Cocina Mesopotámica
3.000 a.c
Otra innovación de este período fue la elaboración de cerveza, una bebida fabricada con granos de cebada germinados u otros cereales cuyo almidón se fermenta en agua con levadura y se aromatiza a menudo con lúpulo, entre otras plantas. Existen vestigios de su elaboración en Mesopotamia y Egipto desde el 3.000 a. c.
La base de la dieta en la antigua Mesopotamia eran las verduras, hortalizas y legumbres, así como la fruta, especialmente cebollas, ajos, nabos, pepinos, rábanos, lechuga y cogollos de palmito. También cultivaban la calabaza y la berenjena, procedentes de la India. El desayuno era generalmente un «puré», compuesto de harina, leche ácida, aceite y jarabe, por lo general acompañado de bollos de pan de cebada. La carne era más frecuente en la dieta de las clases altas, generalmente de buey y carnero, así como el pescado y las aves. Hacia comienzos del 2.000 a. c estaba consolidada la crianza de pollos.
Albóndigas al estilo de Asurbanipal
INGREDIENTES
Para las albóndigas: 300 g de carne de vacuno, 300 g de carne de cerdo, 1 rama de cilantro, 1 rama de perejil, 3 hojas de menta, 1 cebolleta, 3 huevos, Miga de pan y Sal.
Para nuestra salsa: 1 cebolleta, 1 rama de cilantro, 1 rama de perejil, 30 g de nueces, agua o caldo, sal y pimienta.
ELABORACIÓN
Preparamos la carne:
Ponemos la carne en un recipiente y cortamos bien picadito la cebolla, el cilantro, el perejil y la menta que incorporamos.
Añadimos los huevos, sazonamos y lo mezclamos todo.
Echaremos la miga necesaria (mojada en agua o leche) para que nos quede una masa con una textura que nos permita hacer bien las bolitas.
Rectificamos la sal y dejamos la carne reposar un buen rato para que se asienten todos los ingredientes.
Preparamos las bolitas de carnes, las rebozamos en harina y las freímos en la sartén.
Reservamos.
En la misma sartén que hemos hecho las albóndiga ponemos a pochar la cebolleta a fuego lento.
Cuando esté blandita incorporamos el cilantro, el perejil, las nueces, salpimentamos y mezclamos bien.
Echamos el agua o caldo, removemos y a fuego medio dejamos hasta que vaya a romper hervir.
Pasamos la salsa por el chino o la batidora y rectificamos la sal y la pimienta.
Echamos la salsa sobre las bolitas que tenemos reservadas, calentamos un par de minutos en el fuego y dejamos en reposo este magnífico plato.
Mersu
Ingredientes:
Harina de trigo.
Agua, leche o cerveza y un poco de aceite, o si acaso mantequilla, para humedecer la mezcla (son distintas variantes de la misma receta). En caso de no elegir la cerveza, se debería añadir algo de levadura puesto que nuestra harina es diferente de la que se usaba en esa época.
Piñones, comino, cilantro y ajo.
Ajenuz (“arañuela”, “neguilla” o comino negro, cuyo nombre científico es Nigella sativa, difícil de encontrar en herboristerías). Se puede sustituir el ajenuz por pimienta, si se quiere, añadiendo un poco de orégano para acercarse más al sabor del ajenuz (a veces se emplea la variante Nigella damascena, que los acadios debían emplear en cantidades muy pequeñas, pero que debemos evitar porque es tóxica).
Pistachos, dátiles u otros frutos secos (pasas…) o fruta seca (higos, manzanas…) de una variante de una tablilla que se encontró en Nippur.
También se puede agregar miel.
Elaboración:
Humedecer la mezcla de harina con el líquido elegido anteriormente.
Amasar hasta alcanzar una masa consistente, añadiendo los piñones machacados, el comino, el cilantro, el ajo y el ajenuz.
Añadir a la masa los aderezos elegidos (frutos secos y/o fruta seca). Aquí la libertad de cada uno a la hora de mezclar, dará como resultado posibilidades infinitas.
Cocer en el horno a 180º hasta ver subir la masa.