte de César son numerosas, y no se limitan a la guerra civil posterior. El nombre «César», por ejemplo, se convirtió en común a todos los emperadores posteriores, debido a que Augusto, de nombre Cayo Octavio, al ser adoptado oficialmente por el dictador cambió su nombre por el de Cayo Julio César. Dado que todos los emperadores posteriores a Augusto hasta Nerón fueron adoptados, el cognomen César acabó siendo una especie de título más que un nombre, y, así, desde Vespasiano en adelante los emperadores lo ostentaron como tal sin haber sido adoptados por la familia César. Tanto prestigio acumuló el cognomen que de César provienen los apelativos káiser y zar.
83 a.c
MARCO ANTONIO
Marco Antonio nació en enero del 83 a.C. en el seno de una prestigiosa familia plebeya de la aristocracia romana. Su madre era Julia, una patricia que era prima lejana de Julio César, y su padre era el plebeyo Marco Antonio, descendiente de otro Marco Antonio, su abuelo que fue ajusticiado por Cayo Mario durante sus reformas. Años después, cuando Marco Antonio solo tenía unos meses de vida, su padre fue uno de los beneficiados por el nuevo régimen del dictador Lucio Cornelio Sila y entró en el Senado. Como miembro de los Antonios no necesitaba un talento especial para labrarse una próspera carrera, por lo que fue elegido pretor en el 74 a.c.
Su padre murió a una temprana edad, dejando a Marco Antonio, junto con sus hermanos Lucio y Cayo, al cuidado de su madre, quien se casó después con Publio Cornelio Léntulo Sura, un político acusado de estar involucrado en la conjura de Catilina. Por este motivo Cicerón ordenó su ejecución, lo que originó la enemistad entre Antonio y el célebre orador. A los siete años, Marco Antonio empezó a acompañar a su padre en sus asuntos diarios, y una vez que este murió, siguió a alguno de sus tíos.
Creció en un ambiente de lujos y ociosidad. Siendo adolescente, sus juergas eran famosas. Antes de los veinte años ya había acumulado una deuda de 250 talentos de oro, lo que era una fortuna en su época, por lo que su padrastro le echó de casa.A esa edad era un joven atractivo: fuerte, alto, musculoso. Le acompañaban la prepotencia y la altanería, pero también la extroversión y la camaradería con sus soldados.Marco Antonio sobresalió a lo largo de su vida por centrar toda su atención en la bebida, los líos de faldas, los lujos y la extravagancia. Prueba de ello es que se dejara una barba espesa, se ciñera muy arriba la túnica para mostrar sus musculosas piernas, y en la ciudad a veces llevara espada y una tosca capa de pieles para asemejarse a Hércules.
Marco Antonio se casó con Fadia, hija del liberto Quinto Fadio Galo. Pactar un matrimonio con un antiguo esclavo no conllevaba ninguna ventaja social o política, pero al menos sí le daba acceso a la fortuna de su suegro. En los años posteriores, se divorciaría tanto de Fadia como de su segunda esposa, Antonia, para acabar con su mujer más famosa (aunque no la última), Fulvia.
Contaba unos 24 años cuando viajó a Grecia para perfeccionar estudios, pero por el camino decidió unirse al procónsul Aulo Gabinio, que marchaba con sus legiones a Siria, a sofocar unas rebeliones. Marco Antonio se encargó de dirigir la caballería, y pronto demostró sus dotes de mando y estrategia, así como su valentía en el combate.
Pronto las sublevaciones de la franja sirio-palestina fueron sofocadas, pero ante la promesa de una recompensa si apoyaban a Ptolomeo XII a recuperar el trono de Egipto, convenció al procónsul para que prolongase la campaña en Oriente y enviase sus tropas al país del Nilo. Las victorias que consiguió, así como el botín, comenzaron a forjar su fama de general entre los legionarios. Fue en esta ocasión cuando conoció Egipto, Alejandría y a la princesa Cleopatra.
Decidido a seguir ascendiendo y aprovechando el parentesco lejano que le unía a César, le acompañó a su expedición a las Galias, en 54 a. c Allí volvió a demostrar su competencia como militar y su valentía, aunque también su impulsividad y sus excesos en sus orgías.
César le envió a Roma como tribuno de la plebe. Desde este momento Antonio será uno de los hombres de confianza de César y uno de sus agentes políticos más activos, oponiéndose en lo posible a los planes de Pompeyo y de la clase nobiliaria representada en el Senado. Esta posición costó a Antonio la expulsión del Senado. César lo aprovecharía, al incluirla como uno de los motivos por los que se presentó en Roma con su ejército, desencadenando la guerra civil.
Antonio huyó de Roma, uniéndose a César, que había dejado su ejército acampado a orillas del Rubicón, el arroyo que marcaba el límite meridional de su autoridad proconsular. La noticia del paso de César por el río Rubicón junto a Antonio y sus legiones fue recibida con espanto en una Roma que inmediatamente fue evacuada por Pompeyo. Durante la contienda, Marco Antonio fue designado jefe de las fuerzas en Italia.
Permaneció en Roma mientras su mentor iba en busca de las legiones de Pompeyo. Este había partido hacia la actual Albania, pero César prefirió vencer primero a las fuerzas enemigas en Hispania. Después regresó a Roma para centrarse en someter a su rival, que controlaba la mitad oriental del Imperio. Tras reunir doce legiones, cruzó el Adriático con siete de ellas, dejando a su pupilo al mando de las demás.
Ante el fracaso de las propuestas de paz, pidió ayuda a Marco Antonio. Este logró reagrupar sus fuerzas y enlazar con César, pero quedaron aislados de Italia. En el sitio de Dyrrachium, la actuación de Antonio fue decisiva para rechazar un ataque de Pompeyo. Meses después ambos ejércitos se trasladaron a la llanura de Farsalia, que decidiría la suerte de la guerra. César contaba con 22.000 hombres y Pompeyo con el doble. Sin embargo, la victoria del primero fue absoluta.
De vuelta a Italia, el fiel lugarteniente se dedicó a mantener el orden, mientras César, durante unos tres años, perseguía a Pompeyo en Egipto y más tarde a sus partidarios en el norte de África e Hispania.
La imagen de moderación que César quería ofrecer a sus conciudadanos quedaba en entredicho por el ejemplo de un Antonio cuya vida privada era el escándalo de la ciudad: frecuentaba la compañía de comediantes y prostitutas, ofrecía banquetes de lujo inaudito que concluían en vergonzosas borracheras… Además, en sus viajes por Italia se hacía acompañar por un séquito de la peor ralea, vejando a los ciudadanos de las localidades por donde pasaban.
La vuelta de César de sus campañas orientales puso las cosas en su sitio. Al conocer los escándalos privados y públicos de su lugarteniente, lo sancionó con la privación del consulado al que aspiraba. En su lugar fue elegido Lépido, formando pareja con el propio César. Éste, arreglados sus asuntos y tomadas las medidas sociales y económicas apropiadas, marchó a África a combatir a los hijos y partidarios de Pompeyo. La advertencia no cayó en saco roto y, aparentemente, Antonio moderó desde entonces sus costumbres. Se casó con Fulvia, la viuda de Curión, y para alojarla compró la suntuosa casa de Pompeyo en Roma.
En 44 a.C., César tomó a Antonio como colega en el consulado. En febrero de ese mismo año, durante la fiesta de las Lupercales, ambos protagonizaron un episodio que dio mucho que hablar: a la vista de todo el mundo, Antonio coronó a César con la diadema real, que el ya dictador perpetuo rechazó por tres veces. Pero la oposición no se dejó convencer por ese gesto teatral. Además, entre los planes inmediatos de César estaba la campaña contra los partos: una victoria en la misma, al menos a ojos de los conjurados, allanaría la coronación de César como monarca absoluto, sin que nada ni nadie pudiera impedirlo. Por ello, reafirmaron su propósito de asesinarlo.
Cuando la mañana de su muerte César fue al Senado, lo hizo en compañía de Marco Antonio. Mientras César entraba en la gran sala, su amigo fue retenido con una excusa fuera de la misma. A los pocos segundos los conjurados se abalanzaron sobre la víctima, a la que cosieron a puñaladas. Ante los gritos, Marco Antonio entró en la sala y vio el cadáver palpitante de su maestro.
Lo normal habría sido reaccionar con un estallido de ira, o llamar a gritos a la guardia o al pueblo. En lugar de eso, calló y salió silenciosamente. Horas después, los asesinos, atrincherados en el Capitolio por miedo al populacho, le llamaron para que les sacase del apuro. Él calmó a la multitud con un discurso en que prometió castigar a los culpables. Mostrando un gran talento para la retórica y la interpretación dramática, Antonio asió la toga del cuerpo de César para mostrar a la muchedumbre las marcas de sus veintitrés heridas. De esta forma, esa misma noche el pueblo romano atacó las casas de los conjurados, que se vieron obligados a huir para salvar sus vidas y lamentaron no haber acabado con el cónsul. Después fue a ver a la viuda de César, Calpurnia, a la que pidió el testamento, y, sin abrirlo, lo entregó a las vestales, como era costumbre.
La sorpresa fue mayúscula: cierto que a él se le nombraba en el testamento, pero no era el mayor beneficiado. La enorme fortuna se repartía, en gran parte, entre los ciudadanos romanos; al municipio le legaba sus jardines; pero el sucesor verdadero, el que era adoptado como hijo y designado sucesor, era un muchacho de apenas 18 años, hijo de su sobrina, llamado Octavio. Aquel joven enfermizo que era Octavio estaba lejos de Roma, en Apolonia, y Marco Antonio decidió actuar como si no existiese.
Ya sin César, Antonio se hizo dueño de Roma. En los meses siguientes su poder creció sobre las disposiciones del dictador, las Acta Caesaris, de las que se había apropiado, manipulándolas a su antojo, vendiendo exenciones y privilegios que provocaron nuevos escándalos y un creciente malestar. Pero cuando pretendió modificar la distribución de las provincias a su favor entró en conflicto con el gobernador de la Galia Cisalpina, Décimo Bruto, por lo que se dispuso a luchar contra él.
Mientras tanto, tuvo que hacer frente a una revuelta popular. La gente humilde de Roma acusó a los ricos de haber matado a César. A su cabeza estaba un esclavo liberto, un tal Herófilo, al que Marco Antonio ordenó detener y ejecutar. Ello ocasionó nuevas sublevaciones, que ahogó otra vez en sangre.
Cuando Octavio se presentó ante Marco Antonio, le preguntó por el cumplimiento del testamento y la razón por la que no había castigado a los asesinos. Antonio le trató con desprecio llamándole “chiquillo”.Octavio tomó entonces el nombre de Cayo Julio César Octaviano, reunió dinero de su propia fortuna y consiguió ganarse el apoyo del pueblo. Así, mientras Antonio partía para Módena, donde se había refugiado Décimo Bruto, Octaviano se acercó a los miembros más influyentes del Senado, en especial a Cicerón. Es entonces cuando el gran orador pronuncia las Filípicas, en las que denuncia todos los hechos negativos de Antonio.
Así las cosas, Octaviano logró del Senado el cargo de propretor y el permiso para acompañar a los nuevos cónsules, Aulo Hircio y Cayo Pansa, a combatir a Antonio, declarado enemigo público. Derrotado, Antonio huyó a la Galia en busca de Lépido, mientras Octaviano obtienía el consulado y lograba que se persiguiera a los asesinos de su padre adoptivo. Para asegurar su situación aceptó reunirse con Antonio y Lépido en Bolonia, donde constituirá el segundo triunvirato. El objetivo del mismo es triple: castigar a los asesinos de César, repartirse las provincias y eliminar a sus enemigos políticos con las proscripciones. El primero de ellos, Cicerón.
Unidas, las legiones de Antonio y Octaviano buscaron a las de Bruto y Casio, trabando batalla en Filipos (Macedonia) el 23 de noviembre del 42 a.C. La victoria de los primeros es completa gracias a la mayor experiencia militar de Antonio. En el reparto de provincias que sigue, Hispania le corresponde a Octaviano, África a Lépido y Oriente a Antonio. Desde Éfeso, este último recorre Asia Menor ordenando el territorio hasta llegar a Tarso, a donde emplaza a ir a Cleopatra, reina de Egipto, para pedirle explicaciones por las ayudas prestadas a Casio. Ella llegará en un espléndido bajel con las velas de púrpura tendidas al viento, vestida como Venus y haciendo gala de todo su poder de seducción, de tal manera que cautiva al romano, que la sigue a Alejandría, donde, en medio de suntuosas fiestas, olvida sus obligaciones como militar y gobernante.
Al año siguiente, Antonio acude a Brindisi, donde renueva el triunvirato con sus otros colegas, contrayendo matrimonio con Octavia, hermana de Octaviano, para reforzar el pacto. Se establece entonces en Atenas, dirigiendo desde allí la política oriental, especialmente la guerra contra los partos. El pacto se renovará en Tarento en 37 a.C., con la promesa por parte de Octaviano de enviarle a Oriente veinte mil hombres para la lucha con los partos, a cambio de 120 navíos. Pero Antonio, con el pretexto de la guerra, repudia a su esposa Octaviana y, llegado a Antioquía, contrae matrimonio con Cleopatra.
De esta forma, Octaviano obtuvo la excusa que buscaba y que había provocado, y empezó a acusar a Antonio para así alejarlo cada vez más del poder político, argumentando que Antonio era un hombre de moral baja, y que había abandonado a su fiel esposa y a sus hijos para estar con la promiscua reina de Egipto. Entre todas estas acusaciones, quizás la más grave a los ojos del pueblo fuera la de que Antonio se alejaba de las costumbres romanas y se inclinaba hacia los gustos orientales, un grave crimen para el orgulloso pueblo romano.
La guerra contra los partos se salda con un rotundo fracaso, y cuando Antonio logra llegar a Siria con el ejército que ha logrado salvar comprueba que Octaviano no ha cumplido su promesa de enviarle refuerzos, lo que le aboca a un callejón sin salida. La ruptura entre ambos es ya definitiva. De regreso a Alejandría, Antonio amplía el reino de Egipto mediante donaciones de territorios vecinos que otorga a Cleopatra y sus hijos, lo que será aprovechado por Octaviano para levantar una feroz campaña de desprestigio contra su rival y le brindará la excusa perfecta para declarar la guerra a Egipto por apropiación de territorios pertenecientes al pueblo romano.
Para Octaviano, el hecho de que Antonio distribuyera territorios entre sus propios descendientes (aunque fueran insignificantes o no conquistados aún) no había sido una maniobra que pudiera considerar precisamente como pacífica, pero lo que más le inquietaba era el hecho de que Cesarión hubiera sido anunciado como el hijo legítimo de César y su heredero. El poder de Octaviano descansaba fundamentalmente en el hecho de ser considerado como el heredero de César por adopción, lo cual le garantizaba el necesario apoyo del pueblo romano y la lealtad de las legiones.
En el año 32 a. C. el Senado despojó a Antonio de sus poderes y declaró la guerra a Cleopatra. Tras una serie de operaciones terrestres, Octaviano bloqueó a Antonio y le obligó a entablar combate en el mar. El 2 de septiembre se libró la batalla naval de Actium, en la cual la flota de Antonio y Cleopatra fue vencida por la de Octaviano, retirándose ambos con sus navíos restantes de vuelta a Alejandría.
Antonio y Cleopatra deciden resistir en Egipto, al tiempo que envían embajadas a Octaviano para negociar. Es inútil. Al frente de un cuerpo de caballería, Antonio se lanza de nuevo al combate y vence a la vanguardia de Octaviano; mas pocos días después su infantería es derrotada y los pocos soldados que le quedan se pasan al enemigo. En esta situación desesperada le llega la noticia, falsa, de que la reina se ha suicidado. Haciendo honor a su temple de romano, que prefiere la muerte antes que caer en manos del enemigo, Antonio se atraviesa con su espada. No mucho después, las tropas romanas ocupan Alejandría.
Tras obtener permiso para embalsamar el cuerpo de Antonio, Cleopatra permanece unos días junto al cadáver en el mausoleo instalado en Alejandría, hasta que una orden de Octaviano la obliga a regresar a palacio. El nuevo dueño de Roma tiene la intención de llevarla a la capital y exhibirla en su desfile triunfal. Sospechándolo, la reina mantiene una entrevista con él para intentar salvar, al menos, a sus hijos. Cleopatra despliega todos sus encantos, mas sin efecto; Octaviano se mantiene frío y distante, pese a tratarla con cortesía. Ante este fracaso, la reina se suicida, según la tradición, mediante la mordedura de un áspid que acerca a su seno. Octaviano ordena que Antonio y Cleopatra sean enterrados juntos, pero también manda dar muerte al joven Antonio, el mayor de los hijos que aquel tuvo con Fulvia, y a Cesarión, hijo de César y Cleopatra. Curiosamente, Octaviano entregó a su hermana Octavia, la segunda esposa de Antonio, la tutela de los hijos de Antonio y Cleopatra.
Con la muerte de Antonio, Octaviano se convirtió en el gobernante incuestionable de Roma, y nadie más se atrevió a alzarse en su contra. En los años siguientes Octaviano, conocido como César Augusto desde el año 27 a. c, procedió a acumular en su persona todos los cargos administrativos, políticos y militares. Cuando Augusto murió en el año 14, todos sus poderes políticos pasaron a su hijo adoptivo, Tiberio, comenzando así el Principado romano.
73 a.c
HERODE I EL GRANDE
Fue un monarca de Judea, aunque no el mas apreciado, no solo porque había ascendido al poder pactando con los romanos y derramando mucha sangre, tampoco era un judío puro. Su padre descendía de una familia de Edom, enemiga tradicional de los judíos, y su madre era árabe. Pero lo peor de todo era que Herodes mostraba muy poco respeto por las costumbres y leyes de la religión judía, para indignación de los judíos piadosos y observantes, que en su mayoría estaban radicados en Jerusalén, espejo de la nación.
Herodes fue nombrado gobernador de Galilea en el año 47 a. c. En ese momento Herodes era un joven de unos 26 años. En el 41 a.c
En el año 41 a.c , aprovechando la ausencia de Herodes y Su hermano , Antígono Matatías sobrino de Hircano II les robo el trono. Herodes fue a pedirle ayuda a los romanos quienes le nombraron rey de Judea, como vasallo de Roma.
Entre otras muchas obligaciones, Herodes debía poner sus tropas a disposición de Roma cuando esta se lo exigiera. Así sucedió, por ejemplo, durante la expedición del general Elio Galo a Arabia en el 26 a.c. o durante la campaña que Marco Agripa comandó en el Bósforo en el 14 a.c. Precisamente, la buena amistad que tenía Herodes con Agripa fue uno de los factores centrales de la buena relación con Augusto. De hecho, cuando Agripa murió en el 12 a.c. las relaciones bilaterales se enfriaron al no contar con ese nexo de unión.
Herodes regresó a Judea para tomar el trono de Antígono. Cerca del final de la campaña contra Antígono, Herodes se casó con la nieta de Hircano II, Mariamna, que también era sobrina de Antígono. Herodes intentó con ello asegurar su proclamación como monarca y ganarse el favor de los judíos. No obstante, Herodes ya tenía una esposa, Doris, y un joven hijo, llamado Antípatro, y escogió desterrar a Doris y a su hijo.
Herodes vivía atemorizado por una posible traición por lo que no se fiaba ni de su propia sangre. Herodes ejecutó a Mariamme en el 29 a. c. por acusaciones de adulterio e intento de asesinato. El rey tenía al menos 10 esposas y creía que el judaísmo permitía la poligamia. También ejecutó a sus hijos Alexander y Aristóbulo en el 7 a. c., y Antípatro II, el hijo mayor de Herodes (a quien tuvo con otra esposa) en 4 a. c. Herodes acusó a sus tres hijos de tratar de matarlo.
El gobierno despótico de Herodes queda demostrado por muchas de sus medidas de seguridad, destinadas a reprimir el desprecio que sus súbditos sentían hacia él, sobre todo los judíos. Por ejemplo, se ha sugerido que Herodes usó su policía secreta para vigilar e informarse acerca de los sentimientos que tenía el pueblo hacia él. Intentó prohibir las protestas y eliminó a algunos opositores por la fuerza. Tenía una guardia personal (en latín corporis custodes) de dos mil soldados.
Fue un prolífico constructor que renovó y amplió el Templo de Jerusalén, el lugar más sagrado del judaísmo. Herodes organizó luchas de gladiadores y otros juegos durante la dedicación del templo; todo el conjunto estaba ofrendado al emperador Augusto y a Livia, su esposa, que contribuyó a la ocasión con magníficos dones como premio para los vencedores. Pero para los judíos, las luchas de gladiadores eran profundamente inmorales, pues consideraban que el único dueño de la vida humana era el Altísimo. Además, por la noche se multiplicaban los festines y las bailarinas extranjeras eran casi más abundantes que los comensales.
Y con ellas, las orgías y el desenfreno. El pueblo lo sabía y se escandalizaba profundamente.También ayudó a salvar los antiguos Juegos Olímpicos durante una crisis financiera. Además, usó la última tecnología constructiva, como el cemento hidráulico y la edificación submarina para el puerto de Cesarea.
A pesar de que levantó fortalezas (Masada, Herodión, Alexandrium, Hircania y Maqueronte) para que su familia pudiera refugiarse en ellas en caso de insurrección, todos sus grandes proyectos iban dirigidos a ganarse el apoyo de los judíos y a mejorar su reputación como soberano.
No obstante, para sufragar estos gastos, usó un sistema impositivo asmoneo que supuso una gran carga para el pueblo judío. A pesar de la carga económica que suponían sus proyectos constructivos y los regalos que realizaba, estos conllevaron también la creación de empleos y de oportunidades para la gente.
Herodes aparece en el antiguo testamento como un monarca horrible y sangriento, pero cuanto de verdad hay en esta historia. Tras el nacimiento de Jesús ,algunos sabios de Oriente, vieron una estrella en el este que simbolizaba el nacimiento del rey de los judios. Estos magos fueron a preguntar a Herodes por este asunto. Herodes, como rey de los judíos, se asustó por la aparición de un usurpador. Herodes reunió en una asamblea a los sacerdotes y a los escribas y les preguntó dónde había nacido «El Ungido».
Ellos indicaron que en Belén. Por ello, Herodes envió a los magos a Belén, un pueblo de la región de Judea, con instrucciones de que buscasen al niño y que, tras encontrarlo, le informasen a él para que fuese a rendirle culto.
No obstante, cuando los magos encontraron a Jesús, fueron advertidos en un sueño de no informar a Herodes. Del mismo modo, José (padre de Jesús) fue advertido en un sueño de que Herodes intentaría matar a Jesús, de modo que él y su familia fueron a Egipto. Cuando Herodes se dio cuenta de que había sido ignorado, dio la orden de matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores.
Según Mateo, José y su familia permanecieron en Egipto hasta que Herodes murió, y luego se trasladaron al pueblo de Nazaret, en la región de Galilea, para evitar vivir bajo el gobierno del hijo de Herodes I encargado de la gobernación de Judea, Herodes Arquelao.
Josefo escribió que a Herodes le preocupaba tanto que nadie llorase su muerte que mandó a un gran grupo de hombres distinguidos acudir a Jericó y los mandó ejecutar en el momento de su muerte para asegurarse de que hubiera muestras de dolor. Por fortuna para ellos, su hermana Salomé y su hijo Arquelao no cumplieron este mandato.
Tras la muerte de Herodes, estallaron graves revueltas en varias ciudades, incluida Jerusalén, parecidas a las que habían ocurrido antes en contra de las obras reales. En estos disturbios se exigió la disminución del control romano sobre el territorio. El dominio de Herodes fue la causa primigenia del enfado que originó la gran revuelta del año 70.
No existen imágenes fidedignas del rostro de Herodes, pues este no acuñó monedas con su rostro y rara vez construyó estatuas de sí mismo por la preocupación de ofender las creencias judías que a veces se oponían a la representación de figuras humanas.
69 a.c
CLEOPATRA
Fue la última gobernante de Egipto , antes de que se anexionara a Roma. Descendiente de la dinastía Ptolomeica, que gobernó tras la muerte de Alejandro Magno. En un periodo de suma inestabilidad, los egipcios entronaron a Ptolomeo XII, hijo ilegítimo de Ptolomeo IX, que se casó con su hermana Cleopatra VI Trifena y tuvo con ella tres hijas. Una de ellas, Cleopatra VII, se convertiría en la futura reina de Egipto.
Se convirtió en reina de Egipto después de la muerte de su padre, Ptolomeo XII, en el año 51 a.c. Cuando ascendió al trono de Egipto, a los 18 años, Cleopatra ya había desarrollado un atractivo irresistible, fruto de una intensa educación y de su presunta belleza. Hablaba etíope, troglodita, hebreo (o arameo), árabe, sirio (tal vez siríaco), medo, parto y latín, aunque sus contemporáneos romanos podrían haber preferido hablar con ella en su griego koiné nativo. También fue la primera mujer de la dinastía ptolemaica en hablar a los Egipcios en su idioma. Plutarco cuenta cómo aquella mujer era capaz de recibir a casi todas las personas que recibía en su idioma.
Debido a que la tradición egipcia decía que una mujer necesitaba un consorte masculino para reinar, la casaron ceremonialmente con su hermano de doce años, Ptolomeo XIII. Sin embargo, Cleopatra no tardó en eliminar su nombre de todos los documentos oficiales y gobernar sola. Cleopatra tuvo que enfrentarse con varios problemas apremiantes y emergencias poco después de ascender al trono, como la hambruna causada por la sequía y un bajo nivel de la inundación anual del Nilo y el comportamiento anárquico de los Gabiniani, los soldados de la guarnición de Gabinio que quedaron en Egipto, ahora desempleados y asimilados como romanos.Heredera de las deudas de su padre, Cleopatra también le debía a la República Romana 17,5 millones de dracmas.
En 48 a.c su principal consejero, Potino, junto con otro, Teódoto de Quíos, y el general Aquilas, la derrocaron y pusieron a su hermano Ptolomeo XIII en el trono al creer que sería más fácil de controlar que su hermana. Cleopatra y su hermanastra, Arsinoe, huyeron a la Tebaida por seguridad.
En torno a esta misma época, el general y político romano Pompeyo el Grande fue derrotado por Julio César en la batalla de Farsalia. Pompeyo era el guardián de estado de los hijos más pequeños de Ptolomeo y durante sus campañas había pasado bastante tiempo en Egipto. Creyendo que sería recibido por amigos, Pompeyo huyó de Farsalia a Egipto, pero en vez de encontrar santuario fue asesinado bajo la mirada de Ptolomeo XIII al llegar a la costa de Alejandría. Los consejeros de Ptolomeo XIII temían la posibilidad de que Pompeyo usara a Egipto como base en una prolongada guerra civil romana.
A la llegada a Egipto con sus legiones, en busca de Pompeyo, César supuestamente se indignó al saber que Pompeyo había sido asesinado, declaró la ley marcial y se instaló en el palacio real. Ptolomeo XIII huyó a Pelusio con su corte. Sin embargo, César no iba a dejar que el joven gobernante se le escapara para fomentar problemas e hizo que lo llevaran de vuelta a Alejandría.
Cleopatra seguía en el exilio y sabía que no había manera de que pudiera entrar sin más en palacio sin que la detuvieran. Reconociendo que César era su oportunidad de recuperar el poder, se dice que se hizo enrollar en una alfombra, en apariencia un regalo para el general romano, e hizo que la llevaran a través de las líneas enemigas. Parece que ella y César sintieron una afinidad instantánea el uno por la otra y, para la mañana siguiente cuando Ptolomeo XIII llegó para reunirse con César, este y Cleopatra ya eran amantes.
Ptolomeo XIII recurrió a su general Aquilas para que lo apoyara y estalló la guerra en Alejandría entre las legiones de César y el ejército egipcio. César y Cleopatra se vieron asediados en el palacio real durante seis meses hasta que los refuerzos romanos pudieron llegar y romper las filas egipcias. Fue en ese momento, según algunos historiadores, cuando la biblioteca de Alejandría se quemó accidentalmente, aunque esta afirmación se ha discutido.
Sin embargo, antes de la victoria romana sobre Ptolomeo XIII, Arsinoe, la hermanastra de Cleopatra, que había regresado con ella, había huido al campamento de Aquilas y se había hecho proclamar reina en lugar de Cleopatra. Ptolomeo XIII se ahogó en el Nilo intentando escapar tras una batalla y los demás líderes del golpe contra Cleopatra murieron en la batalla o poco después. Arsinoe fue capturada y enviada a Roma en la derrota, pero César le perdonó la vida y la exilió a una vida en el templo de Artemisa en Éfeso, donde permanecería hasta 41 a.c cuando, a petición de Cleopatra, Marco Antonio la mandó ejecutar.
Cleopatra y Julio cesar tuvieron un hijo al que llamaron Cesarión. En Roma esto causó un escándalo. En primer lugar, porque Egipto y su cultura hedonista eran despreciados como decadentes. Pero también porque César no tenía otros hijos varones (aunque estaba casado con Calpurnia, y había tenido dos esposas antes que ella).
César acababa de convertirse en el hombre más poderoso de Roma y si bien la tradición era que la elite romana compartía el poder, él parecía querer ser el supremo, como un monarca.
Esto resultaba doblemente insoportable para los romanos porque significaba que Cesarión, un egipcio, podría eventualmente querer gobernar a Roma como el heredero de César.
Cleopatra tenía otras intenciones: intentó, como había hecho su padre, defender la independencia de su país. Pero en esta relación es el romano, mucho mayor que ella, quien seduce y domina a la egipcia, y la obliga a viajar Roma. Allí, la reina acude a una ceremonia del triunfo romano en el que César exhibe sus triunfos en el Nilo. La relación era clara: eran amantes, y el dictador no dio más prebendas a la reina. Mientras, Cleopatra se mantuvo como reina de Egipto, lo que, en su momento, ya era mucho.
César fue asesinado en el idus de marzo de 44 a. c, pero Cleopatra permaneció en Roma hasta mediados de abril, con la vana esperanza de que Cesarión fuera reconocido como el heredero de César. Sin embargo en su testamento nombró a su sobrino nieto Octavio como principal heredero, quien llegó a Italia en la misma época en que Cleopatra decidió partir hacia Egipto. Unos meses más tarde, Cleopatra hizo que Ptolomeo XIV muriera envenenado y proclamó corregente a su hijo Cesarión.
En estos años la reina se orientaliza: funda un templo donde ella se presenta como Isis. Cleopatra hará viajes por el Nilo, y en Dendera crea ese templo a Isis, donde ella aparece junto a su hijo Cesarión.
La mano derecha de César, Marco Antonio, unió fuerzas con su sobrino segundo Octaviano y su amigo Lépido para perseguir y derrotar a los conspiradores que habían asesinado a César. Tras la Batalla de Filipos, en la que las fuerzas de Antonio y Octaviano derrotaron a las de Bruto y Casio, Antonio emergió como gobernante de las provincias orientales, incluido Egipto, mientras que Octaviano se quedó con las occidentales.
En el 41 a.c Cleopatra fue llamada a compadecer frente a Antonio en Tarso para responder a los cargos de haber ayudado a Bruto y Casio. Cleopatra retrasó su llegada y después retrasó aún más el cumplir con la citación de Antonio, dejando claro que como reina de Egipto llegaría cuando ella quisiera y de la forma que a ella le pareciera. En aquel momento, Egipto estaba al borde del caos económico, pero a pesar de ello Cleopatra se aseguró de presentarse como una verdadera soberana, apareciendo lujosamente en su barcaza, vestida como Afrodita.
Marco Antonio y Cleopatra se hicieron amantes instantáneamente . Ella le daría tres hijos y él la consideraría su esposa, a pesar de estar ya casado primero con Fulvia y después con Octavia, la hermana de Octaviano.
En el año 37 a.c. Cleopatra y Marco Antonio se vuelven a encontrar en Antioquía y jamás se volverán a separar. Él no vuelve a ver siquiera a Octavia ni a las hijas que tiene con ella. Pero esta vez la alianza del romano y la egipcia es de igual a igual. Después de todo, mientras ella daba a luz a sus hijos él se ha casado con una romana. La ha despreciado, humillado, y va a obtener su perdón a un precio.
Marco Antonio persigue su sueño de hacerse con Oriente y decide comenzar por Partia, el territorio que César no logró dominar. Solo así volverá triunfal a Roma y tendrá bajo su poder al imperio y los estados orientales vasallos. En un principio pide ayuda a Octavio, que –probablemente intuyendo sus planes– le promete unos bienes y un ejército que nunca llegan. Marco Antonio sabe que solo podrá conseguir su objetivo si Egipto le apoya, y decide reclamar a Cleopatra una posible relación política. Al margen de su relación amorosa, lo que les une es un interés político común: la ilusión de poder gobernar confluyendo culturas.
El romano está dispuesto a aceptar el trato y a reconocer a Cleopatra como “Reina de Reyes” y a Cesarión, su hijo con Julio César, “Rey de todos los Estados orientales”. Los hijos que habían tenido serán reyes de distintos territorios de Oriente. Aún más, Marco Antonio promete que se casará con ella, se divorciará de Octavia y proclamará ante Roma que Cesarión es hijo legítimo de César. Si Marco Antonio y sus partidarios romanos imponían esta legitimidad al Senado, César Augusto, perdería su legítima herencia romana y, con ella, el apoyo del pueblo romano y la lealtad de las legiones.
Durante estos años, la relación de Antonio con Octaviano se iría deteriorando sin remisión. Octaviano estaba indignado por el comportamiento de Antonio y, especialmente, por la falta de respeto que había mostrado tanto a su hermana como a él mismo, estallando una guerra civil.
Esta guerra en realidad es el enfrentamiento entre Marco Antonio y Augusto, pero Augusto no declara la guerra a su antiguo colaborador –que todavía tiene adeptos en Roma– sino que se la declara a la reina de Egipto, aquella cuyas veleidades le habían llevado a querer adueñarse de los Estados orientales, algo que Roma no podía tolerar.
Tras varios encuentros que casi siempre favorecieron a Octaviano, las fuerzas de Cleopatra y Antonio fueron derrotadas por las de Octaviano en la Batalla de Accio en el 31 a.c. Agripa, lleva la batalla a los mares a sabiendas de que Marco Antonio era mejor militar en tierra. Cercan sus barcos, cierran la salida al puerto y provocan un incendio. Cleopatra huye y Marco Antonio, pese a lo que reza el mito, no huye detrás de ella ciego de amor, sino que se marcha pensando que, si le siguen a él, podrá salvar algunas naves. Su derrota ya no deja lugar a dudas: Augusto impone su autoridad sobre todos los romanos.
Antonio, tras oír, las noticias falsas de la muerte de Cleopatra, se apuñaló. Demasiado tarde supo que todavía estaba viva y Octaviano permitió que lo llevaran junto a la reina, donde murió en sus brazos.
Después Octaviano exigió una audiencia con la reina donde le presentaron sin miramientos las condiciones de su derrota. Estos términos no eran para nada favorables y Cleopatra entendió que se la llevarían cautiva a Roma para adornar el triunfo de Octaviano. Al darse cuenta de que no podría manipular a Octaviano como había hecho con César y Antonio, Cleopatra pidió tiempo para prepararse, una petición que le fue concedida.
Entonces, se dejó envenenar mediante una mordedura de serpiente. Se dice que estaba acompañada por sus sirvientes Eira (Iras) y Carmión (Charmion), que también se quitaron la vida. Octavio se enfureció por este desenlace, pero la enterró con ceremonial real junto a Antonio en su tumba.
Cleopatra decidió en sus últimos momentos enviar a Cesarión al Alto Egipto, tal vez planeando huir a Nubia, Etiopía o la India. Octaviano hizo que asesinaran a su hijo Cesarión y que los hijos que había tenido con Antonio fueran llevados a Roma donde los crio Octavia; y así fue como acabó la dinastía Ptolemaica de gobernantes egipcios.
Los escritores árabes se refieren a ella como una erudita y 400 años después de su muerte aún se le rendía tributo a una estatua suya en Philae, un centro religioso que atraía a peregrinos de más allá de las fronteras de Egipto.
65 a.c
HORACIO
Poeta reflexivo romano. Quinto Horacio Flaco fue el creador de la lirica romana, representante de la época de oro latina. Nacido en Venusia y posteriormente criado en Roma. Recibió una buena educación, estudio en Atenas Literatura griega y filosofía.
En el 44 a.c fue nombrado tribuno militar para luchar contra marco Antonio y Cleopatra. A pesar de que no era amante de la guerra dirigió su ejercito con valentía a la batalla , aunque finalmente fue derrotado en la batalla de Phillipo. En el año 40 a.c pudo volver a Roma ya que se declaró una amnistía para los hombres de Bruto ,entre ellos Horacio.
A su vuelta descubrió que su padre había muerto y que su herencia había sido confiscad por lo que estaba sumido en la pobreza. Consiguió un trabajo como escribano y esto le permitió conocer a grandes poetas como Virgilio, quien le presentó a Cayo Mecenas un promotor de talentos.
Horacio escribió sus primeros poemas , las Sátiras, que se las dedico a cayo Mecenas por su ayuda. Escribió un total de 17 poemas que no seguían los patrones de la poesía Alejandrina, sino que se baso en la estructura del poeta griego Arquíloco.
Mecenas y Hoaracio fueron mas que socios, fueron amigos y en el 33 a.c Mecenas le regaló una finca en las montañas sabinas.
En el 25 a.c Horacio escribió la segunda parte de Las Satiras, a diferencia de su primera obra este no estaba basado en los problemas mundanos de la sociedad sino que se basaba en la autoperfección. En aquella época conoció a el emperador Octavio y este le ofreció un puesto como secretario personal, pero Horacio declinó la oferta manteniéndose fiel a su amigo Mecenas.
En el 17. a.c se celebraban los juegos seculares en Roma en conmemoración con motivo del centenario de la ciudad , Augusto pidió a Horacio que compusiese el himno » Carmen saeculare», que se represento en el templo de Apolo donde Horacio fue reconocido públicamente.
En el año 8 a.c fallece Horacio solo dos meses después de la muerte de su fiel amigo Mecenas, pero la poesía de Horacio permaneció hasta el Renacimiento. Los principales temas que trató en su poesía son el elogio de una vida retirada («beatus ille») y la invitación de gozar de la juventud («carpe diem»), temas retomados por poetas españoles como Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León.
64 a.c
ESTRABÓN
Estrabón fue un gran viajero que, aprovechando el periodo conocido como «La pax romana», recorrió casi la totalidad del imperio romano, estudiando la geografía y las gentes de dicho Imperio. Llegó hasta Armenia por el este, Cerdeña por el oeste, el mar negro por el norte y Etiopía, surcando el río Nilo, por el sur. Es decir, casi la totalidad del imperio romano que como recordaréis, rodeaba todo el mare nostrum (el mediterráneo).
Se conservan dos obras de este autor. La primera sería las «Memorias históricas» en 43 libros, complemento de la historia del griego Polibio. La segunda, que es su obra magna y la que conservamos en su totalidad es «La geografía». Data del año 29 a.c en que da comienzo su periplo, hasta el año 7. Consta de 17 volúmenes de una descripción detallada del mundo tal como se conocía en la antigüedad y poseen un gran valor, sobre todo como testimonio, por sus propias y extensas observaciones.
Como geógrafo descriptivo rechazó la obra de los geógrafos matemáticos como Eratóstenes de Cirene o Hiparco de Nicea por su carácter puramente astronómico o cartográfico. Esto le llevó a una despreocupación por las causas físicas de los fenómenos naturales, centrándose en los aspectos humanos, la historia y los mitos para componer un retrato de la gente y los países que estudiaba.
63 a.c
CAYO OCTAVIO AUGUSTO
Fue el primer emperador romano que puso un poco de orden y unidad en el gobierno romano después de casi un siglo de guerras civiles. Fue el sobrino nieto de Julio Cesar. Su familia paterna, perteneciente al “ordo equestris”, provenía de la ciudad de Velletri. Al nacer le pusieron el nombre Cayo Octavio. Un tiempo después, según Suetonio, se le agregó el cognomen “Turino” probablemente por la victoria de su padre en Turios sobre una rebelión de esclavos.
Su bisabuelo paterno había sido un tribuno militar en Sicilia, bajo el mando de Lucio Emilio Papo, durante la II guerra púnica, mientras que su abuelo sirvió en varios puestos políticos regionales. Su padre, llamado también Cayo, fue pretor y gobernador de Macedonia, y su madre, Acia, era sobrina de Julio César.
Quedó huérfano de padre en el año 59 a. c, cuando tenía cuatro años de edad. Su madre contraería nuevas nupcias con el ex gobernador de Siria, Lucio Marcio, quien afirmaba ser descendiente de Alejandro Magno.
Poco después, su madre se casó con Lucio Marcio Filipo, cónsul en el 56 a.C., aunque no la acompañó a su nuevo hogar. Durante un tiempo, Cayo Octavio y su hermana Octavia se fueron a vivir con sus abuelos maternos, que fueron los encargados de que realizaran sus primeros estudios. En el caso del joven sabemos que un esclavo llamado Esfero le enseñó nociones básicas de aritmética y a leer y escribir en griego y latín.
Se sabe que su padre lo educó con una disciplina férrea en los años venideros. Cuatro años después, el joven fue investido con la toga viril, un año antes que la edad establecida para los demás jóvenes romanos, aspecto que demuestra su madurez prematura.
Resultó elegido al Colegio de Pontífices en el año 47 a. c y al año siguiente fue puesto a cargo de los juegos griegos que se realizaron en honor al Templo de Venus Genetrix, construido por Julio César.
En 46 a. c, cuando Acia le dio el deseado permiso para unirse a César en Hispania, Octavio cayó enfermo y no pudo viajar. Una vez recuperado, navegó hacia el frente pero naufragó; tras llegar a la costa con algunos de sus compañeros, cruzó territorio hostil antes de llegar al campamento de César, algo que impresionó de manera considerable a su tío abuelo. Al regresar a Roma, César depositó discretamente un nuevo testamento con las vestales, nombrando a Octavio como el principal beneficiario.
Cuando Julio César fue asesinado en los idus de marzo, el quince de marzo del año 44 a. c., Octavio se hallaba estudiando y formando parte de un entrenamiento militar en Apolonia, donde recibía formación militar junto a quien sería su mayor sustento y más destacado oficial en el futuro: el héroe de Actium, Marco Vipsanio Agripa .
El 20 de marzo se celebró en el centro del Foro un gran funeral público presidido por Marco Antonio, quien leyó el testamento del dictador. Entre otras disposiciones, Julio César había nombrado a Cayo Octavio heredero de tres cuartas partes de sus propiedades, con la condición de que adoptara su nombre al aceptarlo. Cabe destacar que muy probablemente ni siquiera Octavio ni nadie de su familia inmediata conociera el contenido del testamento, por lo que debió ser una gran sorpresa para todos.
Cuando un romano adoptaba formalmente a otro se convertía a todos los efectos en un hijo de pleno derecho, por lo que heredaba no solo su fortuna y posesiones sino sus conexiones sociales y militares y cada uno de sus cargos y honores. Solo entonces decidió luchar por convertirse en el heredero político de su tío abuelo.
El asesinato de César sumió a Roma en la confusión. Octavio decidió vengar a su padre adoptivo y asegurar su propio rango, y rivalizó con Marco Antonio, compañero ambicioso de César, por el poder y el honor.
Debido a su propósito de realizar una entrada exitosa en los peldaños de la jerarquía política romana, Octavio no podía confiar en sus fondos limitados. Tras una cálida recepción por los soldados de César en Brindisi, Octavio demandó una porción de los fondos que habían sido repartidos por César para la guerra contra el Imperio Parto, que era el vecino más poderoso de Roma en el Medio Oriente.
El dinero acumulado equivalía a setecientos millones de sestercios, monto que se hallaba almacenado en Brindisi, la zona de estacionamiento en Italia para las operaciones militares en territorio oriental.
Una posterior investigación senatorial en torno a la desaparición de los fondos públicos, rechazó tomar acciones legales contra Octavio, puesto que él había usado, de forma subsecuente, todo aquel dinero acumulado para aumentar sus tropas contra el enemigo del Senado, Marco Antonio.
Octavio no tuvo éxito al intentar persuadir a Marco Antonio de que renunciara al dinero de César para que se lo entregara a él. Sin embargo, obtuvo, durante el verano, el apoyo de los simpatizantes de César, quienes veían al joven heredero como el mal menor y esperaban poder manipularlo, o servirse de él en sus esfuerzos para deshacerse de Marco Antonio.
En septiembre, el orador optimate Marco Tulio Cicerón comenzó a atacar a Marco Antonio en una serie de discursos en los que denunciaba que representaba la mayor amenaza para el orden del Senado. A la vista de la fuerza militar de Octavio, Marco Antonio percibió el peligro que suponía para él permanecer en Roma y, para el alivio del Senado, partió hacia la Galia Cisalpina, que le debía ser entregada para su gobierno a partir del uno de enero del año 43 a. c.
Después de que Décimo Bruto rehusara entregar la Galia Cisalpina a Marco Antonio, éste lo sitió en la actual Módena. Las resoluciones dictadas por el Senado para detener la violencia fueron ignoradas por Marco Antonio, a sabiendas de que el Senado carecía de un ejército propio con el cual desafiarlo. Pese a la victoria de las tropas senatoriales, el lugarteniente del extinto César logró huir y unirse a las tropas del general Lépido en la Galia.
Tras algunas escaramuzas políticas y militares, durante las cuales Marco Antonio estuvo en los Alpes, Octavio fue nombrado senador y más tarde cónsul, y reconoció la necesidad de hacer las paces con su rival.
A finales del año 43 a.C. ambos, junto con el aliado de Marco Antonio, el general Marco Emilio Lépido, formaron el conocido como segundo triunvirato para dirigir las provincias romanas. La alianza fue ratificada por una proscripción de gran amplitud, en la cual sus oponentes, incluidos 300 senadores y 200 caballeros, fueron asesinados. Entre ellos se encontraba el viejo orador Cicerón. El acuerdo entre los triunviros cristalizaría en la ley Titia aprobada por la Asamblea romana, en virtud de la cual los triunviros obtenían poderes especiales por una duración de cinco años. Este carácter oficial distingue el Segundo Triunvirato del Primer Triunvirato integrado por Cneo Pompeyo Magno, Julio César y Marco Licinio Craso, que no pasó de ser un mero acuerdo político privado entre las partes, a través del cual controlaban las elecciones y decisiones de las distintas instituciones de la República.
Después de que Octavio y Marco Antonio empezaran una campaña contra los líderes del asesinato de César, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, estos últimos se suicidaron en el 42 a.c., tras su derrota en Filipos (Macedonia). De acuerdo a Suetonio, Octavio no mostró moderación en la victoria, enviando a Roma la cabeza de Bruto, para que la arrojaran a los pies de la estatua de César, aumentando así con sangrientos ultrajes los castigos que impuso a los prisioneros más ilustres.
Aproximadamente en el 40 a.c. se repartieron el control del mundo romano entre ellos. Octavio dirigía la mayoría de las provincias occidentales, Marco Antonio las orientales y Lépido África. Aunque Marco Antonio y Octavio estaban en conflicto por el control de Italia, solucionaron sus diferencias y en el 37 a.C. Octavio entregó a su hermana Octavia en matrimonio a Marco Antonio.
En el 36 ac., Pompeyo Sexto, hijo de Pompeyo Magno y el último oponente importante al triunvirato, fue eliminado. Entonces Octavio echó a Lépido del poder, mientras Marco Antonio estaba en Oriente luchando contra los partos. Tras la derrota del hijo de Pompeyo el Grande, Octavio decidió levantar en el interior de Roma un templo a Apolo, a quien consideraba su dios.
Roma se encontraba dividida entre Oriente y Occidente en aquel momento histórico. Marco Antonio se ocupaba de la reorganización de Egipto mientras que, en Occidente, Octavio estaba enfocado en apoyar las actividades agrícolas e integrar al mismo tiempo las provincias romanas en esta región.
La campaña de Marco Antonio contra los partos terminó en desastre, empañando su imagen de jefe. Cleopatra tenía capacidad para restaurar su ejército íntegramente, y puesto que Marco Antonio ya estaba comprometido sentimentalmente con ella, decidió enviar a Octavia de vuelta a Roma.
Finalmente el triunvirato fue disuelto cuando Marco Antonio devolvió a Octavia a Roma y poco después se casó con Cleopatra, a quien César había establecido como reina de Egipto. Mediante el reconocimiento de Cesarión (Tolomeo XV), hijo de ésta y de César, como su codirigente, Marco Antonio amenazó la posición de Octavio como sucesor único de César y no se pudo evitar la guerra. Fruto de su relación con la afamada gobernante ptolemaica Marco Antonio tuvo dos hijos.Octavio no dejó pasar la oportunidad que le brindaba la extranjerización de su rival . Mediante un empleo sublime de la propaganda logró hacer pasar a Antonio por un traidor a ojos del «populus» romano.Forzó a las sacerdotisas del templo de Vesta en Roma a rendir el testamento de Antonio y lo hizo leer en el Senado romano. El testamento cedía territorios romanos a los hijos de Antonio y contenía instrucciones para la construcción de un gran mausoleo en Alejandría para Antonio y Cleopatra, entre otras estipulaciones que Octaviano consideró que amenazaban la grandeza de Roma, y calificó a Antonio de renegado.
Octavio no se atrevió a declarar a Antonio enemigo del pueblo romano, pero se decidió a desposeerlo de sus cargos y magistraturas . Se daban de esta forma todas las condiciones para que la ya irremediable guerra entre Roma y Egipto fuese declarada a finales del 32 a.c.
Octavio derrotó al ejército conjunto de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio en el 31 a.c.; al año siguiente Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron. No querían convertirse en el «triunfo vivo» de su rival. Cesarión fue asesinado. En el 29 a.c. Octavio regresó a Roma triunfalmente como único dirigente del mundo romano.
En el 27 a.c. el Senado romano dio a Octavio el título de augusto (‘consagrado’ o ‘santo’), que más tarde se convirtió en sinónimo de ‘emperador’, y su reinado frecuentemente se ha considerado una diarquía debido a que el Senado participaba en él. Octaviano fue cuidadoso de no referirse a si mismo en público por ese nombre, simplemente llamándose a si mismo ‘Prínceps’, o, Primer Ciudadano. Octaviano jugó tan cuidadosamente el juego político en Roma que sus reclamos para la restauración de la República parecían serios, aun cuando obtuvo el poder supremo, lo que le otorgó el control absoluto de Roma y sus colonias.
El Senado también le concedió la máxima autoridad en las provincias; esto junto con el consulado de Roma e Italia, que tuvo trece veces durante su reinado, le confirió una autoridad suprema sobre todo el imperio. Después de la muerte de Lépido también se convirtió en máximo pontífice con control sobre la religión.
A Augusto se le otorgó también el derecho de colgar la corona cívica de roble encima de su puerta y de colocar laureles a manera de cubiertas para sus jambas. Esta corona usualmente se usaba sobre la cabeza de un general romano durante un triunfo, mientras que el individuo que mantenía la corona encima de la cabeza del general repetía continuamente la frase “Recuerda que eres mortal”, al general victorioso.
Sin embargo, Augusto rehusó símbolos de poder tales como el uso de un cetro, una diadema, e inclusive la corona dorada y la toga púrpura usadas por su predecesor Julio César.
Si bien rechazaba simbolizar su poder mediante el uso de dichos objetos en su persona, el Senado le otorgó en cualquier caso el reconocimiento de un escudo dorado expuesto en la sala de reuniones de la Curia, con la leyenda “valor, piedad, clemencia y justicia”.
Tras la batalla de Accio y la derrota de Antonio y Cleopatra, Octavio se hallaba en condiciones de gobernar por sí solo la República íntegra en virtud de un principado no oficial. Sin embargo, para alcanzar este objetivo antes tendría que recurrir a diversas formas de incrementar su poder formal, manipulando al Senado y al pueblo. Debía aparentar que apoyaba y respetaba las tradiciones republicanas de Roma con tal de evidenciar que su objetivo no era aspirar una dictadura o monarquía. Al marchar a Roma, Octavio y Agripa fueron elegidos cónsules por el Senado. Aun cuando las guerras civiles habían dejado a Roma en un estado próximo a la anarquía, la República no estaba preparada para aceptar el mando de un déspota en la figura de Octavio. Al mismo tiempo, Octavio no podía simplemente renunciar a su autoridad sin correr el riesgo, a su vez, de promover más guerras civiles entre los generales romanos y, aunque no pretendiera ostentar autoridad alguna, su posición le exigía mirar hacia el bienestar de la ciudad de Roma y las provincias romanas. A partir de entonces, los objetivos de Octavio consistieron en devolver a Roma la estabilidad, la legalidad tradicional y el civismo.
Patrocinador del arte, Augusto fue amigo de los poetas Ovidio, Horacio y Virgilio, así como del historiador Tito Livio. Su amor por el esplendor arquitectónico fue eclipsado por su jactancia de que él “había encontrado Roma enladrillada y la había dejado cubierta de mármol”.
Una de las primeras a acciones de Augusto fue la conquista del territorio Íbero. Las primeras acciones de las Guerras Cántabras empezaron en el 29 a.c y se consideró oficialmente cerrada en 24 a.c, aunque un rebrote de rebelión en 22 a.c obligó al envío de Agripa, que acabó con la rebelión en 19 a.c.
A finales del período primaveral del 23 a.c, Augusto sufrió una severa enfermedad y, en su supuesto lecho de muerte, hizo acuerdos que pondrían en duda las sospechas de los senadores acerca de su antirrepublicanismo. Augusto se preparó para traspasar su anillo de sello al general Agripa.Sin embargo, le entregó a su compañero consular Pisón todos los documentos oficiales, una cuenta de finanzas públicas y la autoridad sobre las tropas acantonadas en las provincias, por lo que el supuestamente favorecido sobrino de Augusto, Marco Claudio Marcelo, se quedó sin herencia alguna. Esto fue una sorpresa para muchos que creían que Augusto nombraría un heredero debido a su posición como un emperador no oficial. Augusto otorgó solamente propiedades y posesiones a sus herederos designados, ya que un sistema de herencia imperial institucionalizado habría provocado resistencia y hostilidad entre los romanos republicanos, temerosos del concepto monárquico. Poco después de recuperarse de su enfermedad, gracias a la receta de un médico griego, Augusto renunció a su permanente nombramiento anual como cónsul.
Le fue otorgado el Imperium Maius (poder supremo) sobre cada provincia del Imperio romano y, a partir de ese entonces, César Augusto gobernó supremamente, el primer emperador de Roma y la medida en la cual todos los emperadores posteriores serían juzgados. Todas las fuerzas armadas en la ciudad, anteriormente bajo el control de los prefectos y cónsules, ahora estaban bajo el mando único de Augusto. Con imperium proconsulare maius, Augusto era el único individuo capaz de recibir un triunfo romano, pues era el general al mando de todas las legiones romanas.
La Frontera del Danubio, los territorios alpinos fueron conquistados después de las incursiones de los galos y las fronteras se extendieron al Danubio Superior. La tarea fue encomendada a sus hijos adoptivos Tiberio y Druso, que conquistaron el Nórico en 16 a.c y la Retia en 15 a.c. posteriormente se dirigio hacia la conquista de Germania.
La expansión en Germania acaba con la victoria de Arminio, que aniquila 3 legiones al mando de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. Después de eso Augusto evacúa la Germania Magna, aceptando el Rin como la frontera norte permanente del imperio.
La era del reinado de Augusto fue una edad dorada en cada aspecto. La paz que Augusto restauró y mantuvo (la Pax Romana) provocó que la economía, las artes y la agricultura florecieran. Un ambicioso programa de construcción fue iniciado en el cual Augusto completó los planes hechos por Julio César y luego continuó con unos de su propio diseño. En su famosa inscripción Res Gestae Divi Augusti (Las hazañas del Divino Augusto) clamaba de haber restaurado o construido 82 templos en un año. Los famosos baños romanos fueron construidos bajo Augusto por su segundo al mando, Agripa, y el poeta Virgilio compuso su epopeya, la Eneida. Augusto se preocupó mucho por las artes y fue un mecenas personal de varios artistas.
Aprobó muchas reformas así como leyes para mantener la estabilidad en el matrimonio y para incrementar la tasa de natalidad en Roma, ilegalizando el adulterio, ofreciendo incentivos fiscales a familiar con más de tres hijos y sanciones para los matrimonios sin hijos. Tan estrictamente Augusto se adhirió a sus leyes que desterró a su propia hija, Julia, y a su nieta, por adulterio.
Fundó un ministerio de transporte que construyó una red extensa de calzadas que mejoró la comunicación, el comercio y el servicio de correos. Augusto también fundó la primera brigada de bomberos del mundo, y creó una fuerza regular de policía para Roma.
Augusto murió en Nola en el año 14.El cuerpo de Augusto fue llevado de vuelta a Roma, y en el día del funeral, todos los negocios de Roma cerraron como respeto al emperador. Fue sucedido por Tiberio el hijo del primer matrimonio de su esposa Flavia, a quien había adoptado en el año 4 y quien leyó el elogio (junto con su propio hijo, Druso) en el gran funeral de Augusto. El cuerpo del emperador fue cremado y sus cenizas enterradas en su mausoleo. En 410, durante el saqueo de Roma, los Godos asaltaron el mausoleo y dispersaron las cenizas de Augusto.
La muerte de Augusto fue lamentada como la pérdida de un gran gobernante de inmenso talento y visión, y fue proclamado un dios entre los huéspedes del panteón romano.
MARCO VISPASANIO AGRIPA
Fue un importante político y general romano, amigo intimo de Octavio. No solo destaco por su pericia militar, también fue un gran constructor. No se tiene mucha información de su infancia y adolescencia, pero se sabe que durante este periodo se hizo amigo de Octavio.
Agripa tenía aproximadamente la misma edad que Octaviano, el futuro emperador Augusto, los dos fueron educados juntos y llegaron a ser buenos amigos. Sin embargo, el hermano mayor de Agripa tomó parte en la segunda guerra civil apoyando al bando contrario a Julio César, luchando junto a Marco Porcio Catón en África. Cuando las fuerzas republicanas fueron derrotadas, el hermano de Agripa fue hecho prisionero, aunque pudo ser liberado después de que Octaviano intercediera por él.
En cuanto a su carrera militar, entre el 43 – 41 a.c. allanó el camino de ascenso al poder de Octaviano con el Segundo Triunvirato, suprimió una rebelión en la Galia y encabezó una expedición contra tribus germanas más allá del río Rin (39 a.c.) que culminaría con la fundación de la actual ciudad alemana de Colonia.
Luego fue el general cuya flota consiguió todas las victorias del conflicto contra Sexto Pompeyo y más tarde fue la mano derecha de Octaviano en las campañas ilirias libradas en el 35 y 34 a.c.
Fue el protagonista en la guerra contra Marco Antonio con la victoria en la batalla de Accio.
En su carrera como arquitecto renovó el acueducto «Aqua Marcia» y amplio sus canales para que el agua llegase a toda la ciudad. Reparo las calles y amplió las cloacas, plantó jardines y construyó las termas de Agripa. Dio una gran importancia a las artes escénicas, devolviéndole el resplandor a Roma, merito que después se agencio Octavio.
En cuanto a su vida personal tuvo tres esposas que le ayudaron a mantener su status.Su primera esposa fue Pomponia, la hija del muy rico y muy influyente Tito Pomponio Ático; luego se casó con Marcela, la sobrina de César Augusto, y finalmente con la hija de éste, Julia. Solo con esta última, Marco Agripa tuvo cinco hijos: Cayo y Lucio (adoptados después por Augusto), Agripa Póstumo, Julia y Agripina la Mayor.
Ya casi al final de su carrera, la amistad con Octavio se vio perjudicada por la influencia de su sobrino Marco Claudio Marcelo, con la consecuencia del exilio honorable de Agripa. Cuando Marcelo falleció. Agripa fue vuelto a llamar por Octavio, en aquel entonces ya Augusto.
Su último servicio fue el comienzo de la conquista de la región situada más allá de la frontera natural creada por el río Danubio, que se convertiría en la provincia romana de Panonia en 13 a. cEn el invierno de ese último año cayó enfermo, y poco después de su retorno a Roma en marzo de 12 a. c., falleció. Tenía 51 años. Se dice que cuando Augusto se enteró de la noticia rompió en llanto. Su hijo póstumo, Agripa Póstumo, recibió su nombre en su honor.
Augusto honró su memoria con un funeral majestuoso en el que se encargó de leer el discurso fúnebre, y él mismo pasó un mes entero de luto. Ordenó que lo enterraran en el mausoleo imperial. También se encargó personalmente de la educación de sus hijos, e incluso adoptó a dos de ellos: Cayo César y Lucio César. Se cree que no llegó a adoptar al último de ellos, Agripa Póstumo, con el fin de que su viejo amigo tuviese un hijo que continuase con el nombre de la familia.
60 a.c
DIONISO DE HALICARNASO
Fue un historiador, crítico literario y profesor de retórica de origen griego que vivió en Roma en la época de Augusto. Es conocido principalmente por ser el autor de Antigüedades romanas, una obra histórica sobre el origen de Roma que ha llegado parcialmente hasta la actualidad.
Fue profesor de retórica en Roma, adonde llegó en torno al año 30 a. c. y donde se relacionó con personajes distinguidos de la sociedad como Quinto Elio Tuberón. La fecha de su muerte es desconocida. pero se dice que hubiera muerto cerca del 7 a.c.
Su principal trabajo, titulado Antigüedades romanas, abarca la historia de Roma desde el período mítico hasta el comienzo de la primera guerra púnica. La obra fue dividida en veinte libros, de los cuales los primeros nueve permanecen enteros, el décimo y undécimo están casi completos y los restantes están incompletos, aunque se tienen los extractos de Constantino Porfirogéneta y un epítome descubierto por Angelo Mai en un manuscrito de Milán.
Su principal objetivo fue reconciliar a los griegos con el gobierno del Imperio romano, resaltando las cualidades de sus conquistadores. De acuerdo con él, la historia es filosofía que se enseña con ejemplos, esta idea la tomó siguiendo el punto de vista de los retóricos griegos.
59 a.c
TITO LIVIO
Fue un historiador romano que escribió una monumental historia del Estado romano en ciento cuarenta y dos libros, desde la legendaria llegada de Eneas a las costas del Lacio hasta la muerte del cuestor y pretor Druso el Mayor. La obra constaba de 142 libros, divididos en décadas o grupos de diez libros. De ellos, solo treinta y cinco han sobrevivido, los numerados del 1 al 10 y del 21 al 45.
Nació en Padua. Aunque no pertenecía a la aristocracia es indudable que poseía una gran riqueza, tanta como para dedicarse a la escritura a tiempo completo durante la mayoría de su vida; según afirma él mismo algunos de sus antepasados habían ocupado magistraturas importantes, pero él no hizo carrera política.
En el año 30 a.C. o poco después se trasladó a Roma, donde conoció a Augusto, que acababa de asegurar su poder tras la victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra. A pesar de que Tito Livio era de ideas republicanas siempre mantuvo una buena relación con el nuevo hombre fuerte de Roma, tanto que muchos años más tarde este le encargó la educación de su nieto, el futuro emperador Claudio.
En la Historia de Roma desde su fundación, el autor muy a menudo mezcla elementos históricos con mitos, incluso dando diversas versiones contradictorias sobre los mismos eventos. Esto se debe a dos factores: en primer lugar, al no tener un cargo público tampoco tenía acceso a documentos oficiales y se basaba en fuentes de segunda mano; y en segundo lugar, su intención no era elaborar un relato fiable, sino recopilar toda la información que había disponible para ponerla al alcance del lector.
La Historia también tenía una clara intención moral, al presentar los valores que habían hecho grande a Roma y que el autor creía que estaban siendo olvidados. Esa podría ser una razón por la que Augusto toleraba su filorepublicanismo, puesto que el emperador era también un promotor de los valores romanos tradicionales.
Donde mejor se percibe el objetivo de Tito Livio es en los prefacios que redacta al inicio de algunos de sus libros (como era costumbre en la historiografía antigua). En ellos expone los principios que rigen su obra, de los cuales el más relevante es el ya comentado, la concepción del presente como refugio del pasado y la influencia ejemplarizante de éste. También destacan dentro de su concepto historiográfico la neutralidad crítica frente a la no historicidad de la tradición legendaria (reconoce que sus relatos iniciales son fantásticos y carecen de finalidad histórica, aunque la tengan didáctica), el principio ético de la causalidad de los hechos (con un papel destacado de la religión) y la relevancia del valor instructivo del conocimiento del pasado.
En esta Historia de Roma también encontramos la primera ucronía conocida: Tito Livio imaginando el mundo si Alejandro Magno hubiera iniciado sus conquistas hacia el oeste y no hacia el este de Grecia.
A diferencia de Tácito y Salustio, Tito Livio no va a tratar sólo episodios concretos sucedidos en los años o décadas más próximas, sino que se remonta varios siglos atrás, siguiendo la tradición helénica. Como este enfoque le impide acudir a testimonios directos o documentos oficiales (al menos para los primeros siglos de su obra), ha de utilizar como fuentes las obras de autores que ya han escrito sobre lo que él mismo aborda. Incluso cuando tiene la oportunidad de consultar documentos oficiales, prefiere seguir apoyándose en el trabajo de sus predecesores.
El tratamiento que da a los hechos ha llevado a algunos autores a negar a Tito Livio la condición de verdadero historiador. Las críticas vertidas sobre su obra son bastante duras. Se le acusa de no aplicar un sesgo crítico a las fuentes (especialmente en los primeros libros, aunque él ya es consciente de ello) y de incluir datos incorrectos, sobre todo cronológicos y geográficos. También se le achaca un desconocimiento grave del funcionamiento de las instituciones políticas romanas, del contexto económico y del tratamiento de las cuestiones diplomáticas como consecuencia de su nula actividad política, por lo que idealiza las guerras y el sistema político. Su ansia de ensalzar las glorias pasadas le lleva a omitir hechos, como las masacres o fracasos militares, que pudieran enturbiar la imagen del ethos romano que pretende transmitir. Por último, se le acusa de carecer de una conciencia del cambio histórico al considerar que los principios y valores sirven tanto para una pequeña ciudad como para un gran imperio.
Dado que Tito Livio no participó activamente en la política de la época y apenas hay datos sobre su vida, sus estudiosos han extraído los rasgos de su carácter a través de su obra y del ambiente imperante en su ciudad natal. De una y otro deducen que debió ser una persona austera, fría, distante, un tanto arrogante y con unos principios morales muy tradicionales, vigentes en Padua que en esos momentos era centro del conservadurismo romano.
Junto a su labor histórica parece que también se dedicó a la oratoria, a la filosofía y a la crítica literaria, aunque desconocemos si escribió algo sobre ellas. Murió en su ciudad natal el año 17 a los 81 años de edad, muy por encima de la esperanza de vida media de aquella época. Tito Livio murió sin terminar su gigantesca obra, que habría querido hacer llegar hasta su propia época. Espero que a mi no me pase lo mismo : (
58 a.c
GUERRA DE LAS GALIAS
Las tribus galas pertenecen en su mayoría a lo que se ha denominado como cultura celta (cultura de La Téne) y ésta se caracteriza por ser prácticamente ágrafa. Esto quiere decir que no se desarrolló la escritura por distintas razones, no podemos olvidar que el desarrollo de ésta surge siempre como una necesidad, si la sociedad no requería de su uso porque se atenía a otros mecanismos es evidente que no se llevara a cabo.
Eran guerreros que luchaban como mercenarios en distintos conflictos del mediterráneo y destacaban valientemente. Durante las guerras púnicas formaron parte de los ejércitos de ambos bandos llegando a desarrollar distintas técnicas como la de falange. No eran bárbaros irracionales que cargaban vehementemente sin ningún tipo de táctica, conocían la guerra más moderna de la época y la adaptaban a su estilo de combate.
Lo que conocemos como Galia y a sus pobladores, galos -galli según la denominación romana-, responde a un conglomerado muy heterogéneo en lo político, ya que había decenas de tribus, clanes y familias, generalmente enfrentadas entre sí. La Galia se dividía en distintas unidades territoriales que abarcan los actuales estados de Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Francia, Italia, Austria o Alemania.
Durante el periodo de Julio César ya se dominaba lo que se conoce como Galia Narbonense y la Galia Cisalpina estaba relativamente romanizada, aunque tan solo unas pocas ciudades tenían derechos y el latín estaba relegado a un segundo plano. Lo que le interesaba dominar al estadista romano era la Galia Transalpina, es decir, más allá de los Alpes.
César la dividía en tres partes, los belgas, los aquitanos y los celtas. Los belgas estaban más allá del Sena y los consideraba los más poderosos por ser aquellos a los que las influencias comerciales habían mantenido en un estado más primitivo y rudo. Además, compartían frontera y comercio con los germanos que estaban considerados como los bárbaros más bestiales y fuertes de Europa. Los aquitanos por su parte se encontraban en el sur aislados por el Garona haciendo linde con los pirineos y la península ibérica.
En la Galia céltica una de las tribus más importantes era la de los Hheduos (Haedui). Eran de origen celta y su castro principal era Bibracte. Fueron aliados de Roma en el 57 a.c. Los helvecios (helvetii) a los que ya hemos mencionado por su parte fueron los primeros enemigos a los que se tuvo que enfrentar César ya que serían la causa de la entrada de las legiones romanas en la Galia. Pero no eran los únicos enemigos de los heduos, ya que sus principales antagonistas eran los sécuanos, que se encontraban geográficamente encajados entre los pueblos anteriormente citados.
Uno de los países cruciales a la hora de hablar de este entramado de tribus es el de los arvernos, cuya rebelión culminará con la pacificación total de las Galias en la Batalla de Alesia. Celebre es su jefe: Vercingétorix. Su ciudad más importante era Gergovia.
Cesar a los 42 años había demostrado su habilidad en las intrigas, su tirón entre el pueblo y también, como propretor en la Hispania Ulterior, sus dotes de administrador. Pero para ponerse a la altura de sus rivales de la aristocracia romana, en particular de Pompeyo, le faltaba un triunfo militar indiscutible. Con este objetivo en mente –pero también con el de engrosar su fortuna personal con un abundante botín–, logró que lo nombraran gobernador de la Galia Cisalpina, lo que le daba el mando sobre cuatro legiones y la posibilidad de emprender una campaña de conquista contra los pueblos que habitaban la Galia libre, provincia que también le fue atribuida.
Al acabar su mandato, César había extendido las fronteras de la República romana hasta Europa central y se había convertido en uno de los hombres más ricos y poderosos de Roma. Sin embargo, la guerra de las Galias no fue un paseo militar para César y sus tropas, pues los galos ofrecieron una enconada resistencia y derrotaron a los romanos en varias ocasiones.
Es en este marco cuando los Helvecios empiezan a presionar en las fronteras intentando llegar a la provincia romana presionados asimismo por los suevos, una tribu germánica. El ambicioso César ve la ocasión perfecta para convertirse en el más poderoso de los triunviros y comienza su campaña en el 58 a.C. Elabora entonces un casus belli fundamental para explicar su guerra: los heduos piden ayuda al ser invadidos por el pueblo alpino.
Cesar incendió sus aldeas y se unieron a otras tribus como los boyos. Allí fueron en dirección al lago Lemán, actual Ginebra donde los alóbroges, sometidos a la influencia romana defendían el territorio de cualquier enemigo de la República. César se negó a que los helvecios cruzaran las fronteras advirtiendo de que si eso sucedía se declararía la guerra.
Como respuesta a ello, los helvecios atravesaron el territorio de los sécuanos y saquearon las tierras de los heduos. Cesar respondió con casi la aniquilación de los helveticos, así que estos deciden refugiarse en Bibracte, una de las fortalezas más importantes de los heduos, los aliados de Roma. Es aquí donde todo cambia y los helvecios empiezan a perseguir a los romanos, pero todo finaliza en una larga y sangrienta batalla donde Cesar somete a los helveticos.
Tras la victoriosa campaña, varios aristócratas galos de casi todas las tribus acudieron a felicitar a César por su victoria. Reunidos en un consejo galo para discutir ciertas cuestiones, invitaron a César a acudir. En esta reunión los delegados se quejaron de que, debido a las luchas entre los heduos y los arvernos, estos últimos habían contratado a un gran número de mercenarios germánicos. Los mercenarios, liderados por Ariovisto, rey de los suevos, habían traicionado a los arvernos y tomado como rehenes a varios de los hijos de los aristócratas galos.
Entonces, César mandó emisarios a Ariovisto, proponiéndole una reunión, para discutir el asunto, pero Ariovisto se negó, diciendo que no confiaba en César, y era muy costoso trasladar a su ejército al sur. César le respondió diciéndole que entonces él pasaría a ser su enemigo, debido a los agravios que le había provocado a los aliados de Roma, y haberse negado a entrevistarse con sus aliados, cuya alianza tanto él había pedido. Intentaron negociar en dos ocasiones mas.
Tras el fracaso de las negociaciones, César ubicó sus legiones en dos campamentos, uno de los cuales fue atacado sin éxito por la caballería de Ariovisto, mientras se construían y se instalaban las tropas. César preguntó a los prisioneros por qué Ariovisto no atacaba el campamento central con todo su ejército, y estos respondieron que era porque su religión no les permitía entablar combate antes de la luna llena.
Aprovechando la desventaja psicológica de los germanos, César marchó con sus legiones hacia el campamento enemigo y así consiguió su victoria. Poco después sometió también a los belgas.
Con la llegada del 56 a.c., César se enfrentaría con lo que es actualmente Bretaña. Allí una confederación plantó cara a los romanos en una campaña bastante moderna pues se combinaron operaciones por mar y por tierra. Se construirían galeras y se echarían a la mar enfrentándose y venciendo a los galos en la batalla del Golfo de Morbihan. Durante esta época, César era denunciado en Roma como un general que solo buscaba la riqueza personal y que poco le importaba lo que pasase en su ciudad. Con cada victoria, ganaba nuevos enemigos en su propio hogar.
En el invierno de 54-53 a. c. el descontento entre los galos subyugados provocó un gran levantamiento, cuando los eburones del noreste de Galia se rebelaron bajo su líder, Ambíorix. Quince cohortes romanas fueron aniquiladas en Atuátuca (Atuatuca Tungrorum, la actual Tongeren en Bélgica) y una guarnición comandada por Quinto Tulio Cicerón logró sobrevivir al ser socorrida por César justo a tiempo. El resto de 53 a. c. se ocupó con una campaña punitiva contra los eburones y sus aliados, de quienes se dice que fueron prácticamente exterminados por los romanos.
En el año 52 a.c Cesar se encuentra en la encrucijada de tener que vencer a los galos para no hacer el ridículo en Roma, pero esta vez, los galos contaban con un poderoso líder: Vercingetórix que había conseguido unir a las tribus galas en contra de un enemigo común: Roma. Vercingétorix tendría cerca de 30 años, algo que sorprendió mucho a César ya que tener semejante poder y capacidad de gestión a esa edad era algo a tener muy en cuenta. No oculta su admiración, ya que fue el único enemigo que estuvo a su altura.
Vercingetórix y sus galos decidieron no realizar enfrentamientos directos, sino utilizar la táctica de tierra quemada, que consiste en quemar todo lo que le pudiese ser útil al enemigo. Al enterarse Julio César, que se encontraba en la Galia Cisalpina, cruzó los Alpes para encontrarse con que Vercingetórix invadía la Galia Transalpina, mientras que los habitantes romanos de la Galia sometida por César eran asesinados.
Julio César marchó con dos legiones a Narbona. Entonces, Vercingetórix decidió quemar todas las ciudades galas que fueran difíciles de defender para privar así de suministros a César. El jefe galo ordenó a la tribu de los biturigues que abandonaran y quemaran su capital, Avárico. Sin embargo, estos confiaban en sus murallas y se negaron. Un día lluvioso, cuando los biturigues menos se lo esperaban, Julio César atacó la ciudad, y pudo tomarla tras unas horas de combate. Este triunfo le permitió recoger todas las provisiones que necesitaba.
Tras la batalla de Avárico, Vercingetórix, que estaba a unos cuantos miles de pasos de la ciudad se retiró a la capital de los avernos, Gergovia, una ciudad situada en una colina de difícil acceso, y protegida por un muro, y doscientos mil soldados galos. César tomó seis legiones y marchó hacia Gergovia, pero se encontró con que Vercingetórix había quemado todos los puentes que había sobre el río Liger, por lo que se le dificultaba el acceso a Gergovia, ya que en caso de querer construir un puente, sería destruido por las tropas galas que estaban al otro lado del río, cerca de Gorgobina. Entonces, Julio César envió a la mitad de su ejército hacia el sur, para que el enemigo pensara que se estaba retirando. Al ver esto, los galos marcharon hacia el sur para impedir que se construyera un puente allí. Entre tanto, Julio César y la otra mitad del ejército construyeron un puente y cruzaron el río. Al día siguiente, cuando los galos se enteraron, fueron a enfrentarse con César, dejando paso libre por el río a la otra mitad de los romanos. Al saber que estos últimos también estaban en ese lado del río, los galos huyeron a Gergovia. Cuando Julio César llegó a Gergovia, instaló dos campamentos, uno al pie de la cuesta y el otro en la mitad de esta. Julio César esperaba recibir ayuda de sus aliados heduos, pero resultó que su magistrado Divicíaco había muerto y que el nuevo jefe no era muy capaz. Los enemigos políticos del nuevo magistrado decidieron aliarse a Vercingetórix e inventaron que Julio César había asesinado a algunos nobles heduos, y les dijeron a los refuerzos que debían llevarle a Vercingetórix la cabeza de César. Cuando los heduos se acercaban, Julio César, por medio de espías se enteró de lo planeado, y marchó hacia el campamento heduo con los nobles que según decían algunos, él había asesinado. Al ver que estos estaban vivos, se disculparon ante Julio César y se le unieron.
Tras esto, César observó que no sería difícil tomar una posición ventajosa más cercana a la ciudad. Entonces, ordenó atacar a la pequeña guarnición gala que se encontraba allí. Cuando la venció, ordenó a sus soldados retirarse para no hacer que combatieran en terrenos desventajosos, pero solo la caballería y la décima legión le obedecieron, ya que el resto, ansiando una victoria rápida, cargaron hasta las propias murallas de la ciudad. El grueso del ejército galo salió a su encuentro y poco a poco los romanos fueron cayendo. Viendo esto, Julio César, envió a la legión que había dejado de reserva en su campamento para que se colocase cerca de los galos, y así proteger a las legiones que habían desobedecido al general romano, y facilitarles la retirada. Finalmente, Julio César logró retirar de la zona de combate al ejército que había atacado por sí solo, al que al día siguiente le explicaría que si desobedecían nunca podrían derrotar a los galos de Vercingetórix. En los días siguientes, solo hubo escaramuzas de jinetes. Mientras, en el país de los heduos, su magistrado decidió aliarse a Vercingetórix. Entonces, César, tras un combate favorable de la caballería, se retiró hacia el país de los heduos, pero no pudo evitar que entraran a la confederación gala de Vercingetórix. Los galos eran poderosos debido a su inmensa caballería, por lo que César pidió a sus aliados germanos que colaboraran con algunos caballos, ya que podía usar legionarios como jinetes de caballería. Así, Julio César logró obtener una inmensa caballería, y colocó sus tropas en una planicie cerca de la ciudad fortificada de Alesia. Los galos posicionaron su caballería en una colina cercana, y César decidió atacarlos, marchando con su caballería así como una legión oculta. Cuando los jinetes enemigos atacaron, los legionarios se dejaron ver, y con sus arqueros mataron a muchos de los galos, quienes huyeron en desbandada al campamento de la infantería de Vercingetórix. Este, viendo la derrota de sus jinetes, decidió refugiarse en Alesia, esperando que pasara lo mismo que en Gergovia.
Cuando Vercingetórix llegó a Alesia, envió a unos soldados suyos a pedir refuerzos a los galos, ya que solo disponía de ochenta mil hombres. César, que lo estaba persiguiendo, al ver las fortificaciones de la ciudad gala, dejó de lado la idea de atacarla y optó por sitiarla. Para ello construyó siete campamentos fortificados, apoyados por reductos en los puntos claves. Luego, construyó un foso de seis pasos de profundidad sobre toda la circunferencia de Alesia para impedir la huida de los sitiados y al lado del foso, construyó una muralla de tres pasos de altura. Para impedir la llegada de refuerzos a los sitiados, construyó, a cien pasos de la otra muralla, tres fosos de seis pasos de profundidad, y una muralla de tres pasos de altura, situada encima de un terraplén de otros cuatro pasos de altura. A las murallas, les colocó una torre cada veinte pasos y de diez pasos de altura. La muralla interior, aproximadamente, medía dieciséis mil pasos de longitud, mientras que la exterior medía veintiséis mil. Debido a la escasez de víveres, los sitiados expulsaron a las mujeres y a los niños para ahorrar provisiones. Tras varias semanas, llegaron cuatrocientos mil galos de refuerzo comandados por Comio, un aliado de Vercingetórix, también de origen averno. Comio realizó algunas escaramuzas de caballería que fracasaron, así que decidió utilizar su inmensa infantería para atacar a César. A media noche, avanzaron los cuatrocientos mil hombres de Comio hasta la muralla que guarnecía a los cincuenta mil hombres de César. Al llegar, hicieron ruido, para que los sitiados salieran de Alesia y atacaran. Así se hizo, pero después de rellenar el foso, se retiraron.
Al día siguiente, Comio, dividió a su ejército en dos, para que una parte atacara a la muralla romana, y la otra marchó hacia una sección de la circunferencia que, por la naturaleza del terreno, los romanos no habían podido fortificar. Mientras Vercingetórix salía de la ciudad, obligando a Julio César a combatir, no solo quintuplicado en número, sino a hacerlo por ambos flancos. El fuerte romano no protegido estaba defendido por dos legiones comandadas por el legado Labieno. Sin embargo, cuando la muralla fue quemada por los galos, Julio César tuvo que pelear en desventaja, y decidió ir en ayuda de Labieno, quien estaba siendo atacado por varios flancos. Entonces, César, envió al legado Marco Antonio con la caballería y dos legiones a salir del campamento por la parte que no estaba siendo atacada, y que atacara por la retaguardia a los galos de Comio, quienes, al ver a Antonio y sus jinetes, huyeron en desbandada, y los galos se rindieron, Vercingétorix entregaría sus armas días después, para posteriormente pasar el resto de sus días encerrado en una prisión hasta que Julio César celebrase su triunfo en Roma. Después, fue asesinado en prisión, aunque otras versiones dicen que lo ajustició el propio Julio César el mismo día de su triunfo.
César sabía que el resultado final de sus campañas dependía de sus tropas. Por ello, fue lo que actualmente calificaríamos como un excelente motivador, capaz de conseguir que sus hombres se entregasen en cuerpo y alma a cada tarea, ya fuese una marcha, un asedio o bien una batalla.
Los Comentarios sobre la guerra de las Galias, la obra que escribió el propio César para glorificar sus conquistas en las Galias, están repletos de historias heroicas protagonizadas por centuriones. Pero el caso más sobresaliente es el de los centuriones Tito Pulón y Lucio Voreno. César los presenta como dos oficiales que se enzarzaron en una competición para demostrar ante el ejército cuál de los dos era el más valiente. El punto culminante se alcanzó en el invierno de 54 a.C., cuando los dos formaban parte de la legión que fue asediada en su campamento por los nervios. Durante un ataque a la base romana, el centurión Tito Pulón salió del campamento y se enfrentó en solitario a un grupo de guerreros nervios, siendo seguido inmediatamente por Lucio Voreno. En una lucha desesperada, los dos centuriones se salvaron la vida mutuamente y consiguieron regresar vivos al campamento romano sin que, en palabras de César, «pudiera juzgarse cuál aventajaba en valor al otro».
César se convertía así en el hombre más poderoso de su época. Había doblegado a los galos, aplastado a los germanos en dos ocasiones y cruzado el mar hacia las exóticas costas de Britania donde su ejército había vencido pese a las adversidades. Su fama empezaba a rivalizar peligrosamente con la de su antiguo amigo, Pompeyo el Grande, el camino se iba preparando para la Guerra Civil.
54 a.c
PRIMER TEATRO EN ROMA
Fue uno de los primeros edificios permanentes de la ciudad de Roma, y el primer edificio de la ciudad construido en mármol, lo que también le valió el apelativo de teatro de mármol .
No era simplemente un teatro, sino que el complejo contaba además con un enorme peristilo rectangular decorado con estatuas en exedras, así como con un espacio destinado a encuentros públicos.
El teatro se coronaba con un templo dedicado a Venus Victoriosa (Venus Victrix en latín), deidad personal de Pompeyo. Esta particularidad del templo ha sido interpretada por algunos especialistas como una estrategia para evitar que tal edificio fuera considerado una simple extravagancia personal.
Las dimensiones del teatro eran enormes. La cávea contaba con 150 metros de diámetro, y en su zona central se situaba una gran escalinata semicircular en forma de exedra que ascendía al templo situado en la parte superior. Tras el gran frente de escena de 90 metros se situaba un gran peristilo de columnas de granito que rodeaba el jardín, y al otro extremo de este se encontraba la llamada Curia Pompeii,lugar donde fue asesinado Julio Cesar. Tras s u muerte el lugar fue tapiado para posteriormente convertirse en unas letrinas, sin ninguna acritud hacia el Cesar : )
La arquitectura de este teatro, aunque basado en los griegos, suponía diferencias fundamentales y marcaría el prototipo de teatro romano, estableciendo la tipología estructural que sería ampliamente repetida en teatros y anfiteatros por todo el mundo romano. Al contrario que los teatros griegos, que eran edificados aprovechando las pendientes naturales de laderas o montañas para construir la cávea, en Roma ésta se apoyaba en una estructura formada por corredores abovedados que desde el nivel de la calle permitían acceder a las distintas partes del graderío. Esta sofisticación del teatro no supuso que los romanos no aprovecharan las pendientes naturales del terreno para edificar sus teatros, pero sí les permitió construirlos, cuando no las había, en zonas llanas. El recinto finalmente era cerrado por un frente de escena de mucha mayor entidad que en los teatros griegos, lo cual mejoraba la acústica del recinto y además permitía controlar el acceso al mismo.
Los escasos restos del templo propiamente dicho se encuentran en el subsuelo de la Via di Grotta Pinta, y algunas bóvedas también pueden observarse en sótanos y restaurantes de esta misma calle.
El teatro se mantuvo en uso hasta el siglo v, aunque durante la Edad Media siguió existiendo aunque usado como cantera de piedra.
46 a.c
CALENDARIO JULIANO
El calendario juliano es el precursor del calendario gregoriano considerado hoy universal. Este calendario contaba con 365.25 días, fue inspirado en el calendario egipcio que contaba con 365 días, esta diferencia de 0.25 era fundamental a la hora de medir de forma exacta la duración del año solar. Era oficial en el Imperio romano y se emplea hasta hoy en grandes partes de Marruecos y en varias Iglesias ortodoxas.
En términos astronómicos, el calendario juliano se atrasa con respecto al año trópico aproximadamente un día cada 128 años lo que equivale a 11 minutos 14 segundos de exceso por año. El calendario juliano tiene un año regular de 365 días divididos en 12 meses. Se agrega un día bisiesto a febrero cada cuatro años. El año juliano tiene por lo tanto un promedio de 365,25 días, ajustando aproximadamente con este día adicional la duración del año trópico.
En comparación con el calendario gregoriano, el calendario juliano tiene tres días bisiestos adicionales cada 400 años. Este hecho motiva que la Pascua, cuyo cálculo depende del equinoccio de marzo y de las fases de la Luna, pueda caer en abril o en mayo.
Durante la transición entre calendarios y durante algún tiempo después, fue utilizado el fechado dual en los documentos, consignándose la fecha de acuerdo con ambos sistemas simultáneamente para evitar ambigüedades.
Los nombres de los meses del Calendario juliano corresponden, con sus variantes en cada idioma, a los del gregoriano. El año empezaba a principios de marzo (martius, de Marte, dios de la guerra) que era el primer mes de primavera, cuando se decidían las campañas militares del año. Los meses iban desde martius hasta februarius, en este orden
En el Imperio Romano se había llegado al acuerdo de usar un calendario de 304 días, distribuidos en 10 meses; pero este calendario tenía grandes errores. Año a año el calendario necesitaba reajustes que eran movilizados por intereses políticos y religiosos, Julio César lo solucionó con la creación del calendario juliano. O mejor dicho, a un equipo de astrónomos que trabajaban por encargo de este dirigente del Imperio romano.
Para llevar adelante las modificaciones en el calendario fue necesario hacer un ajuste abrupto en el año 46 a. c., ese año debió contar con un total de 445 días para enmendar los errores del calendario previo. A partir de allí los años contarían con 365 días, más el año bisiesto cada cuatro años. Por esta razón el año 46 a. c. fue llamado como el último año de la confusión.
Agregaron dos meses a dicho año para lograr ese objetivo. Estos fueron los meses de Merkedinus (entre noviembre y diciembre), además del habitual mes compensatorio conocido como Mercedonius. Previamente el año comenzaba en el mes de marzo (Martius), donde se preparaban las campañas militares; con la implementación del Calendario Juliano, el inicio del año se pasó para el mes de enero (Januarius).
En el año 321, el emperador Constantino I el Grande implantó la semana de siete días, copiada del calendario lunar de los mesopotámicos, que establecieron la semana de siete días basándose en los planetas (incluidos el sol y la luna) que se podían observar desde la tierra: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado. Esta división de la semana en siete días es la que con el tiempo se popularizaría en las distintas culturas. En el año 383, el día de descanso, el dies solis, fue renombrado por Teodosio I como dies dominicus (‘día del Señor’) término del cual procede la palabra domingo.
Con la llegada del emperador Carlomagno se adoptó la numeración de los días (bajo influencia de los Visigodos), previamente se nombraba a los días de acuerdo a los santos. El calendario juliano fue reemplazado por el calendario gregoriano hacia el año 1582. Las fechas religiosas eran muy importantes durante todo este período, pero aún más durante la Edad Media cuando la Iglesia Católica ganó más poder.
Con la iniciativa del papa Gregorio XIII se estableció un nuevo calendario que corregiría el error que el calendario juliano venía arrastrando hacia muchos años (alcanzando un total de 10 días de atraso). Para lograr esto debieron modificar el calendario del año 1582, cuando del 5 de octubre se pasó automáticamente al día 14 de octubre de 1582. Con esta modificación las fechas religiosas serían respetadas y correctas, no habría lugar para equivocaciones.
43 a.c
OVIDIO
Fue uno de los poetas romanos más relevantes de la época imperial.Sus obras poéticas, escritas principalmente en forma de coplas elegíacas, influyeron en muchos de los grandes autores de la historia, como Chaucer, Milton, Dante, Shakespeare y Goethe.
Nació en una familia ecuestre y su padre nunca quiso que se dedicara a la poesía, así que desde muy joven se mudo a Roma para terminar sus estudios. Ya desde ese momento se notaba que tenía mucha mayor vocación y talento para la poesía, pero su padre insistió en que se formara en elocuencia y jurisprudencia para acceder a una carrera política.
Alumno distinguido, sobre todo en retórica, recorrió después las islas griegas, como hacían muchos jóvenes estudiantes romanos para ampliar su formación.
Al llegar a la edad adulta recorrió los primeros pasos necesarios para entrar en el cursus honorum, pero hubo dos sucesos que le llevaron a abandonar esa pretensión definitivamente: la muerte de su hermano mayor y la buena acogida de sus primeros poemas en los círculos literarios de Roma. A la muerte de su padre, Ovidio se convirtió en heredero de todas las posesiones, por lo que pudo vivir sin preocupaciones y viajar a diferentes lugares como Atenas, Asia Menor y Sicilia, donde completó sus estudios, dedicándose ya plenamente a la poesía.
Gracias a la insistencia del orador y mecenas Marco Valerio Mesala Corvino, no tardó en alcanzar el éxito como escritor y pronto se convirtió en el poeta más conocido de Roma. A los dieciocho años, influido por Tibulo y Propercio, escribió el poemario Amores, libro de elegías dedicadas a una muchacha llamada Corina, que probablemente nunca existió, aunque reúne características de varios amores del poeta. En un fragmento, el escritor le ruega de esta manera: «Solo necesitamos tu consentimiento para hacer el amor calladamente, es difícil imaginar una petición más inofensiva».
Compuso también Medea, una tragedia que no se conserva, y las Heroidas o Cartas de las heroínas , eran una colección de cartas que las mujeres de héroes famosos enviaban a sus amados, incluyendo algunas respuestas por partes de estos. Así encontramos, entre otras, la carta de Penélope a Ulises, la de Briseida a Aquiles, la de Dido a Eneas o la de Helena a Paris.
A esta obra le siguió una trilogía formada por tres poemas didácticos de tema erótico: Arte de amar, eran tras libros que hablaban de los actos del cortejo y la intriga erótica, dando consejos tanto a hombres como a mujeres. Remedios de amor, orientaba a los amantes sobre cómo terminar una relación y Cosméticos para el rostro femenino, en la que recomienda tratamientos faciales para las mujeres o da trucos para cuidar el cabello.
Para el año 8 , Ovidio había completado Metamorfosis, su obra más ambiciosa, un poema épico en hexámetros en 15 libros. Aquí catalogó enciclopédicamente las transformaciones de la mitología griega y romana, desde el surgimiento del cosmos hasta la apoteosis de Julio César. Las historias se suceden en el relato de seres humanos transformados en nuevos cuerpos: árboles, rocas, animales, flores, constelaciones , etc.
En el segundo conjunto de obras de Publio Ovidio Nasón encontramos los seis libros de Fastos, cada uno de los cuales está asociado a uno de los primeros seis meses del año. En ellos el poeta se propone contar los festivales o costumbres religiosas del pueblo romano, las causas u orígenes de los mismos y los datos astronómicos correspondientes. Para ello Ovidio recorre mes a mes, día a día, las diversas festividades, destacando especialmente todo lo que tenga que ver con Augusto.
La obra, indudablemente concebida para tener doce libros, uno para cada mes del año, quedó incompleta a causa del exilio de Ovidio. Lejos de su patria y en un estado melancólico, el poeta no habría tenido ganas de terminarla, por lo que fue publicada de forma póstuma en el estado en el que la dejó el autor. Se cree que la obra quedo olvidada en Tomis.
Como mínimo, el tema de la poesía erótica de Ovidio contrastaba con la reforma moral que proponía el emperador Augusto, quien, en principio, creía que parte de la desaparición de la República y el actual estado calamitoso del Imperio residían en la falta de moral, un problema sobre el que Cicerón había escrito décadas antes. El emperador quería que su imperio volviera a una observación más estricta de muchas de las antiguas tradiciones de Roma, especialmente en el ámbito de la religión y el lecho matrimonial. Desgraciadamente, Ovidio no creía que estas reformas afectaran a todos por igual, más concretamente a la casa imperial, ya que el emperador era conocido por sus numerosas amantes, y su hija Julia era una adúltera de renombre.
Por desgracia, Ovidio no pudo guardarse sus opiniones para sí mismo, y las expresó en las líneas de su poesía. Escribió que la vida privada y el matrimonio del emperador contrastaban con las rígidas normas que establecía para la población en general. El franco poeta también fue sincero con la esposa del emperador, Livia. En su poesía creía que una mujer tenía derecho a usar cosméticos; sin embargo, en el caso de Livia, decía que estaba demasiado ocupada para prestar mucha atención a su aspecto, a pesar de tener un personal que vigilaba su vestuario e incluso una masajista.
Al emperador Augusto no le gustó el contenido de la poesía de Ovidio, y aunque la verdadera razón se convirtió en un secreto de estado, Ovidio fue desterrado en el año 8 d.C. a Tomis, Constanza, en la actual Rumanía, en palabras de Ovidio, un lugar con un «clima miserable». Algunos historiadores apuntan a la posibilidad de que Ovidio estuviera implicado en el supuesto escándalo de Julia. Sea cual sea el motivo de su exilio, Augusto afirmó públicamente que el poeta fomentaba el adulterio femenino. En su propia defensa, Ovidio sostuvo que cometió un error, no un delito. Además, se prohibieron todas sus obras en las bibliotecas públicas romanas. Sin embargo, por suerte para las generaciones futuras, debido a su popularidad entre muchos coleccionistas privados, sus obras pudieron sobrevivir.
Otros sostienen que pudo haber oído o visto algo, y que el emperador necesitaba silenciarlo, siendo el exilio la opción más lógica. A pesar de las súplicas públicas y privadas, el emperador e incluso su heredero Tiberio no cedieron, y el poeta pasó el resto de su vida lejos de Roma en Tomis.
Las llamadas Tristes comprenden cinco libros en los que Ovidio explica lo que le ha sucedido, defiende su inocencia y hace una llamada de clemencia al emperador Augusto. En las Cartas del Ponto o Pónticas se dirige a varios amigos para pedirles que aboguen por su causa ante el César.
Las últimas obras escritas por Publio Ovidio Nasón en el exilio van a ser Ibis y Pónticas. La primera viene a ser un libro en el que dio rienda suelta a su ira contra un mal amigo no identificado que lo abandonó en su peor momento. La segunda sí tiene destinatarios claros, alternando las muestras sinceras de gratitud hacia los amigos fieles con la desilusión por los que lo tienen olvidado. Incluso en varias ocasiones menciona que se le ha agotado la inspiración y el sentido del humor y que ha tenido pensamientos suicidas.
En el año 17 , Ovidio murió en el exilio. Aunque pidió ser enterrado en Roma, no se sabe con certeza si le concedieron el deseo.
42 a.c
TIBERIO CLAUDIO NERON
Fue el segundo emperador romano sucesor de Octavio Augusto. Era miembro de un linaje que había dado a luz a personalidades destacadas, como Apio Claudio el Ciego, y que figura entre los más grandes defensores de la superioridad del patriciado.
Tiberio, el hijo adoptivo del emperador romano César Augusto, nunca aspiró a seguir el camino de su padrastro – ese camino fue elegido por madre dominante, Livia. Su reinado de 23 años como emperador lo vería alejado de su controladora madre y viviendo en un exilio autoimpuesto de los deberes de administrar un imperio.
Cuando tenía apenas tres años su madre, Livia Drusila, se divorció de su padre para casarse con Octavio, el hijo adoptivo de César, que en aquel momento estaba aún lejos de ser emperador. Tiberio permaneció al cuidado de su padre hasta que este murió en el año 33 a.C.; esta temprana pérdida influyó en el muchacho, dándole un carácter reservado y melancólico, y al mismo tiempo le obligó a hacerse adulto prematuramente y empezar muy pronto su carrera política y militar.
El padrastro de Tiberio, Agusto, primer emperador de Roma, siempre lo trató como a un hijo, igual que a su hermano Druso el Mayor, también hijo del primer matrimonio de Livia Drusila. A ambos se les preparó para un futuro que los contemplaba como posibles sucesores: se formaron en política e iniciaron carreras militares que los llevaron a luchar por el Imperio. Además, se les casó con otros miembros de la familia de Augusto o de su círculo: a Druso, con una sobrina del emperador, y a Tiberio, con la hija de Agripa, el fiel amigo de Augusto.
Sin embargo, Tiberio decidió de improviso retirarse de la vida pública cuando estaba en lo más alto. Presumiblemente se sentía herido por las supuestas preferencias del princeps por otros candidatos a la sucesión y estaba cansado por el infeliz matrimonio político al que este le había obligado con su hija. Se retiró a Rodas durante diez años, pero finalmente volvió a Roma cuando todos los otros posibles herederos hubieron muerto. Augusto lo adoptó formalmente y compartió con él el título de princeps, de modo que tras su muerte en el año 14 d.C., se convirtió en su sucesor político.
Que todo se hubiera aliado para que fuera Tiberio quien tomara las riendas de Roma no quiere decir que las quisiera. Aunque en su juventud fue un excelente general, parece que nunca quiso gobernar. Y lo cierto es que pasó a la historia como un emperador completamente infeliz, como mostró Plinio el Viejo al llamarlo tristissimus hominum (el más triste de los hombres).
El carácter melancólico de Tiberio siguió presente también en su regreso y acabaría agravándose tras la muerte de su propio hijo, Druso el Joven, en el año 23, fecha a partir de la que se aisló aún más y comenzó un período terrorífico en su gobierno. Los años de gobierno del emperador que no quería ser emperador pasaron por varias etapas. Tomó las riendas de Roma en el año 14, y al principio ni siquiera se notó que Augusto había muerto: todo funcionaba según las bases marcadas por el anterior Princeps. Sin embargo, hubo rebeliones de quienes no lo querían como gobernante, la primera de ellas en Germania, donde siete legiones se amotinaron al enterarse de la muerte de Augusto. Lo hicieron en favor de Germánico, hijo de Druso, a quien consideraban el legítimo sucesor. Sin embargo, el propio Germánico acabó con la revuelta pidiendo que obedecieran a su nuevo Princeps, Tiberio, y amenazando con suicidarse si no le obedecían.
Tras la muerte de su hijo es cuando muestra su lado paranoico y más cruel. Con el objetivo de silenciar a sus enemigos invoca la lex maiestatis, algo similar al delito de alta traición, que además permitía al Estado recibir parte del patrimonio del reo una vez ejecutado. En cuanto a sus colaboradores, para llegar a acuerdos con ellos usaba más las amenazas o la mano dura que las negociaciones.
Las cosas no fueron mejor cuando, cansado de la política, decidió retirarse a Capri, dejando el gobierno en manos de su amigo Sejano. Este aumentó la atmósfera de miedo a través de una red de informadores cuyo incentivo para acusar a los demás de traición era hacerse con parte de las propiedades del acusado tras su reclusión y muerte. Por eso, los juicios por traición estaban a la orden del día. Mientras tanto, comenzaron a correr rumores sobre la vida disoluta que Tiberio llevaba en Capri, aunque lo cierto es que eran sus enemigos quienes la describían. El historiador Suetonio aseguraba que “tenía una habitación destinada a sus desórdenes más secretos, guarnecida toda de lechos en derredor. Un grupo elegido de muchachas, de jóvenes y de disolutos, inventores de placeres monstruosos y a los que llamaba sus maestros de voluptuosidad, formaban allí entre sí una triple cadena y entrelazados de este modo se prostituían en su presencia para despertar, por medio de este espectáculo, sus estragados deseos”.
Así, los rumores de sadomasoquismo, prostitución e incluso pedofilia corrían por las calles de Roma mientras Sejano, su íntimo amigo, se preparaba para traicionarlo. Tramaba aliarse con sus sucesores y junto a Livila, su amante y sobrina de Tiberio, ejercer como regentes de los jóvenes Tiberio Gemelo y Calígula. Sin embargo, el Princeps lo descubrió, y entonces no le tembló la mano. Lo condenó a muerte, pero no a cualquier muerte: sería estrangulado y su cadáver arrojado a la plebe, que lo temía tanto como a él.
Todos los que habían colaborado con Sejano fueron juzgados. “Las ejecuciones se han convertido en un estímulo para su furia, y ha condenado a muerte a todos los encarcelados acusados de colaborar con Sejano. Allí se encuentran, separados o en montones, un sinnúmero de muertos de todos los sexos y edades”, escribía Tácito.
La supuesta traición del hombre en el que había confiado durante años tuvo un efecto dramático en la personalidad de Tiberio, que empezó a desconfiar de todos. Delegó el poder en el hijo de Germánico, el futuro emperador Calígula, y en su nieto Tiberio Gemelo, al que el primero se encargó de eliminar tan pronto como asumió el poder. El princeps no era ciego a la ambición de Calígula y se le atribuyó haber dicho, al nombrarlo sucesor: “Estoy criando a una víbora entre los pechos de Roma”.
Según las descripciones de la época, Tiberio era de gran estatura, complexión atlética, tez blanca y calvicie prematura. Tan solo le quedó cabello en la nuca, que dejó crecer, siguiendo la moda de los patricios de la época.
Era zurdo, tenía los ojos de distintos colores y era miope. De noche tenía una visión de una agudeza excepcional. Su salud era excelente, y solo consta que enfermara en dos ocasiones.
Hombre tímido y reservado, la vergüenza por su calvicie le produjo un profundo efecto depresivo, hasta el punto de condenar a Lucio Cesiano por haberse burlado en público de su calva.
También padeció unas terribles úlceras faciales que le afeaban el rostro y lo obligaban a tener la cara cubierta de emplastos. Esta dermopatía hizo que Tiberio evitara aparecer en público.
Tiberio tenía un carácter cínico, amargado y un humor cruel en extremo. Suetonio narra una anécdota según la cual, asustado Tiberio por un pescador de Capri que había escalado un acantilado para ofrecerle su mejor captura, le hizo frotar la cara con su pescado.
En medio del suplicio, el pescador se felicitó de no haberle regalado una enorme langosta que había cogido. Tiberio mandó traerla e hizo que le restregasen también con ella la cara.
El 16 de marzo del año 37 Tiberio, que ya tenía casi 80 años, tomó parte en unos juegos ceremoniales y se dislocó el hombro al lanzar una jabalina. Fue llevado a su palacio y sus médicos, tras examinarlo, declararon que no viviría ni un día más. Ante dicha perspectiva, la guardia pretoriana aclamó a Calígula como nuevo emperador y se enviaron correos a todo el imperio para anunciar la sucesión.
Pero los médicos no acertaron en su pronóstico. Al cabo de unas horas Tiberio se despertó y, como si nada hubiera sucedido, pidió que le trajeran algo para comer. Esta inesperada recuperación desató el pánico entre la guardia y los senadores, que ya habían reconocido a Calígula como nuevo emperador y temían lo que podía suponer aquella marcha atrás; a lo peor, una nueva guerra civil. El comandante de los pretorianos, Nevio Sutorio Macrón, decidió entonces solucionar el conflicto allí mismo y asfixió a Tiberio con las sábanas.
38 a.c
ERA HISPÁNICA
Es el computo de años que se empezó a utilizar a partir del 38.a.c. hasta la Edad media. El triunviro dominante en Occidente, Octavio, quien aún no ostentaba el título de Augusto, habría decretado la Aera Hispanica tras la pacificación oficial de Hispania, dadas por concluidas las guerras civiles en esas provincias, aunque continuó el enfrentamiento con Marco Antonio en Oriente.
Se dejo de usar en la edad Media, pero así somos los españoles , no lo dejamos de usar todos a la vez:
En los condados catalanes la Era hispánica dejó de utilizarse a partir del III Concilio de Tarragona de 1180;9 mientras que en el resto de la Corona de Aragón el uso de la Era hispánica se abandonó durante el reinado de Jaime I, pero desde el reinado de Alfonso el Casto se databa conjuntamente con ambas eras, cristiana e hispánica.
En la Corona de Castilla su uso fue suprimido reinando Juan I, en virtud de un acuerdo de las cortes de Segovia de 1383, puesto en práctica desde el 25 de diciembre del año siguiente.
En el reino de Portugal dejó de ser utilizada el 22 de agosto de 1422 por decreto del rey Juan I.
En el reino de Navarra el uso de la Era hispánica pervivió a lo largo del siglo xv.
27 a.c
PANTEÓN DE AGRIPA
Una gran parte de la zona central del Campo de Marte fue adquirida por Agripa después de la victoria de Actium y adornada con edificios destinados al ocio público y a la celebración dinástica, con un aparato iconográfico que conmemoraba las más grandes victorias militares de su tiempo.
Uno de aquellos edificios fue el panteón. La palabra Panteón significa: Todos los dioses.
ARQUITECTURA
Desafortunadamente no se conoce su primer aspecto, pues fue reconstruido en dos ocasiones, una tras el famoso incendio ocurrido en tiempos de Domiciano y otra en época de Adriano (entre el 118 y el 125). Fue entonces cuando adquirió el aspecto que puede admirarse en la actualidad, y se le incorporó la cúpula semiesférica de 43,30 metros de diámetro najo la que se disponían en exedras y edículos las imágenes de los dioses, entre otros Rómulo-Quirino y el propio Julio César divinizado.
Los restos descubiertos a finales del siglo xix permiten saber que el templo original guardaba pocas semejanzas con el actual. Lo que hoy es un pórtico de entrada fue originalmente la fachada de un templo períptero. La primitiva entrada se efectuaba por el lado opuesto, hacia el sur, ya que en la rotonda actual había una plaza circular porticada.
El primer templo era rectangular, con la cella dispuesta transversalmente, al igual que en el templo de la Concordia del Foro romano. Estaba construido con bloques de travertino y revestido en mármol. También se sabe que los capiteles eran de bronce y que la decoración incluía cariátides y estatuas frontales. En el interior del pronaos había sendas estatuas de Augusto y Agripa.
Dos estatuas monumentales de Agripa y Augusto flanqueaban la entrada del recinto, al fondo de un pórtico edificado con veinte columnas monolíticas de granito importado de Egipto, de 14,15 metros de altura y 1,48 metros de diámetro.
Mide 43 m de altura.
Su aspecto exterior es humilde como el de cualquier templo pero su interior es lujoso, actualmente repleto de obras renacentistas y esculturas.
Al entrar en el pronaos, el espacio queda distribuido en tres naves con dos filas de cuatro columnas. Los materiales utilizados fueron de granito rojo traído desde Egipto y mármol pentélico, que llegó directo desde Grecia. La nave central de este pronaos, de mayor tamaño, nos da acceso al edificio principal, existiendo un cuerpo intermedio que conecta ambas construcciones.
Consta de un total de 16 columnas de granito de, aproximadamente, 14 metros de altura. Sobre ellas, se puede leer la siguiente inscripción “M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT”, que significa nada más y nada menos que “Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo construyó”.
Una vez en el interior de la rotonda es cuando somos realmente conscientes del carácter circular del panteón de Agripa. Hay aquí un único ambiente, dividido en dos niveles, sobre el que descansa la gran cúpula esférica. En el primer nivel encontramos siete nichos semicirculares que se van alternando con parejas de columnas. En el segundo piso hay una fila de ventanas.
La cúpula del panteón se construyó con más de 4500 toneladas de hormigón romano. El óculo superior, de 9 m de diámetro, representa un poder único, el del emperador. Este permite la entrada de la luz pero también de la lluvia. De ahí que el pavimento de la sala circular sea un poco curvo y la parte central unos 30 centímetros más alta. Y todo para que la lluvia vaya hacia el canal del desagüe que podemos encontrar en todo el perímetro.A través del óculo entra la luz del sol y a medida que avanza el día va cambiando su posición e iluminando alternativamente cada uno de los altares de los diferentes dioses.
La cúpula del panteón se apoya sobre un tambor que tiene un espesor de 6 metros. Su configuración semiesférica alcanza el mayor grado de perfección que existe. Está formada en su interior por cinco filas de casetones que van disminuyendo su tamaño. En el exterior, siete anillos concéntricos superpuestos se encargan de sustentar la cúpula, que además está reforzada con un sistema de nervios que ayuda a sus resistencia y seguridad.
En la actualidad, el Panteón de Agripa es considerado como el edificio romano mejor conservado de todo el mundo. Cuenta con una belleza y una armonía tan perfectas que, hasta 14 siglos más tarde, nadie se atrevió a hacer una obra similar. De hecho, Miguel Ángel aseguró que esta edificación contaba con un “diseño angélico y no humano”.
HISTORIA
En el año 27 a.c. el primer Panteón fue construido por Marco Vipsanio Agrippa, general del emperador César Augusto en el siglo I antes de Cristo, fue destruido por un incendio en el año 80.
El Panteón ha pasado por muchos desastres naturales; sin embargo, siempre se ha restaurado. Sin embargo, en el transcurso de los años, el bronce fue saqueado del edificio y las estatuas se fundieron para obtener el metal. Se eliminó la inscripción del Panteón. Al igual que sucedió con los Arcos del Triunfo y las estructuras monumentales, se fundió para utilizarlo como marquesina sobre el entierro de Pedro, que se encuentra en la Basílica de San Pedro y cañones para el Castillo de Sant’Angelo.
Aproximadamente, a finales del año 118 Adriano mandó construir, sobre los cimientos del templo arrasado por el fuego, y en nombre de Agrippa, un nuevo templo de cuyo proyecto se encargó el gran arquitecto Apolodoro de Damasco.
Por otra parte, una inscripción de menores dimensiones4 recuerda otra restauración a cargo de Septimio Severo en 202.
En el año 609 paso a ser una iglesia cristiana, lo que hizo que garantizara su supervivencia durante siglos ya que se había convertido en un centro de culto cristiano por lo que recibió mantenimiento durante años posteriores.
En el siglo xv, el panteón es enriquecido con frescos: el más notable el de La Anunciación de Melozzo da Forlì, colocado en la primera capilla a la derecha de la entrada. En 1435 se lleva a cabo la demolición de las construcciones medievales anexas.
En la tradición medieval, poblada por criaturas malvadas y monstruos extraños, se decía que el óculo en la parte superior de la cúpula había sido tallado por un diablo que intentaba escapar de un lugar tan sagrado.
FUNCIONALIDAD
Por Dión Casio sabemos que la denominación de Panteón no era la oficial del edificio, y que la intención de Agripa era la de crear un culto dinástico, probablemente dedicado a los protectores de la gens Julia: Marte, Venus y el Divus Iulius, es decir, Julio César divinizado. Posteriormente se dedicó al culto cristiano hasta nuestros días.
Este templo tiene una enorme simbología, fue construido en el momento de mayor esplendor del Imperio Romano, dedicado a todos los dioses simbolizando la cúpula el cielo y el resto del templo al poder terrenal centrado en Roma.
Dentro de sus muros se encuentran enterrados grandes reyes y personajes conocidos como el pintor Rafael de Urbino.
En Pentecostés hay una hermosa tradición conocida como la Lluvia de las Rosas. Después de celebrar una misa en la rotonda, se arrojan millones de pétalos de rosas rojas por el óculo, que simbolizan el Espíritu Santo e inundan todo el espacio.
23 a.c
TEATRO MARCELO
Tras la muerte de Marco Claudio Marcelo, sobrino, yerno y heredero de Augusto, que murió prematuramente, Augusto terminó en su honor el antiguo teatro romano que empezó a construir Julio Cesar poco antes de su fallecimiento.
Julio César proyectó la construcción de un teatro, destinado a rivalizar con el edificado por Pompeyo en el Campo de Marte. Con este objetivo expropió una amplia área, demoliendo algunos edificios sagrados, como el templo dedicado a la diosa Pietas y uno posiblemente identificado como el templo de Diana.
Sin embargo, a la muerte del dictador únicamente se habían construido los cimientos y las obras fueron reanudadas por Augusto, quien diseñó con su presupuesto un área y un edificio más grandes que el original. Esta ampliación conllevó la ocupación de la parte curva del Circo Flaminio, que a partir de entonces se convirtió en una simple plaza, y el desplazamiento y reconstrucción de los templos circundantes, como el templo de Belona y el antiguo templo de Apolo.
ARQUITECTURA
El Teatro Marcelo, como otros edificios de la época romana, estuvo construido con nuevas técnicas arquitectónicas. En este caso destaca por el empleo del Opus Caementicium (una especie de hormigón), que se vierte sobre una serie de moldes o encofrado dando lugar a la estructura básica, este hormigón sería recubierto después con mármol travertino.
El teatro Marcelo está inspirado en los clásicos teatros griegos pero con algunas modificaciones. En primer lugar, y siempre respecto al teatro griego, una de las principales diferencias es que la cavea o grada no se encuentra excavada o construida sobre una ladera natural, sino que se ha construido con un sistema de arcos que permitía elevarla a gran altura y dar aforo a más de 15.000 espectadores. La cavea se dividía en ima cavea, o parta baja, destinada a la alta sociedad, la media cavea, a media altura, destinada al resto de la población y por último la summa cavea, destinada a mujeres y niños. La parte superior de la cavea estaría coronada por un pórtico o galería columnada. El acceso a la grada se realizaba a través de unos espacios abovedados conocidos como vomitorium.
También con respecto al teatro griego podemos observar un atrofiamiento de la orchestra, que ocupa un espacio menor además de adoptar una forma semicircular. Por otro lado, encontramos un agrandamiento del escenario o proscenio, donde se desarrolla la acción dramática, además consta de un Scaenae Frons o frente escénico, generalmente articulado en un doble o triple orden de columnas, que al unirse en sus extremos con la cavea, crea un espacio cerrado, diferenciándolo también de la concepción abierta del teatro griego. También podemos encontrar unos pórticos columnados o porticus post scaenam, en la parte anterior del proscenio, por donde se producía la entrada y salida de los actores a escena.
FUNCIÓN
El primer uso de este edificio fue en el 17 a.c durante los conocidos juegos seculares. La función principal del Teatro Marcelo fue la espacio de ocio y entretenimiento, donde se llevaron a cabo representaciones de los más grandes dramaturgos de la tragedia griega como Sófocles o Esquilo, y de las comedias romanas de Plauto o Terencio.
Resultó dañado en el Gran incendio de Roma del año 64, así como durante las luchas entre Vespasiano y Vitelio. El escenario fue restaurado durante el reinado de Vespasiano , así como otras restauraciones durante el gobierno de Alejandro Severo . A pesar de la extracción de bloques de travertino de la fachada para la restauración del puente Cestio en el año 370, el teatro parece que continuó en uso en esta época y en el año 421 algunas esculturas de la estructura fueron restauradas por Petronio Máximo, prefecto de la ciudad.
Durante el medievo, en el año 1150, fue ocupado por pequeñas construcciones y se transformó en fortaleza, lo que le evitó futuras destrucciones. Inicialmente perteneció a la familia Faffo o Fabi de Pescheria en el siglo xii, más tarde pasó a los Pierleoni en el siglo xiv y a partir de la segunda mitad del siglo xv los Savelli obtuvieron la propiedad, quienes contrataron al arquitecto Baldassarre Peruzzi para construir el palacio renacentista del tercer piso sobre los arcos de la fachada externa.
En el siglo xviii la familia Orsini, duques de Gravina, obtuvieron el edificio hasta la expropiación por parte del dictador Benito Mussolini, quien realizó labores de restauración entre 1926 y 1932, eliminando numerosas tiendas y casas que ocupaban los arcos y el espacio circundante; asimismo, se desenterraron los arcos que estaban unos 4 metros bajo tierra. La restauración también incluyó la consolidación de una parte de la arcada interna, con espolones de ladrilla, y la reconstrucción de parte de la fachada.
HERODES ARQUELAO
Fue etnarca de Judea, Samaria e Idumea. Herodes Arquelao era hijo de Herodes I el Grande y Maltace, hermano de Herodes Antipas, y medio hermano de Herodes Filipo II.
Antes de su muerte, en el 4 a. c. e., el rey de Judea Herodes el Grande, dividió la tierra entre tres hijos: Arquelao, Herodes Antipas y Felipe. Según el testamento, Herodes el Grande nombró a Arquelao heredero del reino y asignó áreas de gobierno más pequeñas a los otros dos hijos. Sin embargo, antes de tomar posesión de la herencia paterna, los hermanos debían obtener el consentimiento del emperador romano.
Arquelao, que recibió más tierras que otros, después de 7 días de luto se dirigió a los judíos que rezaban en el Templo de Jerusalén con un discurso de bienvenida, en respuesta al cual escuchó fuertes críticas e insistentes demandas de reformas: flexibilización de impuestos estatales, reducción de impuestos sobre necesidades básicas. y amnistía a todos los criminales políticos que fueron encarcelados bajo Herodes.
Arquelao trató de calmar a la audiencia, prometiendo hacer todo esto tan pronto como el emperador romano lo confirme en el trono. Ellos habrían decidido eso, pero hubo exaltados que declararon que si las innovaciones requeridas no se decretaban de inmediato, se rebelarían. Al darse cuenta de que las exhortaciones no ayudarán aquí, y que con las personas insolentes es necesario hablar solo en el idioma que entienden, el idioma del poder, Arquelao declaró que no sucumbiría al chantaje y que todos los que se atrevieron a levantarse. recibiría un merecido castigo, tras lo cual se marchó.
En respuesta a esto, inmediatamente después del final del servicio del templo, comenzaron los disturbios en Jerusalén, que se intensificaron con el inicio de la Pascua, cuando decenas de miles de peregrinos y peregrinos se reunieron en la ciudad. Decidiendo reprimir el levantamiento de raíz, Arquelao envió destacamentos de mercenarios sirios contra el pueblo, que mataron a unas 3.000 personas que se habían reunido en un día festivo a las puertas del Templo de Jerusalén.
Nicolás de Damasco argumentó ante Augusto que Arquelao había actuado legalmente, y que el testamento de Herodes, supuestamente escrito pocas semanas antes de morir, que designaba como sucesor a Arquelao en lugar del ejecutado Antípatro era válido. Nicolás había sido confidente de Herodes durante años, y era leal a Roma.
El emperador Octavio Augusto, aunque rechazó a Arquelao un título real oficial, confirmó de otro modo la voluntad de Herodes. Como etnarca (gobernante del pueblo), Arquelao recibió poder sobre Samaria, Judea (con la capital en Jerusalén) e Idumea con la ciudad de Cesarea (4 a. C.).Herodes Antipas fue reconocido como el gobernante de Galilea y el noreste de Transjordania, compartiéndolo con Felipe.
La primera esposa de Arquelao es mencionada por Flavio Josefo simplemente como Mariamne, de quien se divorció para casarse con Glafira, la viuda del hermano de Arquelao, Alejandro, a pesar de que el segundo marido de esta, Juba, rey de Mauritania, estaba vivo. Esta violación de la ley mosaica, junto con su crueldad, provocaron que Arquelao despertara la ira de los judíos, que se quejaron ante Augusto.
Arquelao fue depuesto en el año 6 por Augusto y desterrado a Vienne, en las Galias, donde falleció en el año 18. Judea, Samaria e Idumea fueron directamente colocadas bajo el poder romano y fueron fusionadas en la provincia romana de Judea, bajo un prefecto romano.
20 a.c
FORO DE AUGUSTO
Según los autores antiguos, el foro de Augusto se construyó para desatascar los dos foros anteriores, el Foro Romano y el de César, acogiendo parte de las actividades judiciales con los tribunales de pretores urbanos y actividades comerciales y políticas. Pero la función real del foro es ideológica, una función de legitimación política que se refleja en la decoración y disposición de los edificios. En efecto, todo se pone en práctica para glorificar al emperador, sobre todo en el plano militar y mediante su supuesta filiación divina y su papel de «nuevo Rómulo acumulando la doble herencia cesárea y republicana». El conjunto se considera un modelo de arquitectura monumental puesto al servicio de la propaganda imperial bajo Augusto.
Siguiendo el ejemplo de César, Augusto, edificó su foro formando escuadra con el de su antecesor y reservando el extremo preferencial de la plaza al templo que había prometido a Mars Ultor (Marte Vengador) en vísperas de la batalla de Filipos (42 a. c), donde luchó contra los asesinos de Cesar.
Su forma irregular se debe a que el primer emperador no quiso expropiar las viviendas colindantes y tuvo que adaptarlo a la orografía del terreno.La tierra elegida invade el superpoblado distrito de Subure, por lo que Augusto comienza por recomprar algunas tierras con el dinero del botín de sus campañas militares. Según Suetonio, algunos ciudadanos se niegan a ceder sus propiedades y Auguste debe revisar las dimensiones del foro a la baja, no queriendo expulsar por la fuerza a los ciudadanos reacios.
Parece que la construcción no comenzó en el foro hasta alrededor del año 20 a. c., cuando Augusto vengó a Roma de nuevo, esta vez al negociar la entrega de los estandartes perdidos por Marco Licinio Craso ante los partos. El foro incompleto y su templo se inauguraron cuarenta años después de haberse prometido, en el año 2 a.c.
La gran originalidad es que el conjunto del Foro estaba flanqueado por dos exedras semicirculares en las que Augusto colocó las estatuas de los más famosos Caudillos de las historia de Roma (entre las que sobresalía la de Julio César) y la República enlazándolos de alguna manera con su familia. En el centro de la plaza se instaló una cuadriga en bronce dedicada al Príncipe.
Su estrategia política de exaltación personal, queda patente en el programa iconográfico escultórico desarrollado en los diversos elementos del foro. El templo de Marte Ultore concentra los aspectos de la guerra y triunfo romanos. Aquí se reunía el Senado para decidir sobre las declaraciones de guerra, proclamaba los triunfos y se firmaba la paz. Se recibía también a los príncipes extranjeros que venían a Roma para su sometimiento o para crear alianzas. Sobre el altar del templo celebraban sacrificios los gobernadores antes de ir a las provincias.
En el interior del templo se encontraban tres divinidades. Marte como guerrero, revestido de armas y coraza, como vengador de la muerte de Julio César. Venus Genitrix, como madre de Eneas y éste padre de Ascanio, fundador de Alba Longa y de la Gens Julia según la tradición, enaltecida por Julio César y ahora por Augusto. También representa la paz, ya que fue ella quien desarmó a Marte. Finalmente aparecía la figura de Julio César divinizado, una deificación de la que se encargó el propio Augusto para dar mayor legitimidad y respeto a su casa. La acción de divinizar a un humano era extraña a los romanos de entonces pero muy común en las provincias orientales de antiguas tradiciones. Se trata de una de tantas cosas de las que Augusto cambió en la historia y cultura romana.
En el frontón del pórtico de entrada al templo, a la manera de los templos griegos, encontramos las esculturas de jerarquía más importantes de todo el foro. En el centro de la composición, el puesto más destacado, para Marte una vez más, ya que el templo está dedicado a él. A un lado aparece de nuevo Venus y Rómulo. Éste último representa las virtudes romanas tradicionales. Es el fundador de Roma y descendiente de Ascanio y sus sucesores en el reino de Alba Longa, siendo Augusto, por tanto, descendiente de Rómulo. Por último, la representación simbólica de la colina del Palatino, una de las siete colinas de Roma y lugar de residencia de Augusto y los futuros emperadores.
Al otro lado de Marte encontramos a dos diosas alegóricas: Fortuna portando la cornucopia o cuerno de la abundancia y la diosa Roma, como personificación de la ciudad. Para finalizar se encontraría la representación deificada del río Tíber, el río que atraviesa Roma.
En las exedras y galerías porticadas encontramos estatuas de mármol y bronce sobredorado dentro de nichos, con una inscripción en cada una de ellas con una breve referencia a cada personaje (elogium). En las dos galerías y en la exedra sureste se situaban estatuas que representan a los Summi Viri o grandes personajes de la historia y leyenda de Roma, sobre todo generales victoriosos, ya que nos encontramos en un conjunto dedicado a la guerra. Augusto colocó en el centro de la exedra, el lugar preminente, a Rómulo portando los trofeos de guerra conquistados (spolia opima).
En la exedra noroeste, en el centro está Eneas, el héroe troyano hijo de Venus que abandonó Troya en llamas con su familia: su padre Anquises y su hijo Ascanio. La figura de Eneas solía asociarse la virtud de la pietas: piedad filial, religiosa y patriótica. A un lado de Eneas se sitúan estatuas representando a los antiguos reyes de Alba Longa, reino fundado en los montes Albanos, en las afueras de Roma, y considerado como reino antecesor de Roma. Y finalmente, al otro lado vemos a los más destacados miembros de la Gens Julia. Augusto se muestra a sí mismo y a su estirpe como los dignos herederos directos de los dioses y de los héroes fundacionales de la ciudad, legitimando su posición de poder.
Los pórticos de los lados más largos presentan columnas corintias de mármol veteado, y estaban decorados en la parte superior con cariátides y escudos con cabeza de divinidades. Detrás de la columnata, en la pared del fondo de los pórticos y en las paredes de las dos exedras, había una serie de hornacinas para estatuas enmarcadas por columnas embebidas de cipolino que sostenían un arquitrabe de mármol. Las estatuas llevaban escrito en la base el nombre y la dignidad del personaje representado, mientras una placa debajo de la hornacina contenía el “elogium” del mismo, con la descripción de las diferentes empresas llevadas a cabo.
El último elemento a mencionar es el grupo escultórico situado en mitad de la plaza del foro. Nos muestra a Augusto en una cuadriga triunfal, como las que utilizaban los generales victoriosos en los desfiles tras una victoria militar. Aparece la inscripción Pater Patriae o padre de la patria, distinción que le fue concedida por el Senado.
MAISON CARREÉ
La particularidad de este templo, es su estado de conservación, que prácticamente se conserva en su estado original y nos ayuda a imaginar como de imponentes eran estos edificios en la antigüedad.
Por una parte, refiriéndonos al entorno e integración urbanística podemos mencionar que esta edificación se encuentra actualmente en el centro de Nimes, pero anteriormente se encontraba en el antiguo fórum romano, creado a partir de la confluencia de las dos calles principales: el cardo y el decumanus.
DESCRIPCIÓN
La estructura del edificio es rectangular y mide 26 m de largo, 15 m de ancho con una altura de 17 m. Tiene una cubierta a dos aguas y la única escalera de acceso está en la fachada porticada, que daba al foro. El templo es considerado paradigmático de la arquitectura romana debido a que se alza sobre un gran podio de paredes verticales y que es un templo pseudoperíptero, cuyas semicolumnas laterales y traseras se adosan al muro de la cella —el santuario propiamente dicho, reservado a la imagen de la divinidad en los templos romanos, etruscos y griegos— simulando así galerías abiertas. Es un edificio hexástilo —es decir, con seis columnas en el pórtico—, y su decoración es de Orden corintio.
La priorización de la fachada de frente por encima de las otras caras del edificio indica que los templos romanos eran obras pensadas para ser contempladas frontalmente y con la intención que fueran un elemento importante del trazado urbano.
FUNCIÓN
La Maison Carrée fue construida por orden del gobernador Agripa (encargado de organizar la infraestructura pública de la Galia) en honor del emperador Octavio Augusto y su familia. Sin embargo, estaba dedicado a los dioses de Roma y a Gai y Lucio César, nietos del emperador, e hijos de su hija Julia y del mismo Agripa.
La inscripción que dedicó en el templo a Lucio y Cayo César fue destruida en la Edad Media, quizás por parte de quienes odiaban a los antiguos romanos que adoraban a la familia imperial. No fue hasta el siglo XVIII cuando los académicos pudieron reconstruir la inscripción basándose en el número de agujeros y su posición en la fachada del templo en la que se habían colocado las letras de bronce. A partir del siglo XIX, el templo comenzó lentamente a recuperar su esplendor original.
El buen estado de conservación de la Maison Carrée se debe a su ocupación continuada desde la Edad Media. Entre los siglos XIII y XV, fue utilizada como ayuntamiento. En 1670, fue vendida a los Agustinos que la convirtieron en iglesia. Después de la Revolución francesa, albergó los archivos del departamento de Gard antes de ser museo de Nimes en 1823. Desde 1840, es monumento histórico de Francia.
La Maison Carrée ha inspirado varios edificios en todo el mundo, como la iglesia neoclásica de la Madeleine en París, la iglesia de San Marcelino en Rogalin (Polonia) y, en los Estados Unidos, el Capitolio del estado de Virginia.
FILÓN DE ALEJANDRÍA
Fue un filosofo judío helenístico y fue el primero en pensar en Dios como el arquitecto del universo. Filón pertenecía a una familia adinerada de Alejandría, por lo que curso sin problemas estudios de filosofía.
En aquella época en Alejandría convivían tres pueblos , con tres creencias diferentes: Los egipcios, los griegos y los hebreos. Cuando los romanos tomaron Alejandría, la convivencia de estos pueblos cambio, ya que estaban subyugados a los mandatos de los romanos. A los griegos se les daba la oportunidad de convertirse en romanos , siempre que renunciaran a Grecia y sus creencias. Y a los hebreos se les obligaba a pagar impuestos para poder seguir teniendo su propio culto. Además, el acceso a la administración y al ejército se volvió más difícil para los judíos porque los puestos estaban reservados para los romanos. Mientras tanto, la tensión entre judíos y egipcios aumentó. Fue en este contexto que Filón se involucró políticamente en la vida de la ciudad, en particular a través de su obra In Flaccum (Contra Flaco).
Flaco, prefecto de Egipto bajo Tiberio, perdió su apoyo en Roma cuando el emperador murió en 37 y fue sucedido por Calígula. Para mantenerse en el cargo, buscó en compensación compaginar la ciudad de Alejandría cediendo a los elementos más antijudíos. Finalmente Flaco, que no pudo mantener el orden, fue destituido y ejecutado. Durante este período, la comunidad judía sufrió y fue criticada en particular por sus restricciones dietéticas. En el 39 , Filón fue elegido junto con otros tres notables para defender «el derecho de ciudadanía de los judíos en Alejandría». Tuvo que enfrentarse a otra delegación liderada por Apión, un egipcio helenizado que defendía el punto de vista de los griegos. Fue en esta ocasión que Filón escribió la Legatio ad Gaium. La delegación judía tuvo problemas para encontrarse con Calígula y, cuando finalmente se reunieron con él, el emperador declaró que quería que se construyera una estatua de él como Júpiter en el Templo de Jerusalén, lo que sembró desolación entre los miembros de la delegación. Finalmente, este proyecto no se realizó gracias a la intervención de Agripa I y la muerte de Calígula. Filón atribuyó a la Providencia el final feliz de los dos casos.
No obstante, Filón no es propiamente un filósofo, sino un intérprete de la Biblia. Según él, los textos sagrados tienen un carácter alegórico por lo que no debe interpretarse de modo literal. De esta manera, Filón interpreta el relato del Génesis como una descripción de la creación, pero no del mundo sensible, sino del mundo inteligible, en la que los siete días de la creación deben entenderse como manifestaciones de un orden de sucesión y no como exponentes de una temporalidad. Así, en los textos sagrados, lo importante no son los hechos que se describen sino aquello que simbolizan, puesto que la verdadera realidad, Dios, es totalmente trascendente y de ella el hombre no puede recibir más que un reflejo. Dios es el ser verdaderamente ser («yo soy el que soy», dice la Escritura), el Bien supremo y ser simplicísimo. Dios es, pues, propiamente incognoscible y solamente podemos alcanzar a comprender algo de él porque se ha manifestado por su propia revelación y por el hecho de dejar su rastro en el mundo. Combina aspectos del Génesis bíblico y del Timeo de Platón para defender la idea de un Dios incorpóreo y único creador y ordenador del mundo. Pero Dios no se relaciona directamente con el mundo material sino a través del Logos, que es propiamente el agente creador, concebido por Filón como el pensamiento y la «palabra» divina. Este Logos creador es, simultáneamente, expresión del intelecto divino y primera hipóstasis del Uno (tesis que será posteriormente desarrollada por Plotino y los neoplatónicos), y es el principio del mundo inteligible o el «lugar» de las Ideas, arquetipos o modelos de la realidad. Se manifiesta a través de los «logoi» o expresiones activas de Dios, ejecutores de sus planes eternamente concebidos.
En una gradación de seres de carácter inteligible y jerarquizados aparecen, por debajo del Logos, las Potencias, que actúan como intermediarios entre Dios y el mundo. Las almas humanas son también seres intermedios que son como una imagen del todo, un microcosmos, pero son seres más cercanos a la materia, que han quedado atrapados en ella por el cuerpo (principio material), pero dotados de alma (principio intelectual) y de un principio espiritual inmortal: el nous. Este nous (νοῦς) es al cuerpo humano lo que el logos divino es al cosmos, y es una cierta presencia de la divinidad en el hombre. Por ello, mientras las cosas son, al modo platónico, como imágenes de las ideas arquetípicas, el hombre tiene como arquetipo el mismo logos divino.
17 a.c
ARMINIO
Fue un caudillo germano que puso en jaque a los romanos en la batalla de Teutoburgo. Arminio (Arminius) es el nombre en latín adoptado por este personaje cuando sirvió en el ejército romano, se desconoce su nombre germano.
Fue hijo de Segimer (Segimero), caudillo de los queruscos, un pueblo germánico que poblaba los bosques de las riberas del río Weser en tierras de la actual Hannover. Era una costumbre habitual que algunos nobles romanos adoptaran a vástagos de jefes bárbaros y los educaran como si fueran romanos, no sólo para garantizar que sus pueblos de origen se mantendrían en paz sino también para, en un futuro, cuando los devolvieran a su pueblo, tener más probabilidades de contar con su alianza al estar romanizados, civilizados. Así, Arminio pasó su juventud en la capital de sus enemigos junto a su hermano menor Flavus, cuyo auténtico nombre también ignoramos (flavus en latín es amarillo, alusión probable al tono rubio de su cabello). Ambos recibieron la ciudadanía, siendo integrados y entrenados como équites (ordo equester, caballeros, una clase social por debajo de la senatorial que combatía a caballo).
En el 4 d.C. Arminio, contando sólo 20 años de edad, ya comandaba una unidad auxiliar junto a las legiones en Pannonia. Aquella campaña le proporcionó prestigio como guerrero y la ciudadanía romana como recompensa.
Cuando regresó a sus tierras tras servir en las Águilas entre el 7 ó el 8 d.C. comenzó a gestar un plan para deshacerse del yugo romano. En época de Augusto, casi todas las tierras comprendidas entre el Rin y el Elba estaban bajo la influencia romana, no constituidas en provincias como la Galia o Hispania, pero sí sometidas a los tributos y caprichos de los gobernadores de la Germania Superior e Inferior.
Arminio sembró la discordia entre los suyos, alentando la revuelta y provocando que los queruscos se dividiesen en dos bandos, acaudillando él mismo a los levantiscos frente los agrupados alrededor de Segestes, rival político de Arminio y amigo de Roma.
En el año 9 d.C. Publio Quintilio Varo, cambió los tórridos aires de Oriente Próximo por los grises cielos germanos. Su avidez recaudatoria y la inexperiencia con aquellas gentes hicieron que pronto cundiera el descontento, razón por la cual se consideró recomendable ponerle un ayudante nativo que le aconsejara debidamente y le orientara a la hora de tratar con las tribus. El elegido fue Arminio, con quien entabló una estrecha amistad que, sin embargo, no resistió la realidad del contexto. El joven querusco se distanció poco a poco de la administración romana a medida que ésta privilegiaba a los suyos en detrimento de los locales y quedaba patente que el territorio no pasaba de ser un dominio militar más.
Éste último envió varios avisos de que se estaba fraguando algo muy gordo, pero Publio Quintilio Varo, gobernador de aquellos territorios, desoyó sus advertencias hasta que la rebelión estalló. Varo era un patricio codicioso y engreído que debía su posición a ser yerno del influyente Agrippa y cuya carrera hasta la fecha había sido poco más que discreta. Tras su penosa gestión como propretor en Siria le fue transferido el gobierno de Germania Magna (que es como llamaban a este vasto territorio) Su codicia desmesurada y sus métodos expeditivos para recaudar tributos fueron los mejores aliados de Arminio para sublevar a todas las tribus la zona. Pensó que podría someter la voluntad germana como había hecho en Siria.
Comenzó a organizar con los líderes de las diferentes tribus germanas un mecanismo de resistencia y lucha contra Roma. Con artimañas consiguieron atraer a los romanos al bosque de Teutoburgo, una zona difícil para combatir, pero bien conocida por los germanos. Quintilio Varo, antiguo amigo de Arminio y gobernador de Germania dirigía tres legiones romanas (Legión XVII, XVIII y XIX), tres alas de caballería y las tropas auxiliares. Todas estas fuerzas no fueron suficientes para solucionar la emboscada del pueblo querusco liderado por Arminio.
Fue una auténtica matanza. Durante tres días los germanos aguijonearon la delgada línea romana, partiéndola y acabando poco a poco con cada legión, cohorte o manípulo que quedaba aislada de la fuerza principal. El comandante de la caballería, Numonio, fue el primero en intentar huir y el primero en morir; tras él cayeron otros muchos más, incluido el legado Lucio Egio, que en un alarde de ignorancia intentó rendirse y murió en el intento. El propio Varo resultó herido y, viéndose incapaz de contener aquel desastre y temeroso de acaban en manos germanas, se suicidó.
Esta victoria fue posible gracias a que Arminio no solo conocía perfectamente la forma de combatir de los suyos, sino que al ser educado en Roma también conocía la estructura de las legiones y su modo de lucha.
Esta ignominiosa derrota se supo por el testimonio de un joven oficial, Casio Querea, que fue el único capaz de salvar el cerco germano con un destacamento amparado por la oscuridad nocturna. Quizá su destino le salvó la vida (años después sería quien apuñalara a Calígula) Cuando Augusto conoció tan triste suceso quedó profundamente apesadumbrado.
El historiador Suetonio cuenta que Augusto, al enterarse del desastre ocurrido en Germania, quedó tan consternado que en los meses siguientes golpeaba de vez en cuando su cabeza contra las puertas gritando «¡Quintilio Varo, devuélveme las legiones!».
Roma envió a Julio César Germánico a la zona para recuperar el terreno perdido con una serie de escaramuzas. Arminio resistió e incluso pudo derrotar a otro ejército romano completo, pero no lo consiguió debido a la gran virtud de los romanos, y el punto débil de los germanos: la disciplina. Las legiones se mantuvieron firmes y Inviomerus, tío de Arminio, no se ciñó a la estrategia y atacó el campamento romano demasiado pronto.
Arminio fue derrotado en su última gran batalla contra Julio César Germánico. Se libró de la muerte ocultando su rostro con sangre de un cadáver. A pesar de la derrota de los germanos, este fue el fin de los intentos de Roma por controlar aquellos territorios y se fijó, como realmente había sucedido en la Batalla del bosque de Teutoburgo, la frontera del Imperio Romano en el Rin. Al otro lado quedó la Germania Magna o Germania Libera, que ya no trataron de conquistar a pesar de que hubo escaramuzas y batallas en la zona.
El fin de Arminio llegó tras duros enfrentamientos con la familia de su esposa y otros líderes tribales que querían mantener buenas relaciones con los romanos. Fue asesinado a los 37 años por miembros de su familia política.
Como curiosidades decir que Arminio fue el único caudillo que se enfrentó a Roma (Vercingetorix, Viriato,…) que consiguió expulsar de sus fronteras a los romanos. En el siglo XIX su nombre volvió a cobrar fuerza con el nacionalismo alemán siendo llamado Hermann (Hombre de guerra) llegando a construir un monumento con su nombre cerca del bosque de Teutoburgo.
Arminio no quedó solo en la historia de la lucha contra los romanos, siendo una muestra de esto que el siglo xix, cuando tras la derrota napoleónica y su imperialismo surgieron los nacionalismos modernos, fue testigo de la resurrección de muchos antiguos líderes guerreros que fueron usados como símbolos por los nacionalistas: los franceses explotaron a Vercingétorix, los belgas a Ambiórix, los neerlandeses a Julio Civilis y los británicos a la reina Boudica.
Mención aparte merecería el caudillo lusitano Viriato por parte de los españoles; también venció a los romanos, pero nunca fue vencido, al contrario que el germano, pero a pesar de eso, ni él ni Arminio ni ninguno de los anteriores pudo evitar que sus naciones fueran conquistadas por Roma.
16 a.c
TEATRO ROMANO DE MÉRIDA
Fue un edificio de carácter civil construido por Agripa, destinado al ocio donde se hacían espectáculos para entretener al pueblo romano.
Desde el teatro la autoridad realizaba una eficiente propaganda de ella misma y del modo de vida romano, tanto a través de la majestuosidad del edificio y su decoración como de los mensajes que desde su escenario se podían transmitir.
DESCRIPCIÓN
El Teatro Romano de Mérida, como otros edificios de la época romana, estuvo construido con nuevas técnicas arquitectónicas. En este caso destaca por el empleo del Opus Caementicium (una especie de hormigón), que se vierte sobre una serie de moldes o encofrado dando lugar a la estructura básica, este hormigón sería recubierto después con mármoles y otros elementos decorativos.
El teatro tiene una planta semicircular que se estructura en dos claras partes, la escena, la orchestra semicircular para los coros, y la cávea que soporta las gradas. Entre estas partes encontramos, entre la escena y la orquestra, el proscenium de forma rectangular (lugar de la representación teatral). La cávea se divide en distintas zonas, la Ima cavea, la más cercana a la orquestra, la media cavea, en medio, encima de la anterior, y la summa cavea, la grada final y más cercana al porticus, la zona superior techada y compuesta de columnas. Entre las distintas partes de la cávea encontramos vomitorias, distintos accesos que llevan a los pasillos internos, además de los accesos laterales o parodos, que se realizan con túneles abovedados (medio cañón) disponiéndose también unas vallas (praecintiones) para separar la distribución de las distintas clases sociales. Finalmente tras la escena encontramos un gran patio rectangular y el peristilo, una zona cubierta rodeada por columnas.
La fachada de la escena consta de dos plantas de columnas exentas y adosadas corintias entre las que encontramos algunas esculturas. Tanto las columnas como los muros a los que se encuentran adosados estaban policromados. La luz incide en todo el teatro menos en las partes cubiertas. Podemos encontrar almohadillado en el exterior que crea claroscuro y arcos de medio punto en las entradas.
La scaena se conforma como un pulpitum o plataforma elevada sobre el nivel de la orchestra, de gran amplitud con sus sesenta metros de ancho y siete de fondo. Su frente, el proscaenium, adopta una sinuosa configuración mediante entrantes que alternan forma de rectángulo y semicírculo y queda delimitado en sus extremos por dos pequeñas escaleras que comunican el pulpitum con la orchestra. En el suelo de esta plataforma, que en origen estaría recubierta de madera, se han podido distinguir algunos orificios que serían el lugar de encaje de las escenografías. En este mismo sentido, algunas piedras con agujeros junto a la puerta central de la escena se interpretan como cajas donde se introducirían los periatti, prismas triangulares que evolucionaban con diferentes decorados según la naturaleza de la representación: tragedia, comedia o sátira.
Más allá del postcaenium, igual que en los teatros de Pompeyo y de Ostia, se abre un peristilo, una zona ajardinada para esparcimiento que en origen estaba acotada en sus cuatro lados por una doble columnata formada por columnas de granito basto que estaban embellecidas con un recubrimiento de estuco y pintura. Al fondo de este peristilo cuadrangular, alineado con el eje del teatro y la valva regia, existe una pequeña estancia rectangular en la que se han hallado varias piezas de interés. En principio se interpretó como una biblioteca, pero el descubrimiento de varias estatuas, entre ellas el célebre retrato de Augusto velado como Pontifex Maximus y otro de Tiberio, además de varias inscripciones relacionadas con el culto imperial, llevaron a interpretar que el lugar se destinó a este culto, que después radicaría en el Templo de Diana.
EL TEATRO Y SU PASO EN EL TIEMPO
El uso del edificio durante varios siglos hizo necesarias algunas reformas. Así, en algún momento del siglo I d. C., ya fuera en época de la dinastía Julio-Claudia o de la posterior dinastía Flavia, se levantó el actual frente de escena, que se volvió a reformar entre los años 333 y 337 junto con la vía que rodea el edificio. Debido en gran medida a la implantación oficial del cristianismo en el siglo IV, religión que consideraba inmorales las representaciones teatrales, el edificio dejó de utilizarse y fue abandonado. Con el paso del tiempo algunas de sus partes se derrumbaron y otras se cegaron con tierra. Durante siglos únicamente fue visible la parte superior de su graderío con las bóvedas de los vomitorios hundidos, por lo que los habitantes de la ciudad creyeron ver siete grandes asientos, «Las siete sillas», donde según la leyenda se sentaban otros tantos reyes moros para deliberar sobre el destino de la ciudad.
13 a.c
ARCO DE BARÁ
Es un arco honorífico situado en Roda de Bará, a unos 20 km al nordeste de Tarragona (España), en la localidad de Roda de Bará. El arco está situado sobre el trazado del que fue la Vía Augusta, actualmente sobre la carretera N-340. Fue erigido por disposición testamentaria de Lucio Licinio Sura a finales del siglo I a. c., y dedicado al emperador Augusto.
Lucio Licinio Sura, ciudadano romano que probablemente murió en Tarraco al final del s. I a. C., fue quien decidió la construcción del arco de Bará. El nombre de este personaje aparece en la inscripción que actualmente se encuentra en cuatro bloques del arquitrabe de la cara norte del monumento.
Mediante dibujos y documentos, así como por las partes actualmente conservadas, se puede proponer una lectura de esta inscripción que nos refiere la voluntad de Lucio Licinio Sura porque, una vez muerto, se construyera este edificio dedicado, probablemente al mismo emperador Augusto. Este no aparece en la inscripción, pero es posible que estuviera citado, como objeto del homenaje, en otra inscripción que podía haber existido en el ático que debía de coronar el arco.
Inscripción del friso:
EX TESTAMENTO. L. LICINI. L.F. SERG. SURAE CONSECRATUM
DESCRIPCIÓN
De una sola apertura, está construido con sillares de piedra local, con ocho pilastras estriadas, remates por capiteles corintios, que sostienen un entablamento con una inscripción alusiva a su construcción. Se supone que fue dedicado a Augusto o a su genio, y que sirvió para marcar los límites territoriales que dependían de Tarraco.
El cuerpo central está presidido por el arco, destacado por una arquivolta moldurada. Enmarcan el arco dos lesenas, en la parte interna, y dos lesenas de ángulo en los extremos de las fachadas principales del edificio. Estas lesenas, con bases áticas, fustes acanalados y capiteles corintios, apoyan sobre una moldura corrida que hace las funciones de plinto. El entablamento del edificio estaba formado por un arquitrabe –moldurado a la parte superior–, un friso –también moldurado y con una inscripción–, y una cornisa con denticulados. Actualmente, solo se conservan algunos elementos originales del arquitrabe y del friso. De la cornisa original romana, se recuperaron unos fragmentos en el curso de las excavaciones realizadas en 1994, que han sido depositados en la última restauración llevada a cabo. A los lados menores del monumento, dos lesenas de ángulo ocupan el cuerpo central.
A lo largo de los siglos, el monumento ha sufrido numerosas modificaciones. Aparte del deterioro por el paso del tiempo, algunas restauraciones desafortunadas, e incluso un atentado, hicieron peligrar seriamente su integridad.
Hoy en día, el monumento que podemos ver cuando pasamos por la carretera N-340 es el resultado del último trabajo de restauración realizado en 1998 y que fue el fruto de un cuidadoso proceso de investigación, encabezado por el arqueólogo Xavier Dupré. El arco está incompleto, ya que falta un cuerpo superior donde probablemente había un grupo de esculturas que representaban a Augusto y otros miembros de su familia
ARA PACIS DE AUGUSTO
Fue un monumento mandado construir por el senado romano para conmemorar las victorias del emperador romano Augusto en Galia e Hispania. Dedicado a la diosa Pax, diosa de la paz y la primavera. Estaba ubicado en el lado oeste de la Vía Flaminia, en la zona norte del campo de Marte. En la Antigua Roma esta zona era dedicada a la celebración de las victorias romanas, es decir, se trataba de un lugar simbólico del retorno a la paz, puesto que los soldados y comandantes regresaban de su campaña militar y realizaban los ritos, ofrendas y sacrificios que simbolizaban el fin de la guerra.
DESCRIPCIÓN
El altar es un cubo de mármol de Carrara con alegorías sobre la mítica fundación de Roma y relieves de una procesión de Augusto, familiares, magistrados, senadores y sacerdotes, inspirada en las Panateneas del Partenón.
El estilo tiene la mezcla de los elementos de origen griego y helenístico con la perfección que alcanzó el retrato romano.
Aprobado por el senado en el año 13 a.c., el monumento fue completado en cuatro años utilizando mármol luna italiano, y dedicado el 30 de enero del año 9 a.c. La estructura tiene un altar central, colocado sobre un podio rodeado por muros altos (11.6m x 10.6m) compuestos por grandes placas rectangulares. Hay dos entradas, una en el lado este y otra en el lado oeste (posterior); ésta última tiene una pequeña escalinata debido al nivel inferior del suelo de ese lado en su localización original.
El propio altar de 3m yace sobre un podio de 6m x 7m y tiene escenas en bajorrelieve, que representan a vírgenes vestales, sacerdotes y animales de sacrificio. La escultura interior de los muros circundantes muestra guirnaldas de frutas y flores, pendiendo de cabezas de bueyes (bucrania) sobre un estriado. La porción inferior de los muros exteriores tiene hojas de acanto ricamente esculpidas, mientras que la porción superior tiene figuras en bajorrelieve. La corniza del muro circundante es una adición moderna y es, por ende, austera; mientras que la corniza original hubiera estado altamente ornamentada, con palmetas en cada esquina. La estructura entera, incluyendo los relieves, habría estado ricamente pintada, y tenido toques de oro.
RELIEVES
Se trata de un relieve, está realizado en varios planos. El primer plano es un alto relieve, donde se representan los personajes principales y más relevantes, en este caso el Emperador Augusto César y su familia. En el segundo plano, realizado en medio relieve encontraríamos otros personajes importantes, quizá senadores y altos dignatarios, en un tercer plano, realizado en bajo relieve personajes menos importantes. La utilización de estos tres planos, sería utilizada por el autor para dotar de perspectiva y volumen la representación además de resaltar la importancia de los personajes con el fin de crear una jerarquía.
La técnica empleada sería la talla sobre mármol, estuvo policromado, y todavía se conservan restos del color original. Se trata de una talla totalmente realista, trata de representar la realidad tal y como es percibida, sin ningún tipo de idealización, recoge ciertas tradiciones griegas como la técnica de paños mojados y el canon utilizado y otras tradiciones de origen latino-etrusco como el retrato, como bien se puede apreciar en la cara del emperador coronado con laurel, símbolo de la victoria. Se trata de una talla exquisita llena de detalles y de gran realismo, los pliegues de los ropajes contribuyen a crear juegos de luces y sombras realzando el volumen, el acabado es fino y pulido, además se diferencian varias texturas según el material representado, bien sea tela, piel o cabello.
El relieve está concebido para ser visto de frente por el espectador, por lo que carece de puntos de vista, no se aprecia mucho movimiento y parece retratar bien el ritmo lento y pausado de una procesión. Tampoco existen escorzos que aumenten los puntos de vista y su composición es bastante sencilla al disponerse todos los personajes en fila ocupando el espacio del friso.
FUNCIÓN
El Ara Pacis es uno de los monumentos más significativos de la Antigua Roma funcionaba como un templo para el sacrificio de animales sagrados donde participaban únicamente sacerdotes y vestales.
Su función es simplemente conmemorativa, como apreciamos en algunos relieves, donde se conmemora la victoria contra galos y astures en Hispania y contra los galos en Galia, últimos focos de resistencia en los territorios ocupados en época del emperador Augusto.
Al mismo tiempo tiene una clara función propagandística y de culto al Emperador, propia del Arte Romano, en la que se trata de ensalzar no sólo el poder del Imperio sino también de la figura del Emperador, una vez extinguida la República Romana, además sirve para inaugurar un nuevo periodo de paz, conocido como Pax Romana que se prolongará hasta el siglo III d. C
A LO LARGO DE LA HISTORIA
Dado que su ubicación original era la antigua llanura aluvial del río Tíber.
Durante la época de la Edad Media el altar poco a poco se enterró bajo 4 metros (13 pies) de barro originado por las inundaciones del río Tíber.
En el siglo XIV el monumento se redescubre y es en el siglo XIX cuando se llevan a cabo las excavaciones que acabaron en el año 1.938, dónde el monumento fue reensamblado y reconstruido en un nuevo emplazamiento el Museo de Ara Pacis, su ubicación actual.
Un hecho curioso es que en 2009, el Ayuntamiento de Roma organizó unas sesiones para mostrar el Ara Pacis con sus colores originales a través de efectos especiales.
10 a.c
TIBERIO CLAUDIO CESAR
Fue el cuarto emperador romano de la dinastía Julio-Claudia y gobernó desde el año 41 hasta su muerte en el año 54. Claudio cojeaba y tartamudeaba habiendo sido una vergüenza para su familia imperial, vivía casi siempre en un segundo plano. Este se consoló con el estudio.
En el año 41, la gran mayoría de su familia fue asesinada para borrar cualquier vestigio del reinado de Calígula, a Claudio se le encontró escondido detrás de una cortina, aprovecho de la inteligencia que había cultivado todos esos años y sobornó a la guardia pretoriana para que le perdonaran la vida y lo proclamasen emperador.
Este cogió el gobierno con ganas y firmeza, conquistado el norte de África, domino las tribus rebeldes britanas y conquisto desde marruecos a Turquía. Pero no solo se dedicó a conquistar tierras, también aprobó leyes para proteger a los esclavos enfermos, permitió que los habitantes de los pueblos conquistados se convirtieran en ciudadanos romanos, incluso incluyéndolos en el senado.
La vida sentimental y familiar de Claudio era complicada, ya que había visto morir a toda su familia e incluso tuvo que condenar a muerte a su propia esposa por ser desleal. En este punto, Claudio tenía que buscar una nueva esposa y finalmente se decidió en casarse con su sobrina Agripina, un personaje muy peculiar y con un carácter muy fuerte. Desde entonces la actitud del emperador cambió y todos seguían las ordenes de su esposa.
Agripina gobernaba con mano dura y para ganarse el afecto del pueblo y del senado, convenció a Claudio que le concediera el indulto a Séneca , exiliado años atrás. Ella quería que fuese el tutor de su hijo Nerón. Agripina manipulaba tan bien a Claudio que consiguió que este apartara a su propio hijo y concediera la sucesión a su hijo Nerón. Una vez que lo consiguió decidió asesinar a su marido. Planeó su asesinato por envenenamiento compinchada con el medico de Claudio y así fue como Nerón se convirtió en emperador.
8 a.c
JUAN BAUTISTA
Fue un predicador cristiano, era el heraldo de cristo, el que preparaba el camino para la llegada de Jesús de Nazaret. Su apodo el bautista, proviene porque bautizaba a la gente en el río Jordán para que renazcan como una persona nueva, esto hizo que se hiciera muy famoso.Fue un personaje venerado en el cristianismo, el islam, drusismo y la fe baha’í.
La importancia del rio Jordán es porque fue el último lugar donde se vio al profeta Elías. Cabe destacar que Juan el bautista aprovecho el mito de Elías , quien supuestamente ascendió al cielo en un carro de fuego desde el rio Jordán. Es por este motivo que Juan vivía cerca de ese lugar y vestía como Elías.
Si lees los evangelios todos empiezan por Juan bautista, no con Jesús por lo que es el principio de la gran novela histórica: La biblia.
Su padre era el sacerdote Sacarías y es posible que estuviera emparentado con Jesús de Nazaret. Dios se le manifestó diciéndole que tendría un hijo al que le pondría el nombre de Juan. La mujer de Sacaría, Isabel, tenia una edad avanzada por lo que el nacimiento de Juan fue un milagro.
María, la madre de Jesús, compartió con Isabel los últimos tres meses de embarazo, por este motivo se presupone que estaban emparentadas.
Poco se sabe de la vida de Juan, ya en la edad adulta cuando ya estaba convertido en profeta , vivía solo en el desierto y según los evangelios alimentándose de miel y langostas, el insecto.
Juan promulgaba la llegada de un mesías que cambiaría el mundo y que los libraría del yugo de los romanos. Se cree que en algún momento de la historia Jesús pudo ser discípulo de Juan.
Cuando Juan bautizó a Jesús, Dios reveló su identidad a Juan, diciéndole que era su hijo, el mesías. Es cuando Jesús comprendió que debía seguir los pasos de Juan el bautista y compartir su mensaje con el pueblo.
Según el evangelio de Marcos, Juan condeno a Herodes Antipas por casarse con la exmujer de su hermano, Herodias. Herodias pidió su ejecución pero Herodes se negaba ya que consideraba a Juan un hombre sabio.
El relato narra posteriormente que la hija de Herodías danzó ante Antipas, lo que le complugo tanto que le ofreció que escogiera cualquier cosa como premio. La hija preguntó a su madre, la cual le dijo que pidiera la cabeza de Juan el Bautista. Aunque reacio, Antipas ordenó la decapitación de Juan, y su cabeza le fue entregada a Salomé en un plato. Los discípulos de Juan tomaron el cuerpo y lo enterraron en una tumba.
Juan también es venerado como profeta en el islam, donde es llamado Yaḥyā ibn Zakarīyā , que significa ‘Juan, hijo de Zacarías’. Los musulmanes creen que él revelaba la palabra de Dios y que fue un profeta que anunció la venida de Jesús. Su padre, Zacarías, también se considera profeta en el islam y la tradición islámica mantiene que Juan fue uno de los profetas que Mahoma conoció en la noche de Mi’raj en su ascensión a los Siete Cielos. Se dice que conoció a Juan y a Jesús en el segundo cielo, donde, tras saludarlo, ascendió con un arcángel hasta el tercer cielo. La historia de Juan también se cuenta durante la migración de refugiados musulmanes a Abisinia. Según el Corán, Dios le dio paz a Juan el día que nació y el día que murió.
Los mandeos consideran a Juan el Bautista su principal profeta, y tiene un importante papel en algunos de sus escritos, incluidos el Ginza Rba y el Draša D-Iahia (El libro mandeo de Juan). Los mandeos consideran a Juan como el único mesías verdadero y son contrarios a Jesús.
El bahaísmo (o fe Bahá’í) considera a a Juan un profeta de Dios que, al igual que otros profetas, fue enviado para promover el conocimiento de Dios, para fomentar la unidad entre los pueblos del mundo y para mostrar a la gente la forma de vida correcta.
4 a.c
JESÚS DE NAZARET
El muy conocido Jesús o Cristo , fue un predicador y líder cristiano. El profeta Isaías predijo que el Mesías nacería de una mujer virgen, Miqueas predijo que nacería en Belén y el profeta Zacarías predijo su entrada en Jerusalén encima de un pollino.
En época de Augusto y Herodes, alrededor del 5 a.c, Dios mando al arcángel Gabriel para visitar a María en Nazaret para informarla que quedaría preñada de forma milagrosa del hijo de Dios. María fue a visitar a su prima Isabel( la madre de Juan Bautista) que también se había quedado milagrosamente embarazada a una edad madura ¿sería el mismo ángel el que las visito a las dos?
Matanza de los inocentes, Herodes preocupado por la profecía de que nacería un nuevo rey, manda matar a todos los niños recién nacidos, hecho que obliga a Juan y a María a huir a Belén. Cuando llegaron a lomos de un pollino, no encontraron casa para vivir y se refugiaron en un establo. Es posible que no fuese un establo, ya que antiguamente las viviendas se situaban en cuevas que se dividían en dos alturas. Abajo, los animales y arriba las personas, este lugar nos trae el recuerdo de el pesebre que todos conocemos.
Cuando Jesús nació, Dios se le apareció a unos pastores para informarles que había nacido el mesías y estos hicieron de correveidile al resto del pueblo, algo que siempre ha ocurrido en todos los pueblos del mundo, las noticias corren rápido.
Se cree que la estrella que guio a los tres reyes magos pudo ser un cometa, lo cual en aquellos tiempos significaba un mal augurio. Los magos llevaban oro, mirra un aceite que se usaba para ungir a los reyes e incienso una resina que al quemarse desprendía un olor exótico que se suelen usar en los rituales.
Ya desde pequeño se rodeaba de filósofos y oradores que estaban de acuerdo que Jesús poseía el don de la palabra.
Después de ser bautizado por Juan a los 30 años , Jesús se dirigió al desierto para hacer ayuno durante 40 días y 40 noches, donde se cuestiono si merecía la pena tanto sacrificio y supuestamente el diablo lo tentó, pero Jesús se resistió.
Jesús regresó a Nazaret donde se presentó frente al pueblo judío como el Mesías, algo que creo incomodidades entre el pueblo judío.
Gracias a casualidades o «milagros», Jesús comenzó a predicar por toda Galilea y se le fueron uniendo varios seguidores, entre ellos los 12 apóstoles: Simón a quien llamo Pedro (claro estaba que no le gustaba su nombre real), Santiago y su hermano Juan, a quienes llamó hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomeo, Mateo, el publicano, Tomas y Santiago, que eran hermanos, Judas Tadeo, hermano de Santiago, Simón y Judas Iscariote, el villano de esta historia.
Los milagros de Jesús no eran bien vistos, porque a menudo rompían las reglas establecidas para aquella época, como tocar un leproso o salvar a una mujer, léase María Magdalena. Hizo algún que otro exorcismo y esto hizo creer al pueblo que estaba en contacto con los demonios. Probablemente, esto creo cierta incertidumbre en los sacerdotes judíos, ya que Jesús no paraba de ganar adeptos y el poder de los sacerdotes se tambaleaba. Por este motivo su propio pueblo lo condeno.
A contrapuesto, otros milagros como la resurrección de Lázaro ,devolverle a un ciego la vista, multiplicando panes y peces, le dio una gloriosa fama entre el pueblo judío.
Al final no deja de ser política, como la que vivimos hoy en día, en la que los candidatos se quitan la piel unos a otros por el poder.
Y fue Judas Iscariote quien lo traicionó por 30 monedas de oro, aunque después se arrepintió era demasiado tarde. Al no soportar el sentimiento de culpa , se ahorcó.
La noche antes de su arresto, Jesús reunió a sus apóstoles para una última cena. Jesús le dijo a Pedro que se marchaba y que esa misma noche renegaría de el 3 veces , aunque sería el que continuaría su legado. A Juan le dijo que el que comiese de su plato esa noche le traicionaría, algo que preocupo a Juan, aunque posteriormente le ofreció el pan de su plato a Judas. Jesús ya había aceptado su destino e informo a sus apóstoles que sería su última cena.
Jesús fue arrestado, vapuleado y torturado por las calles de Jerusalén. Su delito: proclamarse hijo de Dios. Fue presentado frente a Poncio Pilato para que lo juzgara. Y este al no encontrarle culpable de ningún delito se lo entregó al rey Herodes, ya que Jesús era Galileo. Herodes tampoco lo encontró culpable y se lo devolvió a Pilato, este dio oportunidad al pueblo de liberarlo, pero el pueblo prefirió liberar al asesino Barrabás. Así que finalmente Pilato se lavó las manos y crucificó a Jesús tal y como reclamaba el pueblo judío.
Tras acarrear su cruz por todo Jerusalén, Jesús murió en la cruz a la edad de 33 años. Posteriormente fue enterrado en una cueva y al tercer día resucito. Estuvo 40 días mas repartiendo su sabiduría por Judea, para finalmente despedirse por última vez de su familia y sus discípulos, que serían los encargados de transmitir su historia a través de los siglos.
MORALEJA
Personalmente no soy creyente, pero si creo firmemente que Jesús existió. Si la persona, no la leyenda cargada de magia que se creó a través de él. Es triste pensar que una mujer como María podría haber sido repudiada por haberse quedado embarazada fuera del matrimonio, si no se hubiese contado que era un acto divino.
En una época en la que las mujeres no teníamos ningún derecho y que casi siempre éramos las culpables de todas las desgracias. Porque si María tuvo una relación sin casarse y supuestamente estuvo mal, estaría mal por parte de los dos, ¿No? pero ahí solo culpaban a la mujer, al igual que María Magdalena victima de la pobreza que tuvo que recurrir a la prostitución ¿no es tan culpable el que vende como el que compra?
Toda la vida de Jesús estuvo bañada por el miedo de los hombres de perder su poder. Primero fue Herodes con la matanza de los inocentes, que quiero pensar que fue solo una leyenda y no cometieron semejante exterminio de niños. Posteriormente ,unos sacerdotes que hicieron torturar, sufrir y matar a un pobre hombre por miedo a perder los privilegios que tenían hasta entonces. Y por último, Poncio Pilato temeroso de mostrarse débil frente al pueblo judío y Roma.
Actualmente, si viésemos a una persona diciendo que es el hijo de Dios y que va por ahí haciendo milagros, lo tomaríamos por loco. Pero en aquella época, en la que el pueblo judío estaba sometido a yugo romano, a una fuerte creencia religiosa y sin los avances médicos y científicos que tenemos hoy en día, convirtieron un mito en una realidad, por la necesidad imperiosa del ser humano de creer que alguien nos puede salvar de nuestras propias vidas, a lo que llamaron fe.
Probablemente algunos de los milagros que se le adjudican, fuesen fruto de la casualidad y de algunos conocimientos sobre medicina que podía tener Jesús, recordemos que le gustaba rodearse de estudiosos y filósofos. Y la otra parte de sus milagros fueron pura fantasía que se fue magnificando con el boca boca.
En conclusión, ningún ser humano debería haber pasado por lo que ese pobre hombre con apenas 33 años vivió. Ni el sufrimiento de su familia y amigos viéndolo padecer, solo por pensar diferente o por atentar a los que se situaban en el poder. Aunque loco o no ,Jesús si que consiguió lo que se proponía, ser el hombre mas famoso a lo largo de la historia que a pervivido fuertemente hasta nuestros días.
SÉNECA
Lucio Anneo Séneca fue uno de los filósofos mas importantes del imperio romano. Como buen andaluz, nació en Corduba, procedente de una familia con recursos, su padre era procurador romano, lo que le permitió tener una buena educación, para ello lo enviaron a Roma.
Séneca estudio varias disciplinas en Roma pero sintió una gran atracción por la filosofía. en ese momento había dos corrientes filosóficas en auge, la epicuriana que promulgaba que para ser feliz tenias que estar lejos de la política, para ellos lo importante eran los placeres de la vida. la corriente estoica promulgaba que debían participar en el campo político para evitar que hombres injustos tomen puestos de poder y oprimiesen al pueblo.
Séneca se siente atraído por la filosofía estoica y centra sus estudios en esta rama, viaja a Egipto para seguir formándose y en su regreso a Roma a los 35 años comienza su carrera política, como cuestor. esto le dio la oportunidad de demostrar su oratoria en el senado.
Séneca tenía una maravillosa capacidad de oratoria y podía convencer a cualquiera en el senado, esto provoco envidias y recelos entre sus allegados. Calígula mando su muerte pero al enterarse que sufría de asma prefirió dejarlo vivo para que muriese agonizando por su enfermedad. Séneca al darse cuenta de que corría peligro, disminuyo la intensidad de sus discursos, manteniéndose un poco al margen de algunos temas políticos.
Tras la muerte de Calígula, subió al poder el emperador Claudio que temerosos del poder de las palabras de Séneca, lo exilió en la isla de Córcega. Ocho años después Claudio, persuadido por su mujer Agripina, mando llamar a Séneca a Roma para que fuese profesor de su hijo Nerón.
Cuando Claudio falleció, Nerón ascendió al trono pero era joven , tan solo contaba con 16 años , así que Séneca se convirtió en asesor directo del emperador. Durante los primeros años de mandato , reino la paz en Roma, pero conforme Nerón fue creciendo quiso tomar mas poder y esto lo condujo a un camino de desconfianza y paranoia.
Nerón mando a asesinar a todas las personas que estaban a su alrededor porque creía que conspiraban contra el , incluida su propia madre. No es de extrañar que también condenara a muerte a Séneca a sus 69 años. Este como un buen estoico antes de pasar la vergüenza de que lo asesinaran , decidió cortarse las venas y además tomo veneno para acelerar el proceso.
1 a.c
MATEO EL EVANGELISTA
Antes de conocer a Jesús su nombre era Mateo Leví, de origen judío y hermano de Jacobo el menor. Fue uno de los apóstoles de Jesús, de ahí le vino el nombre de Mateo el evangelista. Antes de conocer a Jesús fue recaudador de impuestos en nombre de Herodes, por ello, hablaba tanto arameo como griego. Recaudaba impuestos a mercaderes locales y labradores así como a las caravanas que provenían de tierras lejanas que atravesaban Galilea. No era muy querido por el pueblo ya que era quien recaudaba el dinero para el gobierno y no siempre de manera muy honesta, por lo que se les consideraba pecadores al mismo nivel que las prostitutas.
Cuando Jesús lo conoció y le pidió que lo acompañara, Mateo abandono su vida de lujo sin pensarlo para llevar una vida mas precaria. Siguió a Jesús hasta su crucifixion y posteriormente estuvo evangelizando 14 años mas.
Evangelizó Judea y posteriormente fue misionero en Etiopía, Persia y Macedonia. Vivió mucho tiempo en Antioquía donde escribió su evangelio y realizó, varios «milagros y prodigios». Fue martirizado en Etiopía, el evito el matrimonio entre el rey Hitarco y su sobrina Ifigencia, la cual se había convertido al cristianismo, así que el rey le encargo a un matón que lo apuñalara. Se dice que Mateo fue enterrado en Hierapolis en Porthia.